CARTAGENA, SEGUIMOS HACIENDO HISTORIA

CARTAGENA, SEGUIMOS HACIENDO HISTORIA

 

CARTAGENA, SEGUIMOS HACIENDO HISTORIA

Cartagena, nuestra ciudad bonita. Ciudad por la que en los últimos años paseo y disfruto, por la que a veces suspiro de añoranza o por la dejadez que aflora en algunos rincones, pero por la que mis ojos se iluminan ante tanto y tanto que nos regala cada día.

Hacía semanas que estaba ilusionada, porque había tenido en mis manos un proyecto tan especial, que ya no podía parar de imaginar qué sucedería cuando llegara el día de verlo lucir a lo lejos.

Una majestuosa bola del mundo, parecida a esa que muchos tenemos y donde marcamos con ilusión los países que queremos visitar.

Con algo así comenzó mi amigo y escultor Fernando Sáenz de Elorrieta. Sí, el mismo que dejó asomar la Cola de Ballena, icono de nuestro puerto, y que da vida y movimiento a los personajes y la historia con su técnica de hierro y acero.

Me quedé muda ante semejante proyecto que hace ya un tiempo tuvo muy a bien en imaginar, para que formara parte de algo extraordinario que ocurriría hace tan sólo un par de semanas.

Porque los años pasan, vaya que si pasan. Y en este caso 500, el Quinto Centenario de la Primera Circunnavegación, de esa primera vuelta al mundo que comenzó Magallanes y finalizó JUAN SEBASTIÁN ELCANO, tras el fallecimiento de Fernando de Magallanes el 27 de abril de 1.521 en Filipinas.

¿Sabéis una curiosidad? , que revisando su testamento, se dieron cuenta que firmaba como JUAN SEBASTIÁN DEL CANO, por lo que llevamos un montón de años llamándole de manera errónea. Curiosidad que cuenta Luis Mollá, casualmente el último Comandante que Fernando Sáenz de Elorrieta, a partir de ahora Fernando, tuvo en el Poseidón.  Dice que fueron la última dotación de ese buque.

“Estoy trabajando en algo que te va a ilusionar”, me dijo Fernando una mañana. Y claro, a curiosa y persistente no me gana nadie. ¡Quería saberlo todo!

Ahora que el proyecto estaba aprobado, que el Ayuntamiento de Cartagena, la Autoridad Portuaria y la Armada estaban con los ojos más abiertos que yo,ilusionados ante tal majestuosidad…. Porque claro, ya tenían  previsto dentro de los actos del Quinto Centenario,y más que decidido, que la terminal de cruceros de nuestra ciudad tenía que llamarse, sin lugar a dudas, TERMINAL JUAN SEBASTIÁN ELCANO. Y por supuesto, con ganas de sacar a la luz aquello que un día, en aquella reunión, Noelia Arroyo, Yolanda Muñoz y Juan Luis Sobrino no tuvieron dudas de que…..De que esa escultura de Fernando Sáenz de Elorrieta era el broche de oro para este acontecimiento.

Y de repente ocurre, sí, la casualidad llama a la ciudad, o más bien nuestra ciudad sabe que muy cerquita nuestra, el Buque Escuela Juan Sebastián de ElCano….Y aquí es cuando las personas resolutivas mueven los hilos necesarios para hacer este regalo a  los cartageneros.

Un regalo histórico, laborioso, perfectamente gestionado para convertir un día cualquiera en un día imborrable en la historia de nuestra ciudad.

Y aunando fuerzas, ilusión, buena gestión y un trabajo indescriptible, en sólo dos semanas tenía que estar todo preparado, y cuando digo todo, incluyo esa escultura con la que aquella mañana me ilusioné cuando sólo era un boceto.

El resultado ya lo habéis visto. Pero yo, que he visto cómo trabaja Fernando, perfeccionista, profesional, amante de todo lo que hace… ¿Dos semanas?

Me enviaba fotografías, me encantó estar al tanto del proceso, de cómo evolucionaba, al tiempo que a él lo veía cada día con esa fatiga disimulada por su propia emoción.

Y quise saber, quise saber cada detalle, cómo lo vivió y cómo fue capaz de llegar hasta el final, apostando por el compromiso y el fin común que todos perseguían.

Y con una marinera y una coca cola, Fernando me contó como la NAO VICTORIA la realizó en su propio taller, pero cómo el resto del trabajo se desarrolló en una nave industrial con el espacio suficiente para el tamaño de semejante escultura. Una nave que su amigo José María Zamora puso a su disposición , y que sin su ayuda hubiera sido imposible que este proyecto llegara a su fin en los plazos previstos.

Una bola del mundo, de esas que todos tenemos en casa, fue su guía. Pero tenía que estudiar para que las proporciones fueran perfectas. Así que, asesorado, optó por la Nomenclatura de Mercator, y dibujando continentes en plano, otros colgado de una grúa, otros doblando y dando forma en medio de la soldadura, y de tantos otros malabares que tuvo que sortear, aquel trabajo iba tomando forma y sus fuerzas disminuyendo.

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Destaca el Hemisferio Norte, el ecuador y los paralelos, estos últimos hechos con hierro de un grosor y peso importante.

Y para los continentes y con la destreza que ya todos sabemos, se usó el acero corten que es protagonista en muchas de sus obras. Pero un acero que lleva un proceso de oxidación para alcanzar esa textura, y un corrector de oxidación para que esta histórica y única escultura se mantenga protegida de las gotas de salitre que salpican desde nuestro puerto.

Y me consta y aún así le pregunto, que para Fernando este trabajo ha sido especial. Más de 28 años en la Armada y 13 subido a un barco, ha viajado por el mundo entero con el Hespérides, Poseidón,  incluso la Corbeta Vencedora, en la que estuvo embarcado con el Almirante de Acción Marítima, Juan Luís Sobrino.

Mi ilusión crecía por momentos, esperaba la respuesta que creo que vosotros también esperáis. No, no navegó en el Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano, aunque no fue por ganas y por no haberlo solicitado.

Y aunque la obra no está terminada y a mí ya me parece espectacular, en unos meses lucirá como el proyecto inicial.

Y dicen que el lugar donde se ha colocado puede que sea provisional. Que digo yo, que muy al paso de los viandantes habituales de la ciudad no está, salvo para los pocos curiosos que se escabullen por cada rincón y los afortunados que llegan a bordo de esos inmensos cruceros.

Porque la escultura de Fernando es didáctica. A ver, os cuento. Marca todo el recorrido de esa primera vuelta al mundo. Y si os fijáis, hay placas circulares de distintos diámetros, que indican la importancia del puerto, si fue una recalada….

Con ello quiero decir, que podría ser un punto de interpretación maravilloso en la ciudad, y las cosas maravillosas tienen que estar a la vista de todos. Y tenemos un paseo muy bonito hacia la entrada a la terminal de cruceros. ¿Qué opinaría Juan Sebastián ElCano de esto?

¿Sabéis que hubo dos expediciones, verdad?

La primera expedición que inició Magallanes y terminó Juan Sebastián ElCano tras el fallecimiento de Magallanes, de la que regresaron 21 hombres, tres de ellos esclavos.

Cuentan que a su llegada, el mayor interés del rey Carlos I era saber qué habían visto en ese mundo tan desconocido para él. Poco quiso saber de los entresijos con Magallanes,pero estuvo muy atento escuchando cuando  ElCano le contaba que se habían cruzado con hombres pigmeos, de distintos tonos de piel, mujeres, diferentes religiones, plantas, animales….

Y el rey le quiso a su lado, lo que provocó envidias. Bueno, la historia de siempre, esto no cambia. Aunque producto de esa envida el pobre Juan Sebastián sufrió un intento de asesinato e ir con un escolta que le mantuviese a salvo.

Y así fue como el Rey  Carlos  I, con ansias de riqueza, le propuso que tenían que volver, que deberían iniciar una segunda vuelta al mundo. Una expedición en la que su mayor objetivo era  vencer a los portugueses, esta vez soñaba con que sería así. Había diseñado un plan, JUAN SEBASTIÁN ELCANO llevaría a cabo esa SEGUNDA EXPEDICIÓN, se dirigirían hacia las Islas Molucas, y allí se implantarían con un virrey español. De esa manera, cuando los portugueses llegaran, ya sería territorio nuestro.

Pero el plan no salió bien. Ese dicho de “el que no corre vuela”,  pues  a su llegada, Portugal ya había levantado fortalezas, se había adueñado de esas islas deseadas por todos, provocando una guerra que duró tres años, donde Portugal resultó vencedora.

¿Queréis saber cómo se llamó esta guerra? LA BATALLA DE LAS ESPECIAS.

El clavo, la canela, la nuez moscada…., lujos al alcance de muy pocos, de mucho valor y sólo cultivados en aquellas islas.

Siete naves salieron en esa segunda expedición, de las cuales sólo cuatro cruzaron el Estrecho de Magallanes, que una vez en el océano Pacífico tuvieron la mala suerte de que una tormenta casi mortal las separase sin que nunca llegaran a encontrarse.

¿Todos conocéis quién fue la única en llegar, verdad? La NAO VICTORIA, el buque insignia, que luce orgulloso en la escultura de Fernando.

¿Y la mayor tristeza? Pues que Juan Sebastián ElCano falleció antes del regreso de esa segunda expedición, de esa segunda vuelta al mundo, el 4 de agosto de 1.526.

Y no de escorbuto, como siempre se dijo, sino de una infección intestinal por comer “ciguatos”. Yo no sabía lo que eran, así que lo cuento por si alguien tampoco lo sabe. Son pescados que se alimentan de toxinas de la superficie, vaya, de toda la porquería que pillan.

Pues él junto con el resto de los que aquella noche cenaron una barracuda en la Nao Victoria, sin sospechar el final, fallecieron.

Y la historia es muy larga, y muy interesante, pero claro, no soy historiadora ni estoy escribiendo un libro.

Sólo una ilusionada de lo que el día 22 de marzo ocurrió en mi ciudad, donde tuve la suerte de observar muy de cerca el despliegue que los representantes de la ciudad de Cartagena hicieron para todos nosotros, del público, que ni la lluvia les frenó a vivirlo. De la emoción al escuchar esa música que desde pequeña oía a mi padre tararear, incluso para conseguir que me durmiera, esos himnos y marchas militares que viven conmigo desde siempre.

Esos uniformes impecables, solemnes, ordenados. Esas palabras del  Almirante de Acción Marítima, D. Juan Luis Sobrino  y el Comandante del Buque Escuela D. Manuel García Ruiz.

Y me vais a permitir, pero me muevo por sentimientos, me quedo con ese momento en el que Noelia Arroyo, nuestra alcaldesa, con esa manera de contar y comunicar que para mí la hace muy especial, entregó las llaves de la ciudad al Comandante del Buque Escuela Juan Sebastián de ElCano, el cartagenero D. Manuel García Ruiz .Pidiéndole que no volvieran a pasar otros veinte años en visitar de nuevo nuestra ciudad.

Y con el Himno de la Armada , el desfile, y una intermitente lluvia, el Buque Escuela Juan Sebastián de ElCano, acompañado por una veintena de barcos que asomaron para despedirle, salió dirección a Cabo verde, pero con unas llaves que no tardarán en utilizar.

De momentos como este, entre todos seguimos escribiendo la historia de nuestra ciudad.

FELIZ DOMINGO

EVA GARCÍA AGUILERA