EL HOMBRE QUE DICE LAS COSAS POR SU NOMBRE, TOMÁS MARTÍNEZ PAGÁN

EL HOMBRE QUE DICE LAS COSAS POR SU NOMBRE, TOMÁS MARTÍNEZ PAGÁN

Hay personas que de una manera u otra siempre han estado en tu vida. Y  tú eres uno de ellos, Tomás.

Escuchaba de pequeña a mi abuelo contar que tu padre venía a repartir leche por el barrio de Santa Lucía. También supe que estábamos invitados a tu boda, pero otro compromiso anterior nos impidió asistir a ella.

¿Imaginas Tomás que “puntazo” hubiera sido una foto con tu traje de recién estrenado matrimonio junto a una niña pequeña que ya lo observaba todo con los ojos muy abiertos?

Esa niña que muchos años después, tras haberse emocionado con tu artículo escrito en el periódico La Verdad sobre mis padres y LA MUFLA de Santa Lucía , tocaba tu puerta para decirte aquello de : “ ¿crees que yo podría tener un espacio dominical para contar a mi manera las cosas  que me ilusionan?

Y fíjate, ya llevo  casi dos años recorriendo lugares, encontrándome con artistas, estando en todo aquello que me hace feliz y contándoselo al mundo.Bueno, al mundo…Seré modesta, a mi región y a algunas otras zonas del país a las que poquito a poco voy llegando.

Y no imaginas el tiempo que llevo dándole vueltas a la idea de hacer de ti mi protagonista especial. Pero, ¿te confieso una cosa? Cada vez que me lo he planteado he sentido vértigo. Solo asomarme a tu curriculum…

¡Madre mía Tomás! No sé cuántas vidas necesitaría para hacer la mitad de lo que has hecho tú. Y para recibir tantos premios y nombramientos.

Y es que Tomás Martínez Pagán es presidente del Centenario del Patronato del Sagrado Corazón de Jesús en el año 2000, Fundador de la compañía Cartacons SL, Socio de Honor de la Asociación de Amigos del San Juan en 1998, Medalla de Oro de la Asociación Cartagena por la Caridad en 2017, miembro del Consejo Asesor de la Fundación Estrella de Levante en 2021, Ángel custodio del cuerpo Nacional de Policía de Cartagena en 2019

Pero ya sabes, Tomás, que yo necesito contar las cosas a mi manera, decir cómo te veo después de largas conversaciones y siguiéndote en tus intervenciones.

¿Qué te parece si empiezo por aquella agradable conversación en CafeLab, disfrutando del aroma a café recién molido?

Seguro que pensaste que era muy preguntona, que solo escuchaba sin apuntar nada. Pero es mi forma de llegar a la esencia de las cosas.

Me contaste Tomás, de dónde venían tus raíces, de las que yo ya sabía algo. Y lo hiciste con orgullo. Orgullo de esos padres agricultores que vieron crecer con admiración a ese niño inquieto que en 1956 venía al mundo en un lugar conocido como La casa del cura, en la Aparecida.

Queridos lectores, como muchos chavales de su generación, Tomás estudió en el Patronato del Sagrado Corazón de Jesús y posteriormente  delineación industrial. Estudios que le abrirían las puertas de la empresa Talleres Tudela y le permitirían seguir desarrollando su vida profesional con grandes compañías como Tamar y  Cicasa, de las que fue subdirector general. Y terminando su carrera profesional como director corporativo de Mecánicas Bolea.

Aquí también podríamos contar mucho, pero amigos, todo está en Google.

Yo quería conocer a Tomás para saber sus inquietudes, sus retos, sus ilusiones cumplidas. Llegar a su interior, para después contároslo a todos vosotros.

Para bien y para mal, yo soy una persona sincera y transparente. Y si la impresión no hubiera sido buena, hubiera abandonado este proyecto.

Pero aquí estoy, un lunes después de comer, ilusionada y reviviendo mis momentos a su lado. ¿Hace falta decir más?

Cuando le pregunto a Tomás en qué momento y de qué manera se dio cuenta de que tenía esa capacidad de dirección, organización, convocatoria, resolución…sonríe y sesea. No lo hace siempre, pero a mí me encanta cuandose cuela  ese seseo involuntario en una conversación.

Se sincera. Siempre le gustó el salseo, por eso desde muy joven se introdujo en la asociación de vecinos de su barrio y en cualquier lugar donde pudiera expresar su opinión libremente. Y descubrió que sus propuestas, eran aceptadas y secundadas por el resto de vecinos.

Pero no lo llamemos salseo, porque era mucho más. Eran las ganas de luchar por los intereses de sus vecinos, como antes hizo con sus compañeros de clase en los primeros años de su adolescencia. Y más tarde defendiendo proyectos difíciles para beneficio de nuestra ciudad trimilenaria. Sólo como él sabe hacerlo, evitando las piedras en el camino para que todo sea viable.

Y me cuenta con orgullo lo que él cree que fue su primer gran proyecto con un fin humano.

¿Os acordáis la polémica que surgió cuando la empresa General Electric quería implantarse en la ciudad? El peligro de una expropiación general sobrevoló sobre muchos agricultores.

¡Cuántas familias perdieron su sueño nocturno, ante el miedo de perder todo por lo que habían luchado!

Entonces me cuenta con orgullo cómo se movilizó, la rueda de prensa que convocó para luchar contra esa injusticia. Y cómo pidió a cada agricultor que fuera con una caja con sus productos para regalárselas a los políticos allí presentes.

Aquél día sería de los más importantes para Tomás. Fue todo un ejemplo de lucha y generosidad por parte de nuestro protagonista. Y gracias a ello, aquella negociación llegó a buen fin para las familias afectadas.

Y desde entonces, Tomás ya nunca paró.

¿Sabéis que representó al General Aníbal en el segundo año de celebración de nuestras fiestas de Cartagineses y Romanos? Y entre risas dice que tuvo que hacerlo muy bien, porque le ofrecieron repetir al año siguiente.

Y fue a partir de su presencia en estas fiestas cuando empezaron a llegarle mensajes subliminales para entrar en política.

¡Pues serías un político maravilloso Tomás!, le digo entusiasmada. Lo sé porque me ha contado cómo haría él las cosas. Y me parece genial. Se ayuda para su explicación del organigrama de una empresa como las que lleva años dirigiendo. Y claro, parece todo tan sencillo. La clave es el trabajo en equipo y la resolución ágil.

Ante mi entusiasmo al imaginar qué bien lo haría, sonríe disimulando bajo su bigote perfectamente arreglado y me dice:” he demostrado que se puede luchar por y para la ciudad sin necesidad de hacer política. Prefiero dormir tranquilo sin ser etiquetado ni recibir insultos o pintadas en la puerta de mi casa. Vivo muy tranquilo así”:

Y yo le digo que si cambia de opinión, cuente con mi voto, jajaja.

Es increíble la capacidad de convocatoria de Tomás para cualquier evento que organiza. Siempre consigue  una bonita representación de la ciudad.

Y os aseguro que son eventos amenos, dinámicos, con buena compañía y una organización perfecta. He tenido la oportunidad de acudir a varios de ellos en el Hotel Los Habaneros, un lugar por cierto, que mi amigo Bartolo rescató hace algún tiempo de la decadencia en la que estaba empezando a adentrarse.

Y en esos eventos he visto a aquel Tomás joven que proponía soluciones en la asociación de vecinos, pero con la madurez y la experiencia que dan los años.

Desde lejos le he observado mientras mandaba callar de manera sutil a aquellos que interrumpían un momento de respeto u homenaje.  Y he visto cómo conseguía que todos los invitados hablaran entre ellos en un acto, siempre atento a las presentaciones entre aquellos que suponía afines.

No se le escapa detalle y disfruta con ello, es algo innato en él.  Y sí, le creo cuando dice que está nervioso hasta que todo sale bien, hasta que todo esté perfecto. Así es Tomás.

Tomás es también un amante de los buenos manjares y de las tradiciones. Y dicen que es además un gran padre, abuelo y marido. Que lo diga Paqui Bueno, la valiosa mujer que está a su lado, su apoyo y complemento perfecto. ¿No dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer? Pues esa es Paqui.

Y Paqui también se merece sus líneas. Camarera del Santiago Apóstol Californio, Madrina del Cristo del Socorro y del Cristo de Resurrección y Nazarena Mayor en el año 2016. Madre, abuela y por lo que Tomás cuenta, una pintora excepcional.

Igual sería mejor decir que detrás de una gran mujer, hay un gran hombre. Bueno, qué más da el orden. Tomás y Paqui. Paqui y Tomás. Grandes los dos.

En definitiva, es un buen día hoy para dar las gracias a alguien que siempre atenderá tu llamada y escuchará tus propuestas. Podrá o no ayudarte, pero en su agenda habrá siempre un hueco para ti.

Así que hoy, LA VENTANA DE EVA, aquella que a finales de un frío mes de  enero se abrió con ilusión, ha cumplido uno de sus sueños.  Hoy, al fin, te asomas a mi ventana como a mí me gusta. Vestido solamente con tu humildad, generosidad, secretos compartidos y esa esencia que tal vez todos tenemos pero a la que no siempre damos la luz que se merece.

Cuando empecé este camino me dijiste: Eva, cuando tu ventana lleve un año abierta, prepararemos un libro con todos esos relatos.

Yo no digo nada Tomás, pero vamos camino de los dos años y con el frío que hace en invierno, o vamos para adelante con ese proyecto o nos quedamos congelados.

Gracias, gracias. Gracias sin fin por darme la oportunidad de hacerte este regalo, escrito como siempre, desde el cariño, el respeto y la admiración.

FELIZ DOMINGO

EVA GARCÍA AGUILERA