Efemérides de Juan Manzanares García del 2 de abril

Efemérides de Juan Manzanares García del 2 de abril

2 ABRIL

La frase de hoy.

El mentiroso tiene dos males: que ni cree ni es creído.

BALTASAR GRACIAN

PERSONAJE DEL DÍA

MANUEL TAPIA MARTÍNEZ

Manuel Tapia Martínez nació en Cartagena el 2 de abril de 1895, falleciendo en Madrid el 1 de enero de 1971. Médico, neumólogo, tisiólogo.

Tras completar la enseñanza secundaria en su ciudad natal, Cartagena, Tapia se desplazó a Madrid para iniciar su formación universitaria. Realizó el preparatorio en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central en el curso 1911-1912, y al año siguiente comenzó los estudios de Medicina, finalizándolos en junio de 1918.

El desarrollo de la epidemia de gripe de 1918 retrasó el inicio de sus estudios de doctorado, pero le ofreció la oportunidad de aplicar parte de los conocimientos adquiridos. Es cierto que el plan de estudios de Medicina vigente presentaba algunas carencias. Se contaba tan sólo con unas prácticas de bacteriología asociadas a la Cátedra de Higiene y, desde 1911, con la primera Cátedra de Parasitología y Patología Tropical, pero la microbiología médica no existió como asignatura independiente hasta el plan de estudios de 1928. Sin embargo, Tapia buscó una capacitación más completa en algunas de las disciplinas que habían cobrado interés, trabajando al lado de figuras importantes del momento. De hecho, junto a Jorge Francisco Tello y Ruiz Arcaute en el Departamento de Autopsias de la Facultad de Medicina, trató de mejorar su formación en anatomía patológica, y, junto a Marañón en la Sala de Infecciosas que éste dirigía en el Hospital Provincial de Madrid, se preparó en la clínica de las enfermedades infecciosas.

Además, al lado de Tello en la Sección de Epidemiología del Instituto Nacional de Higiene de Alfonso XIII, amplió sus conocimientos de bacteriología.

Todo esto le permitió, como auxiliar voluntario del citado Instituto, firmar con Ruiz Falcó la comunicación “Contribución al conocimiento de la bacteriología y especificidad del bacilo de Pfeiffer en la gripe”, con la que participó en el importante debate suscitado sobre la etiología de la gripe durante la pandemia de 1918-1919.

Su interés por la bacteriología y los procesos infecciosos no decreció tras la epidemia. De hecho, siguió trabajando en la Sala de Infecciosas del Hospital Provincial por la mañana y en el Instituto de Higiene de Alfonso XIII por la tarde, relacionándose con figuras de la talla de Ramón y Cajal, Fañanas, García Izcara, De Buen, Ortiz de Landázuri o Pittaluga. Inició el doctorado en 1919 y en 1924 defendió su tesis doctoral sobre La profilaxis de la difteria. Probablemente, en la elección del tema tuvo que ver su trabajo en el Servicio de Difteria y Suero Antidiftérico del Instituto de Higiene de Alfonso XIII desde 1920, cuando ganó las oposiciones.

La tesis se benefició también de la experiencia que adquirió en el Instituto Serológico de Copenhague y en el de Fráncfort durante sus estancias en 1923.

Trabajó también como asesor médico y consejero del Instituto IBYS, otro de los centros constituidos en ese período, y que se encargó de publicar la sesión necrológica celebrada el 29 de abril de 1971 en el salón de actos del Patronato Nacional Antituberculoso.

La preparación de Tapia en el terreno de la patología infecciosa, de la microbiología y de la anatomía patológica, así como sus buenas relaciones con científicos influyentes del momento como Tello y Marañón, hicieron posible que el 23 de mayo de 1925, cuando se inauguró el Hospital Nacional de Enfermedades infecciosas, se convirtiera en su primer director por oposición, en vez de Marañón, que fue destituido de su cargo por el ministro de la Gobernación de la dictadura de Primo de Rivera por disensiones políticas.

Desde ese puesto y hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936, Tapia trabajó en la organización de un hospital moderno, apto para luchar contra la patología infecciosa presente en la sociedad española, pero también para proporcionar una formación médica especializada en dicho terreno. Se sirvió para ello del acuerdo de cooperación firmado en 1922 entre el Gobierno de España y la Fundación Rockefeller para facilitar nuestra modernización sanitaria, y del programa de becas establecido a tal objeto por dicha fundación, obteniendo una de ellas en mayo de 1926 para trabajar durante un año (a partir del 1 de julio de ese mismo año) en el Instituto Rockefeller y en los Hospitales de Enfermedades Infecciosas de Boston y de Nueva York. Aunque debió interrumpir el disfrute de la beca el 17 de abril de 1927 por enfermedad, su estancia en Estados Unidos dejó su impronta en la labor desplegada por Tapia al frente del Hospital del Rey. De hecho, bajo su dirección, dicho Hospital contó con un equipo de profesionales competentes y contribuyó a modernizar la lucha contra las enfermedades infecciosas endémicas en nuestro país, como la tuberculosis pulmonar, y estar en condiciones de afrontar de una forma más moderna el desarrollo de algunas epidemias, como la de poliomielitis registrada en Madrid en 1929, en la que el biografiado y el citado Hospital tuvieron un destacado papel.

Gran parte de los resultados de sus estudios fueron publicados en los Trabajos del Hospital Nacional de Enfermedades Infecciosas, revista dirigida por Tapia. Con él se formaron algunos de los mejores especialistas en neumología y tisiología de nuestro país a través de su magisterio en el Hospital del Rey y en la Escuela Nacional de Sanidad, de la que fue profesor de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la citada Escuela desde 1930.

Tapia participó también en el proceso de modernización sanitaria emprendido en nuestro país durante la Segunda República desde su condición de miembro de la Comisión Permanente de Investigaciones Sanitarias, creada en 1931 por iniciativa del director general de Sanidad: Marcelino Pascua. En 1932 fue nombrado director del Sanatorio de la Fuenfría.

La Guerra Civil truncó esta marcha y modificó la vida profesional y personal de Tapia, que marchó a París en octubre de 1936. Al año siguiente, se trasladó a la Estancia Sanatorial de Oporto (Portugal) para dar un “Curso sobre tuberculosis”, y se quedó allí como director científico, realizando una gran tarea, tanto en el terreno asistencial como en el formativo y científico. De hecho, allí escribió algunas de sus obras fundamentales, como su libro sobre las Formas Anatomoclínicas y otros que figuran en la bibliografía.

A partir de 1947, empezó a simultanear su trabajo en Oporto con temporadas en Madrid, que fue ampliando progresivamente hasta llegar a organizar una consulta privada a finales de 1948, en la que tuvo como colaborador a Luis Cerezo. Del escalafón de Sanidad Nacional Tapia desapareció en 1939, no reapareciendo hasta el 21 de julio de 1958 como médico jefe principal, dada su condición de médico consultor del Servicio de Neumología del Instituto Nacional del Cáncer en esa fecha. Jubilado en 1965, mantuvo su condición de ejerciente en el Colegio de Médicos de Madrid hasta el día de su muerte.

Además, fue miembro de los comités de redacción de los Archivos del Instituto Nacional de Higiene de Alfonso XIII y de la Revista de Sanidad e Higiene Pública, y fundó la Revista Española de Tuberculosis.

Otro cartagenero ilustre.

EFEMÉRIDES DE CARTAGENA DEL 2 DE ABRIL

©Juan Manzanares García

-68. Es proclamado emperador de Roma el gobernador romano de la provincia de Cartagena, Servio Sulpicio Galba.

 

-1604. D. Gaspar de Quiroga hace pregonar un bando por el que ordena a todos los vecinos de la ciudad y su campo, dueños de ganado lanar, vacuno, cabrío y de pata hendida y sus crías, los registren ante él en el término de tres días. 

-1605. Debido a la escasez de lluvias, el Ayuntamiento acuerda sacar en procesión a las imágenes de la Virgen del Rosell y la del Jesús hasta la ermita de San José para luego continuar hasta Santa Lucía. El Ayuntamiento donará 175 reales para pagar las 75 libras de cera para alumbrar las imágenes. 

-1612. Nombra el Ayuntamiento dos regidores para que, de acuerdo con la Comisaría de la Pesquera, fijen los precios a que se ha de vender el pescado.

-1618. Los frailes del convento de San Ginés de la Jara, piden al alcalde que mande arcabuces y aderecen los muros ante el temor de que puedan ser atacados por los corsarios. El alcalde manda personas para arreglar los muros y además les envía arcabuces, pólvora y balas.

-1739. Dada la queja del Ayuntamiento al obispo por no haber esperado a la Corporación Municipal para comenzar la misa en la antigua Catedral, el obispo contesta que no procede esperar y que la solución pasa por tener un portero puesto por la autoridad eclesiástica y un criado por el Ayuntamiento para avisar en cada momento que se celebren los oficios religiosos.

 

-1746. Son colocadas en las puertas de San José, las imágenes en piedra de San Isidoro, San José y la Purísima Concepción costeadas por el conde de Fernán Núñez. 

-1796. El comandante general de la escuadra dirige una circular a sus generales, jefes y oficiales para que, siguiendo su ejemplo, salgan un día con la "capacha" a pedir limosna para los Pobres del Santo Hospital de Caridad.

-1890. El Príncipe Enrique de Prusia al mando del acorazado Irene de 4.400 toneladas y 360 tripulantes, fondea en Cartagena. Acompañado del Almirante de la escuadra alemana, también anclada en el puerto y del cónsul alemán en ésta ciudad visita el Arsenal, manifestando después su admiración por dicho lugar.