Las banderillas / Por Rafael COMINO DELGADO

LECCIONES MAGISTRALES> POR RAFAEL COMINO DELGADO -Catedrático de la

Universidad de Cádiz-

En artículo anterior nos referíamos muy superficialmente, a las banderillas y las lesiones que pueden causar al toro, a veces tan importantes que repercuten muy negativamente en su posterior comportamiento.

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En un principio las banderillas se llamaban “avivadores”, queriendo significar con ello que se pretendía estimular al toro, tras haber sido picado, para que embistiese

A lo largo de la historia hay muchos casos en que han causado lesiones importantes en el torero, incluso hasta la pérdida de un ojo. En otras ocasiones una banderilla, suelta sobre el ruedo, se ha clavado en el pie de un  torero o en el toro. Hemos visto casos de banderillas que se han desprendió del toro y se le han clavado sobre un ojo, con lo cual ese toro ya ha quedado inutilizado para la lidia. A veces, al ponerlas el banderillero lo hace sobre un lugar que molesta mucho al toro, pues cae sobre la cara, en una mano, etc., y a partir de ese momento cambia completamente su forma de embestir.

Actualmente se emplean banderillas retractiles y colgantes que disminuyen el riesgo de lesiones sobre el torero, pero no el que puedan desprenderse del toro y clavársele en otro lugar, o quedar sueltas sobre la arena y clavársele al torero.

Los veterinarios don Julio Fernández  Sanz y don Fernando Gil Cabrera aseguran, tras muy serios estudios científicos, que: a) Es en la piel del toro donde hay más receptores del dolor, y  al ser estimulados con puya o banderillas se produce gran cantidad de beta endorfinas, que disminuyen, o casi hacen desaparecer, el dolor del toro, pero en cambio le estimulan a embestir; b) La sangre que el toro pierde debido a la puya o a las banderillas, aunque sean de mayor tamaño (las negras), es insignificante para atemperar su embestida; c)Tienen  una parte metálica de 6 cms. que se introduce en el toro, más la fuerza que imprime el torero al clavarlas, hace que ahonden 3 cms. más , es decir, en total unos 9 cms., con lo cual si se  ponen muy traseras pueden llegar al pulmón, lo que ocasionaría neumotórax al toro, con sus muy negativas consecuencias, pero incluso poniéndolas sobre la cruz, al profundizar 9 cms. pueden llegar a la articulación de las paletillas con la columna, y por tanto lesionar vertebras o ligamentos alterando el aparato locomotor del toro.

Todo cuanto acabamos de exponer nos lleva a pensar que es necesario modificar las banderillas actuales, conservando el que cumplan la misión para la fueron diseñadas, es decir, estimular al toro. Bastaría disminuir la longitud de la parte metálica, por lo menos a la mitad, solo 3 cms., suficientes para estimular la piel, que se produzcan beta-endorfinas y se atenúe el estrés, induciendo el toro a embestir.

Si se les quita el arpón, y esto lo pensamos nosotros, se caerían tras ser clavadas, y de esta forma desaparecería el posterior riesgo para el torero y para el toro, antes descrito.

Lo cierto es que realmente es una suerte muy bella, independientemente de dichos riesgos, y entendemos que lo verdaderamente importante es que el banderillero haga bien la suerte, aunque después se caigan. Es cierto que tendrían que ser recogidas por los banderilleros de la misma cuadrilla, para que no sobre la arena, si bien ello no sería un gran inconveniente, pero resolvería muchos efectos negativos que pueden tener, con el actual sistema que, dicho sea de paso, ha sido muy mejorado, por lo que se refiere a las lesiones sobre los toreros, al introducir las retráctiles y/o colgantes.

Es nuestra opinión, que seguro tendrá detractores y algunos adeptos.