Montanaro: EL CHANTAJE DE LA PAZ SOCIAL. EL TOTALITARISMO ATEMPORAL DE ORWELL

Andrés Hernández
Andrés Hernández
Montanaro: EL CHANTAJE DE LA PAZ SOCIAL. EL TOTALITARISMO ATEMPORAL DE ORWELL

EL CHANTAJE DE LA PAZ SOCIAL. EL TOTALITARISMO ATEMPORAL DE ORWELL

Cuando una banda de delincuentes como la catalana maneja las riendas de un país gracias a la extorsión de la egolatría de un presidente, Sánchez, contrario éste a la ética y a la dignidad, ya piden todo y de todo, incluso licencias terroristas y hacer de carceleros de jueces y fiscales, porque se lo darán, otra cosa es que luego venga alguien y los ponga en su sitio a todos, la esperanza no se pierde, y tal como va la deriva vergonzosa e indecente de la Justicia en este país con un Tribunal Constitucional corrompido, no creo que falte mucho, ya somos una pura dictadura bolivariana, así lo reflejan en Bruselas diputadas francesas y las líneas rojas de la moral democrática se han sobrepasado de lejos, gracias a la herrumbre política de un PSOE contaminado por el autoritarismo sánchista y una hordas de absentistas de la moral y al ética.

Así, cuando la extorsión al país procede del propio gobierno por intereses espurios, ¿cómo se denomina?, ¿es un delito?, ¿puede actuar la fiscalía, aunque sea de Sánchez?, o ya, ¿está tan podrido el gobierno, el PSOE y el bodrio llamado progresía formado con asesinos y golpistas incluidos que nos indica que estamos en un estado sitiado por una dictadura? Cada día más extorsión, más amenazas y más chantaje.

Nos chantajean con la “paz social”, Sánchez y su gobierno pusieron en práctica para mantenerse en La Moncloa y desmembrar los pilares del Estado y la Constitución un chantaje con la “paz social”, según ellos, permitir desigualdades y que, Cataluña sea una dictadura fascista consolidada dentro de España y haga lo que quiera con nuestro apoyo y recursos económicos es por la “paz social”, para que no haya tumultos, para extinguir el Castellano y a los españoles en favor de inmigrantes de donde sean, incluso hacer el árabe cooficial en Cataluña, los mismos que son descendientes de castellanos y andaluces entre otros y a los que insultan, nos dicen que es para que no quemen Barcelona los terroristas y que los delincuentes vivan del resto del Estado Español.

Por otro lado, y en el País Vasco, nos dicen que tras casi mil asesinatos cobardes hay que liberar a los terroristas para la paz social, entregar Navarra a los secesionistas vascos y darles prebendas a los asesinos, hoy “gente de paz”, si no matan porque la Democracia y sus Fuerzas de Seguridad acabaron con ellos, ahora son buenos, pero ojo, no tardaran en decir desde este propio gobierno para justificarse y justificar el chantaje que podrían volver a matar los asesinos terroristas cobardes de ETA representados por Bildu, de hecho, siguen en ideologías de sangre.

Todo por la “paz social”, un paro inquebrantable en su aumento y su penuria, un acoso al empresario y autónomo abusivo, una presión aciaga sobre las libertades. ¿Todavía no vemos que estamos en una dictadura comunista inquisitiva? ¿No vemos la falta de libertad?, ¿nos parece bien que el gobierno atente contra la Constitución y nuestros derechos?, nos están exprimiendo como limones y seguimos asépticos a la realidad. Estamos en sequía con penuria hídrica y damos dinero a Marruecos para regar los cítricos y verduras que acaban con los nuestros, además de mantener comunas en el desierto y traficar con el sector primario. Permitimos también el tráfico de seres humanos con una inmigración desmedida e insidiosa en lugar de atacar a las mafias y reducirlas, una invasión en toda regla y hay que tomar medidas, quizás declarar el estado de emergencia y no permitir ningún vuelo marroquí cargado de ilegales, esto está sobrepasando el buenísimo y los acuerdos del gobierno desconocidos con un Marruecos venido a más y que nos chantajea.

Así, volvemos una y otra vez a Orwell. No hay escapatoria. La película 1984 nos agrede de forma permanente, al escuchar las insensatas noticias diarias, en el trabajo, en el sofá, sin duda estaba en la mente los totalitarismos comunistas hoy representados en España por Sánchez y su horda, sobre todo, y el nazi, no lo olvidemos, centrados en los sediciosos catalanes y en separatistas filo terroristas vascos. Cada día que pasa parece ajustarse más y más a nuestro mundo. Es lo que escribía Onfray en la Teoría de la dictadura, en la que se inspiró Orwell para analizar el presente de entonces y del actual. Así, este gobierno se ha convertido en una farsa del WOKE, un movimiento ideológico progresista radical, basado en una izquierda identitaria con rasgos rabiosos, agresivos, agitadores, poco sinceros, y por su tendencia a la censura de opiniones discrepantes mediante la llamada cultura de la cancelación".

No voy a detenerme en las opiniones de Onfray representadas en su libro, quiero participarles de las siete fases de la obra de Orwell y de la vía hacia lo que él califica como dictadura o estado de excepción, es más apropiado llamar totalitarismo de nuevo cuño, soft por suave o totalitarismo democrático.

Orwell quería demostrarle a la sociedad cómo era un mundo regido por sistemas que coartan las libertades individuales en aras de un supuesto bienestar colectivo, así se anticipó 40 años a la realidad actual.  Es un clásico atemporal. En esta novela distópica, Orwell explora con eficacia los temas del control de los medios de comunicación, la vigilancia del gobierno hacia todo y todos, el totalitarismo en resumen y cómo, un dictador puede manipular y controlar la historia, los pensamientos y las vidas de tal manera que nadie pueda escapar de él, les suena, indigentes ideológicos dirán que le recuerda al franquismo, pero está a años luz de lo actual.

Es mucho lo que su propuesta literaria nos ha enseñado, y sigue siendo un punto de referencia para quienes se sienten contrarios a los sistemas opresores y dictatoriales que suprimen las libertades más básicas de la humanidad colectiva e individual, es un punto de referencia para él que escribe y firma.

La lucha del pueblo y de los factores sociales que forjan un cambio para tener libertades enmascaradas por la dependencia. Punto de atención para no perder de vista la dimensión de los intereses de algunos que se hacen llamar revolucionarios, pero, “No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura” y lo hemos visto en Cuba y Venezuela, restos de la América Bolivariana y sus antecesores en Rusia y China.

En lo que cabe, los seres humanos quieren ser buenos, pero no demasiado buenos ni todo el tiempo. Una sentencia que señala e identifica perfectamente una dualidad que no puede pasarse por alto, en la humanidad coexisten la bondad y la maldad y a veces a la vez, o la maldad enmascarada por la bondad. Así se explica que personajes terminen por corromperse y pasar por alto las reglas y de hecho tenemos en el gobierno ejemplos claros y tenaces.

El panorama del mundo contemporáneo como que, en la época actual no se puede ser indiferente a la política y mantenerse fuera de ella, la polarización, o rojo o azul, o progre o facha. Todas las cuestiones son cuestiones políticas, y la política misma es o se ha convertido en una suerte de mentiras, de evasivas, de estupideces, pero sobre todo nos han llevado al odio y la esquizofrenia. La política, sus mecanismos y su fuero, en su significado más vulgar y convenido somete a algunos aborregados colectivos mediante postulados hegemónicos e ideológicos para masas, pero, no siempre incluyen a todos en la ecuación, la suerte va por barrios, así como la verdad es relativa o los cambios de opinión para enmascarar mentiras con la complicidad del engañado por absurdo.

Luego el lenguaje, que debe ser la creación conjunta entre la lírica y aforados a la realidad de los gobiernos, es mejor documentarse, leer sensatez y escuchar a personas expertas, son los que nos pueden ayudar a conocer y entender la realidad política del momento.

Cada guerra, cuando ocurre o antes de que ocurra, es representada no como una guerra, sino como un acto de defensa propia contra un maniático homicida. Joder, hace 40 años se vaticinaban actitudes y aptitudes. Hay algo profundamente personal en la política y para muestra la Europa de hoy o la España de hoy, una con la guerra y la otra con el autoritarismo. Las guerras suelen ser un reflejo trastocado de ello. El nazismo de Hitler y el régimen represivo de Stalin fueron un claro ejemplo de ello.

Me dicen algunos que es de valientes decir hoy las cosas como son, sin miedos y sin tapujos, máxime con esta charlatanería chantajista y amenazante. Decir lo que piensas no es un acto de rebeldía, muchas veces y hoy más que nunca, es de revolución a los propios pensamientos. Expresar, es una de las maneras más valientes para decir tu verdad y no estar en las nóminas mediáticas del gobierno es una contrariedad denunciada y perseguida, ejemplo son hoy, en pleno siglo XXI los medios no afines y los periodistas que discrepan del dictador como son cuestionados, agraviados y perseguidos. Como bien escribía. “En un tiempo de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”.

Hablamos de la defensa de la patria que “matria”, en concepto inventado de “matria” es de imbéciles y muñecas de escayola, el patriotismo es habitualmente más fuerte que el rencor y las divergencias entre clases y siempre es más fuerte que el internacionalismo, aclarando este como una apreciación de las diversas culturas del mundo y un deseo de paz mundial. Las personas que expresan este punto de vista creen, no sólo en ser ciudadanos de sus respectivos países, sino en ser ciudadanos del mundo.

Una verdad elemental es el patriotismo que en apariencia contrasta con el sentimiento de libertad, el patriotismo desmesurado puede desbordar los límites de la solidaridad, la empatía y la hermandad, lo que atenta contra los principios humanísticos y si lo extrapolamos al inmediato, tenemos las segregaciones nacionalistas propias de la indigencia antropológica.

El humor es una manera de retar lo establecido, la chanza, el chiste, y provoca un entusiasmo unido con la libertad. Un chiste puede ser un arma infalible contra la inflexibilidad del totalitarismo. Así, un simple chiste es una especie de rebelión intelectual. Es aparentemente trivial el concepto, pero desafía los esquemas impuestos por un sistema rígido y totalitario.

Las libertades reales se restringen cada vez más desde la mentira, inmersa en un gran discurso de conquista de nuevas libertades, para ello se nutren de dirigentes a modo de ministros aborregados, como el de analfabetismo catalán en Kultura como Urtasum, que llama desde su profunda ignorancia comunista a Picasso violador, a Goya taurómaco y a Dalí fascista, cosas de la imbecilidad humana. Para coartar la libertad crecen los controles sociales exponencialmente, pero disimulados, todo empieza a ser trazable y rastreable, o lo que es lo mismo, todo controlado como en las dictaduras comunistas. La libertad para pensar fuera de la ideología oficial se desvanece entre memorias históricas, delitos de odio, ideología de género, asexualidad y una lista interminable de estupideces que compramos como normales y siempre creciente de fobias.

La lengua se convierte según Orwell y según la doctrina natural de la sociedad equilibrada en herramienta de combate ideológico, es arma política. Se usa para adoctrinar, para restablecer y reinventar límites al gusto del dictador impostor. Se crean expresiones a desarrollar que implantan a través de información y, de los medios de comunicación del aparato de propaganda totalitario como en este caso sánchista, camuflando la realidad, pero, sobre todo, se corrompe la lengua o se anula directamente.

No existe la verdad, la mentira es una perspectiva, es una opinión lícita, y los que disienten son atacados y perseguidos. En esta farsa entre perspectivas y mentiras se acaba imponiendo la del poder. De hecho, se suprime la historia, se reescribe y se usa como arma ideológica, se cambian las leyes y los delitos que le interesa al poder, en este caso a Sánchez y su horda.

 Aparece la insurrección contra todo lo dado y heredado por conservador. Hay que destruir todo, y claro aparece el odio y su propagación, base elemental de la polarización que promueve el totalitarismo como herramienta movilizadora y no dudan en incitar e instigar con audacia sobre quienes los cuestionan. Todo para aspirar a su propio imperio, el que comprenda su universo. Todo unido se convierte en una suerte de chantaje usando la paz social como excusa para anular un recurrente Estado de Bienestar.

Andrés Hernández Martínez