Efemérides de Juan Manzanares García del 26 de marzo

26 MARZO

La frase de hoy.

Uno puede defenderse de los ataques, contra el elogio se está indefenso.

SIGMUND FREUD

PERSONAJE DEL DÍA

LUIS CALANDRE IBÁÑEZ

Luis Calandre Ibáñez nació en Cartagena el 26 de marzo de 1890, falleciendo en Madrid el 29 de septiembre de 1961. Cardiólogo.

Nace en el seno de una familia de tradición médica y liberal, donde su padre ejercía de médico. Una Cartagena en la que el Sexenio Democrático revolucionario había tenido especial incidencia e influencia política. Realiza los estudios de bachillerato bajo la influencia de su Instituto que gozaba de gran prestigio en el campo de las Ciencias Naturales, con laboratorios excelentes. Terminados estos estudios de bachillerato se traslada en 1906 a Madrid para cursar los de Medicina, licenciándose en 1911.

En esos momentos Madrid es una ciudad cultural y científicamente espoleada por la Generación del 98, y por la recuperación de los hábitos científicos en todos los campos. El liderazgo de Ramón y Cajal en este esfuerzo fue grande. La Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) se crea en 1907, con el Gobierno liberal de Vega Armijo, siendo ministro de Instrucción Pública otro ilustre médico cartagenero, el doctor Amalio Gimeno, y poco después, en 1910, se crea la Residencia de Estudiantes, siendo su director Alberto Jiménez Fraud, más tarde amigo y protector de Calandre.

Solicita una beca de dos años a la Junta para la Ampliación de Estudios para completar sus estudios histológicos que, al concedérsela gracias a la favorable apreciación por parte de sus líderes (Giner, Cossío, Castillejo, Alberto Jiménez Fraud), se desplaza al año siguiente, en 1912, a Berlín.

El Berlín al que llega Calandre es un hervidero intelectual, cultural, científico y político. Hay que recordar que uno de sus profesores, el eminente cardiólogo Georg Friedrich Nicolai, se distingue por su activismo social y político, profundamente pacifista. Calandre con veintidós años va al hospital municipal Moabit con el profesor Carl Benda (1857-1932), por aquel entonces jefe del Instituto Anatomopatológico del mismo.

Asistió además a las clases de Max Rübner, de Fisiología, y a las de Friedrich Kraus y de Nicolai sobre Fisiopatología del corazón. Las clases de Kraus de Medicina Clínica en la Charité constituían, en esa época, un foro para la élite científica y filosófica de Berlín y de toda Alemania, dada su personalidad.

Cuando Calandre termina el semestre de invierno en Berlín se traslada a Friburgo, donde trabaja en la clínica y laboratorio del profesor Oskar de la Camp (1871-1925), discípulo a su vez de Karl Ludwig Aschoff.

La labor hecha por Calandre a lo largo de estos dos intensos años en Berlín le permitió confeccionar varios informes a la JAE dedicados a los diversos aspectos estudiados. También de este año 1913 es un estudio hecho en colaboración con Achucarro sobre “El método del tanino y la plata amoniacal aplicado al estudio del tejido muscular cardíaco del hombre y del carnero”.

A su regreso, en enero de 1914, se colegió Calandre en Madrid, y a finales de ese mes le fue renovada la pensión que tenía de la JAE. No se desplazó, sin embargo, a Alemania para disfrutar de tal oportunidad probablemente a causa del clima de guerra inminente que se respiraba. También pudo haber influido en esa decisión el haber sido nombrado, por Alberto Jiménez Fraud, director del Laboratorio de Anatomía Microscópica de la Residencia de Estudiantes, en su calidad de médico de la misma, a propuesta del propio Nicolás Achucarro. Esta conexión con la Residencia de Estudiantes, una de las plasmaciones de los ideales de la Institución Libre de Enseñanza, supone en la práctica una cierta continuidad con el ambiente intelectual y político progresista que había vivido en Berlín. No es de extrañar, por tanto, que la mayor parte de los componentes y figuras de prestigio de la Residencia tuviesen que emigrar al acabar la Guerra Civil o fueran represaliados, como le ocurrió a Calandre.

Entre los laboratorios de Medicina creados en la Residencia de Estudiantes destacaron además del de Anatomía Microscópica de Luis Calandre, el de Fisiología (creado en 1916) dirigido por Juan Negrín, el de Fisiología y Anatomía de los Centros Nerviosos, creado asimismo en 1916 y cuyo jefe fue Gonzalo Rodríguez Lafora, el de Química Fisiológica dirigido por Antonio Madinaveitia y José Ángel Sacristán, y el de Histología Normal y Patológica que ocupó en 1920 Pío Río Ortega. Allí se formaron personalidades de la talla de Severo Ochoa, Francisco Grande Covián, Rafael Méndez, José Puche Álvarez, Isaac Costero, Ángel Garma, etc.

De la misma forma se tiene el testimonio de Severo Ochoa afirmando “¡qué gran oportunidad para un joven estudiante de Medicina que, estimulado por la lectura de Cajal, el ejemplo de Río Ortega, y la presentación por Negrín y otros maestros, estaba ávido de conocimientos y de iniciarse a la investigación!”; y de Grande Covián señalando que el Laboratorio de Anatomía Microscópica (de Calandre) tenía como misión “enseñar Histología a los que cursábamos primer año de medicina. En aquel laboratorio aprendimos a teñir cortes y montar preparaciones muchas generaciones de residentes”. También hizo allí Calandre los trabajos de la parte histológica de su libro Anatomía y Fisiología clínicas del corazón, publicado en 1920, en la sección Medicina y Biología, de la editorial Saturnino Calleja, dirigida por Tapia, Gregorio Marañón, Teófilo Hernando y José Sanchis Banús. Calandre dirigió este laboratorio hasta el curso 1931-1932, con lo que se convirtió en una de las figuras más ligadas a la Residencia de Estudiantes.

Se casa en 1916 con Francisca Díaz de la Cebosa, con la que tuvo cuatro hijos, uno de ellos, Luis Calandre Díaz, también eminente cardiólogo. Coincidiendo con su vinculación a la Residencia de Estudiantes, Calandre trabajó en la clínica del profesor Madinaveitia del Hospital Provincial de Madrid, profundizando de ese modo su especialización en cardiología.

En 1919 es nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de Medicina de Madrid a propuesta de Ramón y Cajal, Goyanes y Pittaluga.

Desde 1921 la actividad docente de Calandre se multiplicó con cursos y conferencias sobre Cardiología y Electrocardiografía.

Ese mismo año de 1921 leyó su tesis doctoral sobre Significación clínica de las arritmias, con la calificación de sobresaliente.

Fue nombrado médico consultor especialista de Enfermedades del Corazón del Hospital Central de la Cruz Roja Española, en Madrid.

Cuando Roberto Novoa Santos se hace cargo en 1926 de la cátedra de Patología General en Madrid confirmó en su puesto a Calandre. Esta colaboración con Novoa Santos, persona de gran ambición intelectual, que recordaba en algunos aspectos a las figuras médicas y polifacéticas que ha conocido en Berlín, se extiende al campo de la participación en los capítulos de cardiología de su Patología General, en donde le menciona como su amigo.

También fue nombrado miembro del Comité del Patronato del Instituto Escuela de Madrid en 1929. No es de sorprender que el doctor Calandre impartiera conferencias y lecciones sobre Cardiología y Electrocardiografía a lo largo y ancho del país. También es una muestra del prestigio alcanzado que salieran de forma más o menos regular sus artículos de opinión en periódicos de la categoría del El Sol o El Imparcial.

La llegada de la Segunda República alteró la vida de Calandre a causa de su adscripción progresista. La otra prueba de su mentalidad liberal, abierta, es su disponibilidad para suscribir manifiestos públicos por causas de progreso, como el de 1933 en apoyo de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, junto con personalidades de la talla de Ramón del Valle Inclán, Manuel Machado, Concha Espina, Regino Sainz de la Maza, Pío Baroja, Jacinto Benavente, Federico García Lorca, Ramón Sender, Clara Campoamor o Victorio Macho, y de médicos como Juan Planelles, R. Díaz Sarasola, Gregorio Marañón, Novoa Santos, Juan Madinaveitia o Teófilo Hernando. También figura la firma de Luis Calandre en un escrito de apoyo a Manuel Azaña en 1934 que, al no poderse publicar en Madrid por la censura del bienio negro, hubo de hacerse en Barcelona, bajo el título: “A la opinión pública denunciando la persecución de que era objeto Azaña por parte de la derecha (Mi rebelión en Barcelona, Madrid, 1935)”. Entre los firmantes destacan Fernando de los Ríos, Manuel Tapia, Ramón del Valle Inclán y Alejandro Casona.

La llegada de la Guerra Civil cambió dramáticamente la vida de Luis Calandre. En febrero de 1937 se hizo cargo, como médico civil, del hospital de enfermos y heridos de guerra, de la calle Joaquín Costa, número 38. Más tarde transformó los pabellones de la Residencia de Estudiantes en Hospital de Guerra del Cuerpo de Carabineros, iniciando la publicación de una revista de dicho hospital.

El final de la guerra, con la victoria de Franco, supuso el final de la trayectoria científica de Calandre.

Si entre su primera publicación en 1912 y la última en plena Guerra Civil, 1938, publicó ochenta trabajos, a una media de tres por año, a lo largo de veintisiete años, algunas de ellas en prestigiosas revistas internacionales, entre el final de la Guerra Civil, 1939 y su fallecimiento en 1961, en veintidós años sólo publica tres. Es un dramático ejemplo de lo que supuso la Guerra Civil para la ciencia española, y en concreto para las figuras prominentes de la Residencia de Estudiantes. Fue sometido a dos consejos de guerra consecutivos, que se saldaron con prisión, la desposesión de todos sus cargos oficiales, la prohibición de ejercer la Medicina en Madrid y provincia durante cinco años. Es de destacar que mientras en el primer juicio, en 1940, fue absuelto, el recurso en contra del Colegio de Médicos obligó a su repetición y a la condena definitiva al año siguiente, a doce años y un día, que se conmutó por seis años y un día. No es de extrañar que, en ese ambiente, y habiendo sido su hijo oficial republicano defensor de la legalidad democrática, tuviese que enviar al mismo a Barcelona para realizar sus estudios de Medicina. En ese ambiente hostil y adverso, sin conexión con su docencia ni con su práctica clínica universitaria, se limitó a la reedición de sus libros, uno de ellos con su hijo, y a la consulta privada en cuanto pudo. No sorprende que, cuando se celebra en México el II Congreso Interamericano de Cardiología y es nombrado miembro de honor del mismo, no pueda acudir. Entre 1942 y 1961, año en que murió, publicó tres nuevas obras: Electrocardiografía (1942), Tratamiento de las enfermedades del corazón (1942), y en colaboración con su hijo, Luis Calandre Díaz, Electrocardiografía práctica (1955). Entre sus discípulos y colaboradores se puede citar a Azcárraga, Pescador, De la Puerta, Bernabé Rico, Somolinos, Martín Rodríguez, Duclós, Carrión, Fabra, y su propio hijo Luis. Un año antes de morir, en 1960, decía que se enfrentaba a la muerte, con las palabras del poeta:

“Sin quejas enojosas, a mi destino fiel, yo voy a donde van todas las cosas, a donde van las hojas de las rosas, a donde van las hojas del laurel”.

EFEMÉRIDES DE CARTAGENA DEL 26 DE MARZO

©Juan Manzanares García

-1244. Se firma el Tratado de Almizra, mediante el cual los reinos de Aragón y Castilla llegaron a un acuerdo para el reparto territorial del Sureste. A partir de ese momento, el Infante Alfonso se dispone a emprender la conquista de las poblaciones rebeldes de Mula, Lorca y Cartagena. Ésta última se rinde a las tropas castellanas en la primavera de 1245.

-1571. Es nombrado Regidor del Ayuntamiento de Cartagena, Don Ginés Osed Osete. 

-1587. Debido a la escasez de abastecimiento de algunos productos alimenticios procedentes del interior, el Cabildo ordena que nadie pueda sacar carga de pescado sin haber traído otra carga de alimentos.

 

-1605. Ante el temor de que se pudiera presentar por las costas de Cartagena las galeras del pirata Arraez Morato se coloca una guardia permanente en la Algameca pequeña.

-1611. Escribe el Concejo al rey pidiendo licencia para que de la Casa de Munición de la ciudad, se vendan a los vecinos que no tienen armas, 200 picas, 200 arcabuces y 100 mosquetes, autorizando a dicha casa para poder facilitar la pólvora que se necesite, por no haber quien la venda en la población.

 

-1612. Se promulga una orden por la que se obliga a los carreteros a ir al pie de sus carruajes llevando a las caballerías del ramal, prohibiéndose terminantemente y bajo multa de 300 maravedíes, el ir en el interior de sus carros.

 

-1618. Se pregona por la comarca del campo de Cartagena que, tan pronto los vecinos vean humos o fuegos en los montes, acudan con sus mujeres y sus hijos a refugiarse en la ciudad.

-1638. Hace su entrada en Cartagena el nuevo Corregidor de Murcia, Lorca y Cartagena, el Justicia Mayor del Reino Don Pedro de Córdova.

 

-1810. Después de haberse talado la Alameda, ha quedado ésta en tales condiciones, que los carros y carretas convierten sus paseos en barrizales, por lo que el Alcalde prohíbe el paso por dicho sitio a toda clase de carruajes.

-1862. Del puerto de Cartagena sale rumbo a Alicante después de haber permanecido unos días en la ciudad, el embajador plenipotenciario de Rusia en España.

-1955. Se bota el Submarino de Ataque SA-41, construido en el Astillero de la Empresa Nacional Bazán.