Efemérides de Juan Manzanares García del 19 de julio
19 JULIO
La frase de hoy.
La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos.
JEAN LE ROND D'ALEMBERT
PERSONAJE DEL DÍA
JUAN VICENTE FERNÁNDEZ (El Chipé)
Juan Vicente Fernández nació en Alhama en el año 1901, falleciendo el 19 de julio de 1936, más conocido como El Chipé, fue un delincuente, famoso en Cartagena por las circunstancias que rodearon su muerte.
Juan, era el cuarto hijo de José Vicente Vargas, un gitano natural de Alhama. Su familia se trasladó a Cartagena, sabiéndose después que en el 1918 tenían una casa en la plaza de los Carros, actual plaza de Alcolea, lugar de parada de arrieros y de mercado de animales, en el que se dedicaban al esquilado y la venta de ganado.
La primera muerte atribuida al Chipé fue la de su cuñado Antonio Vargas el Lili, casado con su hermana Dolores. En 1918 ésta, cansada de sus malos tratos, se refugió en casa de sus padres. Allí se dirigen Antonio y su padre José Vargas Castro, pero al no poder entrar en la vivienda, se marchan y es entonces cuando se encuentran con los hermanos Sebastián y Juan Fernández. Se produce una acalorada discusión en la que acaban apareciendo armas. Antonio y Sebastián sacan pistolas y las disparan sin acierto, mientras que Juan asesta al primero tres puñaladas en el pecho, que le ocasionan la muerte. Otros miembros de la familia Fernández resultaron heridos leves, que tras ser atendidos y habiéndoseles tomado declaración, son encarcelados.
El único oficio conocido del Chipé fue el de estibador en el puerto de Cartagena, o al menos único oficio legal, puesto que también era proxeneta en la zona del Molinete. En una ocasión, un jugador del Cartagena Fútbol Club consiguió un empleo en el muelle, y Juan Vicente le mandó que dejara el trabajo, por considerar que el capataz se lo había dado a él. El futbolista se negó, y El Chipé hizo amago de sacar su navaja, a lo que el futbolista respondió propinándole un golpe con una pala. Juan huyó por la calle Gisbert perseguido por el futbolista, que ignoraba quien era.
La tradición oral de Cartagena hizo famoso a este personaje, por su falta de escrúpulos y su historial delictivo. Nunca salía desarmado, aunque gozaba de la protección de la autocracia local, para la que trabajaba como matón y protegiendo a los que pegaban carteles electorales de los partidos de los autócratas.
En febrero de 1936, el Frente Popular ganó las elecciones en España. Durante la campaña se vivieron episodios de violencia entre seguidores de las formaciones políticas, motivo por el que se contaba con personal de seguridad para proteger los actos políticos. El Chipé formó parte de este, y destacó negativamente.
El 17 de julio se inició el Golpe de Estado contra el Gobierno de la República. En aquel momento en Cartagena todos se preguntaban el alcance que podían tomar los acontecimientos, si el Gobierno sofocaría la rebelión, o si esta se propagaría por toda la península.
A las 12 del mediodía del 19 de julio muchos ciudadanos se agolpaban a las puertas de la Capitanía General pidiendo información. Allí estaba El Chipé, quien al decirle alguien que el golpe estaba triunfando, fue a celebrarlo a un bar. Más tarde, al enterarse de que la sublevación parecía que había fracasado, dos militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas decidieron ir en busca de Juan Vicente para detenerlo por cómplice del levantamiento y traidor a la República. El Chipé se dio cuenta inmediatamente de sus intenciones y se enfrentó a ellos a puñaladas pero quedó semiinconsciente de un golpe en la cabeza. No tardaron en aparecer dos agentes de la Guardia de Asalto, que lo arrestaron y lo llevaron a la comisaría.
Los jóvenes fueron atendidos en el Hospital de la Caridad, y la noticia de lo ocurrido se expandió rápidamente por la ciudad, magnificándose los hechos de tal forma que una multitud se congregó ante la comisaría exigiendo que se les entregara el reo para ser ajusticiado. Los funcionarios se negaron y formaron una comisión que marchó al Ayuntamiento a entrevistarse con el alcalde César Serrano. Este también se negó, y despachó a Manuel Martínez Norte, miembro de la CNT y del comité que se había hecho cargo del Consistorio, con un coche oficial y un chófer para trasladar al preso a la cárcel de San Antón.
El vehículo entró en la comisaría por la puerta trasera y montaron al Chipé, pero alguien desde el interior del edificio avisó al gentío, que se movilizó y cortó el paso al coche. Martínez Norte intentó sin éxito avanzar unos metros entre una multitud de unas dos mil personas, pero fue imposible. Con la gente zarandeando y golpeando el vehículo, el cenetista, con la intención de evitar el linchamiento o según otras fuentes por ansias de protagonismo, desenfundó su pistola y se dirigió al reo diciendo «Chipé, te voy a hacer un favor». El detenido recibió un disparo en el cráneo que le causó la muerte. Martínez Norte entonces lo expulsó fuera del coche entregando el cadáver a la masa enfervorecida, aprovechando para abandonar el lugar.
La mayoría de las personas que formaban el tumulto fue abandonando la calle, pero los más exaltados, un grupo de 300 personas, ataron el cuerpo por la cabeza y lo llevaron a rastras hasta el actual paseo de Alfonso XIII, desde donde se dirigieron a la casa del veterinario Ramón Mercader, conocido protector del Chipé, ya que contrataba a este como conductor de su coche, además de guardaespaldas. Al llegar a la plaza de España, donde estaba el domicilio de Mercader, se detuvieron gritando «Aquí tienes a tu protegido, ha sido ajusticiado».
La marcha continuó por la calle del Carmen, Puerta de Murcia, calle Mayor y plaza del Ayuntamiento, en dirección al puerto. Llegados al muelle lanzaron el cuerpo al agua para después seguir arrastrándolo por el paseo del Muelle, para después dirigirse hasta la plaza Puertas de San José, donde finalmente rociaron el cadáver con gasolina e intentaron prenderle fuego, pero no ardió al estar aún húmedo, de forma que lo abandonaron allí.
A la mañana siguiente miembros de la Cruz Roja recogieron al difunto y le dieron sepultura en el cementerio de los Remedios.
La muerte y posterior humillación póstuma del Chipé, tan semejante a la que sufrió don Francisco de Borja y Poyo 128 años antes también en Cartagena, quedó en el recuerdo popular, surgiendo así durante muchos años, el dicho «Te has de ver como El Chipé», utilizado para dar a entender al interlocutor el peligro de continuar en su postura errada.
EFEMÉRIDES DE CARTAGENA DEL 19 DE JULIO
©Juan Manzanares García
-1618. Acuerda el Cabildo darle a su portero Hernando de Espinosa 50 reales como ayuda para que se pueda comprar algo de ropa porque la poca que tenía eran puros andrajos.
-1771. Por Real Orden y a propuesta del ingeniero Don Francisco Gautier, se manda reponer en el Arsenal de Cartagena la máquina de arbolar con los palos mayores de los navíos "Terrible" y "San Rafael", por hallarse la actual muy deteriorada.
-1799. El presbítero Gil Francisco Abril otorga testamento, legando una casa en la plaza de la Merced a Tomasa Illescas, a condición de que dos veces al año fueraa dar de comer a los presos pobres de la cárcel pública.
-1854. La ciudad se une resueltamente al movimiento político iniciado por el general O'Donnell contra el gobierno español.
-1860. Llega a Cartagena para hacerse cargo del Gobierno militar de la plaza, el mariscal de campo Don Ricardo Lassauyase, uno de los militares que más se han distinguido en la guerra de África por las dotes de mando que tenía.
-1873. En la madrugada, entra en Cartagena sublevado y a favor del Cantón murciano, el batallón de cazadores de Mendigorria al mando de su jefe el teniente coronel Don Pedro del Real.
-1876. Tiene lugar la división y amojonamiento de la Diputación de Alumbres, constituyendo una parte de ella, la de Escombreras.
-1933. Es enterrado en la Sacramental de San Justo de Madrid, el doctor Manuel Cárceles Sabater. Dirigió el levantamiento Cantonal en Cartagena en sus inicios.
Cuando el 14 de abril de 1931 se constituyó el Ayuntamiento de Madrid, se dejó un sitio especial para que asistiese al acto siendo ovacionado por los presentes al entrar en la misma.
-1936. El Chipé era un personaje pendenciero que estaba protegido por importantes personajes de la Cartagena de entonces.
Se sentó con un amigo en el café Suizo de la calle Mayor y terminada su consumición se fue dando un paseo hacia su casa en la calle de San Fernando, pero en la calle Honda se armó una trifulca donde el Chipé apuñaló a dos personas. Fue detenido y llevado a la Comisaría, pero se organizó una gran manifestación exigiendo que fuese castigado sin demoras. La policía lo metió en un coche y en el Almarjal lo soltaron aplicándole la ley de fugas matándole de un tiro. Fue arrastrado por las calles, rociado de gasolina e hicieron toda clase de salvajadas con su cuerpo.
Se llamaba Juan Vicente Fernández.
-1985. Al submarino Delfín de la serie Daphne, se le dispara un torpedo dentro de la dársena del Arsenal, yendo a estrellarse en el muelle de Bazán. Afortunadamente el torpedo era de los de ejercicio y no llevaba carga explosiva.
-1999. Es nombrado director del Astillero de la Empresa Nacional Bazán de Cartagena, Don Francisco Javier Cabañas Navarro.
-2008. Se celebra por primera vez en su historia un festejo taurino en Galifa. Se lidiaron novillos de las ganaderías de Mariano Sanz y herederos de Roque Jiménez para los rejoneadores Iván Magro y José Cámara y el novillero Esteban Pérez, "El Cuco".
-2020. El Cartagena vuelve a Segunda División 8 años después tras derrotar en los penaltis al Atlético Baleares. Tras el empate a 0 en los 120 minutos que se jugaron, el equipo albinegro no falló ningún tiro, y los baleares erraron 2.
Ya se ha consumado, al fin. Tras años y años de espera llegó el momento esperado por toda una ciudad. La trimilenaria esta vez llora de alegría y no de tristeza. La trimilenaria esta vez celebra que el fútbol le ha devuelto lo que tanto le debía. Años de tristezas y decepciones se quedan a atrás, porque el año que viene, el FC Cartagena jugará en La Liga Smartbank. Atrás deja el pozo de la Segunda B después de su descenso en el año 2012.
Y lo hace de la forma más agónica, de la forma más emocionante, deshaciéndose del Atlético Baleares en la tanda de penaltis. Con el portero Marc Martínez saliendo de La Rosaleda como el “héroe de Málaga”. Una temporada que pasará a la historia.
Y no fue nada fácil, el Atlético Baleares plantó mucha cara al cuadro albinegro, en un partido muy igualado con escasas ocasiones de gol. Un tiro de Jorge Ortiz para los baleares, y un disparo de Vinicius Tanque fueron las acciones más destacadas de una primera mitad en la que vimos muy poco fútbol. Muchas interrupciones, parones constantes, montones de faltas. Nervios a flor de piel en un encuentro en el que los dos equipos parecían más preocupados por no encajar que por marcar.
Muy cerrado, sin apenas acercamientos, con unas defensas muy bien plantadas. La tónica de unos primeros 45 minutos en los que ya se intuía que iba a ser un choque largo.
En la segunda parte apenas cambió el guion del juego. Líneas muy juntas, y delanteras sin apenas ocasiones. Las más claras las tuvo el Cartagena eso sí. Un disparo de Johannesson que paró Manu Herrera y un tiro de William que salió rozando el poste. Poco más que contar en zona ofensiva.
Una vez que se llegó al final de los 90 minutos, la prórroga fue todavía mucho más cerrada. Un ritmo muy flojo el que se vio, se notaba que era un posible ascenso a partido único. En ningún momento ninguno de los dos equipos arriesgó lo más mínimo. El Cartagena tenía la pelota, la dominaba con mucha atención a no perderla. Amenazaban las contras del Atlético Baleares.
Había mucho miedo, había mucha tensión a perder el ascenso a poco del final. Posesiones del Cartagena eternas que no acababan en nada, y un Atlético Baleares metido totalmente atrás. Todo el mundo defendiendo, firmando los penaltis.
Y los penaltis llegaron, dos ciudades en vilo, el segundo ascenso del fin de semana se iba a decidir de la misma forma que el primero, desde los 11 metros. La lotería de los penaltis. Unos penaltis que llegaron con sorpresa, porque el entrenador del Atlético Baleares cambió al portero Manu Herrera en el minuto 119. Salió Xavi Ginard, el portero suplente para tratar de detener los penaltis blanquinegros. Y las cosas como son, no paró ni uno.
En el Cartagena nadie falló, 4 penaltis marcados y 4 para dentro. Efectividad total en el momento más importante de la campaña 19/20. Y en el Atlético Baleares se fallaron dos penaltis. Primero Samuel Shashoua lanzó su tiro a las nubes, y después Marc Martínez detuvo el penalti de Jorge Ortiz.
El final más feliz posible para el Cartagena, el final más triste posible para el Atlético Baleares.
Un ascenso que ha hecho estallar de felicidad a Cartagena, una ciudad que se ha llevado un golpe tras otro en el aspecto futbolístico en estos últimos años. Tanto trabajo al fin recoge su recompensa, 8 años después el Efesé volverá a disfrutar del fútbol profesional en Segunda División.