PEDRO PIQUERAS Y MANUEL CAMPO VIDAL SE ASOMAN A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

Eva

PEDRO PIQUERAS Y MANUEL CAMPO VIDAL SE ASOMAN A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

 

Es 16 de julio. La tarde se llena de devoción y alegría. Hace un ratito que he llegado a uno de mis rincones favoritos, donde en las tardes de verano me deleito de las bonitas vistas del faro, los barcos atracados en el puerto, mientras leo y tomo un refresco.

Llevo más de 40 años disfrutando del verano en Puerto de Mazarrón. 

Y esta tarde estoy disfrutando de los barcos de los pescadores que celebran la fiesta de su patrona, la Virgen del Carmen.

Frente a mis ojos van surcando el mar, repletos de amigos y veraneantes que festejan e idolatran a su virgen. Las banderitas decoran esos barcos y la salve marinera queda suspendida en el cielo, llegando a cada rincón.

He cerrado los ojos y he sentido que estaba a bordo en uno de esos barcos. En realidad, he llegado sin darme cuenta al espacio escénico Complejo deportivo Mazarrón en un barquito de papel, de aquellos que de niña me hacía mi padre con una servilleta de un bar en las noches de agosto.

Mares de Papel nos regala la cultura bañada de sol y mar. Y esta noche estaba especialmente nerviosa. Porque entrevistar a dos periodistas de la talla de Pedro Piqueras y Manuel Campo Vidal…

Son las nueve y media. Entro contenta y enseguida ambos me estrechan la mano y me reciben con cariño. Se nota el respeto al medio, ellos son dos periodistas con una trayectoria impecable y yo… Yo, me he sentido cómoda con ellos y orgullosa de haber hecho un buen trabajo que os quiero contar.

 

 

Sentados, tranquilos y ya algo más serena, comienzo con Pedro. Me he sincerado al principio. Estar con Pedro Piqueras es como sentir que estás en familia. Lleva tantos años entrando al comedor de casa… 

Pedro, nos has contado la historia de este país durante décadas. Seguramente que infinitas veces con el corazón encogido. ¿Qué momentos siguen viviendo contigo, más como persona que como periodista?

Te aseguro que con el corazón encogido sí.

¿Sabes qué pasa? Que yo no he vivido el periodismo como si no lo viviera como persona. Todos los acontecimientos los he vivido como un ciudadano más y he sufrido como un ciudadano, he visto a veces las imágenes antes que los ciudadanos… Las vemos antes, incluso a veces quitamos algunas imágenes que no se podrían emitir, de lo duras que son. Digamos que soy un televidente que hacía televisión. 

Pero claro, ¿qué es un periodista y más de televisión? Es una persona que simplemente conoce lo que va a salir un poco antes. Porque enseguida tenemos la costumbre de contarlo casi todo ( risas…) También tenemos que tener una cierta responsabilidad más que como el qué, como el cómo contamos las cosas.

Siempre me ha gustado tu serenidad, incluso cuando el mundo parece desmoronarse. ¿Esa aparente calma nace de ti, de lo vivido en tu profesión o es una coraza?

La serenidad como dicen va por fuera (risas).Manuel  y yo teníamos un amigo común que cuando yo empezaba me daba clases sobre periodismo y televisión, que me preguntaba, ¿tú tienes madre? Sí, yo tengo madre. Pues cuéntaselo a tu madre, me decía.

Y es verdad, se trata de hablarle a alguien con quien tienes confianza. Y yo he procurado hacer eso. 

Y luego tuve el consejo de otra persona que me dijo, ten cuidado porque la televisión no te hace una fotografía, te hace una radiografía. Yo creo que hay que ser buena persona para estar en televisión.

 

Manuel Campo interviene… Sí, hay que ser buena persona. Esa frase la dijiste cuando estábamos en la academia. Y me quedé con ella y te cito. Porque es muy buena la frase. La persona no te fotografía, te radiografía. Tú no puedes salir en televisión todos los días y que la gente crea que eres buena persona. No. A  lo mejor lo puedes disimular si eres un buen actor dos días, pero al cabo de diez años, veinte años, es difícil de engañar a nadie.

 

Estoy de acuerdo con vosotros. Sería imposible y agotador representar un papel de alguien que no eres. 

Pedro, entonces esa calma tuya viene de tu profesión…

Eva, yo soy una persona bastante calmada. No me dejo llevar por la emoción de las redes en un momento determinado. Mi misión es contar las cosas, las cosas que en ese momento son las más importantes. Pero yo sé que cuando estoy contando algo muy importante, hay otro día, el día siguiente. Y las noticias son otras, aunque sigamos arrastrando otras como los últimos días lo de Torre Pacheco, pero hay que llevarlo con tranquilidad. No hay que asustar al televidente. 

Las cosas que pasan, pasan. Nuestra vida sigue. Y al final todos los que trabajamos en televisión nos despedimos con una sonrisa y decimos, les esperamos mañana. Les esperamos para contarles lo que es un día en la historia de España y del mundo. Yo no he nacido para asustar a la gente, sino para contarle a la gente…

¿Te ha quedado algo por contar que lleves dentro y que las circunstancias o el momento no te lo hayan permitido?

No. Si no he contado algo a veces ha sido porque no lo he sabido. A veces he contado cosas y la vida me ha demostrado que no eran tan ciertas como yo creía. Lo que he intentado es contar la verdad y contar lo que creo de verdad.

Nunca he hecho un telediario que haya dicho que ha sido perfecto. En ese sentido si me he quedado con las ganas de contar todo perfectamente. Y luego la realidad y la historia te demuestran que las cosas no eran exactamente como las contamos ese año.

 

Cuando ya nada es urgente… ¿Qué te gustaría que el lector sintiera al acabar el libro? ¿Es una manera de decirnos, paren, escuchen y vivan?

Vivir es importante. Cuando ya nada es urgente, qué urge, pues vivir. 

Yo no he dejado el periodismo, yo he dejado los informativos de televisión, y particularmente los de las nueve de la noche, llegando a casa a las once de la noche. Es que no es vida. No podía cenar con mi hijo que venía de Londres…

Yo no podía ir al cine o al teatro. Quería descansar de esa vorágine.

Pero no he abandonado el periodismo. Yo sigo haciendo periodismo.

Lo urgente es vivir.

Manuel, voy a ser muy sincera. Quizá con Pedro, al tenerlo en casa cada noche he crecido con él, y contigo me ha ocurrido que mi flechazo fue con esos debates políticos. Y que pese a no entender mucho de política fuiste para mí un descubrimiento.

Como os dije al principio, yo no soy periodista, me muevo por la ilusión y el interés que me generáis personas como vosotros, así que con esa confianza, me encantaría que me contaras las anécdotas de la época de debates y el resto de experiencias vividas en esa amplia trayectoria profesional, aunque el tiempo no nos permita extendernos mucho.

Eva, déjame una previa. Hay gente que tiene la carrera de periodismo y no hace periodismo. Puede que esté en una redacción y hace administración, o de oficinista.

Pero tú, Eva, esta noche estás haciendo periodismo.

(Un inciso. Que Manuel Campo me diga que yo esta noche estoy haciendo periodismo y Pedro Piqueras asienta… Gracias por valorar mi trabajo)

Yo creo que los debates son un derecho de los ciudadanos. La gente tiene derecho a saber qué le va a proponer el que va a ser presidente del gobierno.

Desde que estudiaba y vi un primer debate político me impactó tanto que dije, cuando yo pueda en España organizaré un debate como este. Y 19 años después tuve la oportunidad de preparar aquel debate entre Felipe González y José María Aznar.

No es una esgrima verbal como se cree, es una selección de personal. El ciudadano que está sentado en ese sofá al que te refieres viendo a esos dos señores dice, contrato a este o a este con mi voto para que gobierne la empresa que se llama España S.A.

Por eso cuando hay políticos que se resisten a ir a un debate… No, tiene usted que ir a decirme qué va a hacer usted con este país.

No he hecho sólo debates políticos. Estuve en el telediario muchos años de televisión Española, después directivo de Antena 3, y creo que la comunicación es vital en nuestra era. No comunicar es fracasar.

A veces no decimos las cosas a tiempo. Y el otro día contaba yo en un acto público como este, con Javier Sardá, que no comunicar es fracasar. Y a la salida una pareja mayor se me acercó y me dijo, esta noche llamaré a mi hermano, porque es cierto que no nos comunicamos…

Ese detalle, Manuel, es porque los que estamos detrás sentimos que sois de verdad, y eso es muy importante. Vosotros sois de los grandes comunicadores, pero ¿pensáis que actualmente existe un porcentaje importante de comunicadores de verdad?

No voy a echar cálculos, Eva. Pero yo creo que es imprescindible para comunicar, la honestidad. Porque la responsabilidad es mucha. 

 

 

Y como en todo, el tiempo apremia. Hay un público extraordinario esperando para disfrutar de estos dos grandes profesionales de la comunicación. Así que salgo y le digo a Nacho Ruíz que haga unas fotografías muy bonitas. Nacho es generoso y es un placer compartir con él las veladas de verano entre personas increíbles.

Un escenario increíble, con una decoración exquisita de la mano de Antonio Jara y Kiko.José Antonio llevando la noche de manera impecable…

 

Risas, anécdotas, verdad, emociones. Una noche que me llevo para mi colección de momentos inolvidables.

Gracias al Ayuntamiento de Mazarrón y a todas las personas de la organización que consiguen que la cultura venga para quedarse en un verano de MARES DE PAPEL.

 

LA VENTANA DE EVA

Eva García Aguilera