Las lesiones condicionan al Slavia Praga en su partido contra el Athletic
Las lesiones condicionan al Slavia Praga en su partido contra el Athletic
El Slavia Praga afronta su cita decisiva de Champions League ante el Athletic Club de Bilbao con la enfermería cargada: dos de sus tres mejores futbolistas, el central Igoh Ogbu y el centrocampista Oscar, no llegarán a tiempo a un duelo que decidirá el futuro europeo de ambos clubes.
Un Slavia mermado en su columna vertebral
Jindřich Trpišovský, técnico del vigente campeón checo, lleva semanas trabajando sin Ogbu desde su llegada a Praga. El nigeriano, jefe del eje de la zaga, combina potencia en el juego aéreo, capacidad para corregir a campo abierto y una salida de balón limpia que inicia muchos de los ataques del conjunto praguense. Por eso, la baja del futbolista obliga a reconfigurar una defensa que pierde a su líder nato y muchos centímetros cuando el calendario aprieta.
Y si Ogbu es un problema cuando no está disponible, tampoco tener a Oscar es aún peor. El centrocampista africano es el principal motor del centro del campo, al que daba equilibrio a base de fuerte presión y buena velocidad en transición, clave en las bet del conjunto checo. Sin ellos, Trpišovský tiene que repartir responsabilidades entre perfiles más jóvenes, lo que se suele traducir en menos claridad con el balón y más desgaste durante los noventa minutos.
Aun así, el conjunto de Praga seguirá siendo reconocible: defensa de tres centrales, carrileros y largas y una presión agresiva sobre la salida de balón del rival, un sello que ya ha llamado la atención de analistas europeos. En casa acostumbra a empujar desde el pitido inicial, llenar de centros el área y explotar el balón parado. Con Ogbu y Oscar en la enfermería, hombres como Zima, Provod y Kusej son los llamados a dar un paso adelante para sostener ese plan tan físico e incómodo.
Oportunidad para el Athletic en una final anticipada
Para el Athletic, el duelo en el Fortuna Arena sabe a final. Los de Ernesto Valverde llegan con tres puntos en el grupo, uno más que un Slavia que aún no sabe lo que es ganar en esta fase de la liga y que solo ha podido rascar dos empates en cuatro jornadas. De conseguir la victoria en Praga, como las apuestas Champions League dicen que debería ocurrir, el conjunto vasco quedaría de forma casi definitiva por encima del campeón checo y se reengancharían en la pelea por los puestos de play-off… mientras que una derrota obliga a un último sprint casi perfecto antes rivales de talla mayor.
El precedente reciente invita a la prudencia. La temporada pasada, en la Europa League, los bilbaínos sufrieron para doblegar al Slavia en San Mamés, duelo que se resolvió por un ajustado 1-0 en el que el cuadro checo exhibió la intensidad y valentía que les caracterizan. Esa identidad no desaparece por dos lesiones, pese a su “pesadez”.
El calendario tampoco ayuda a los rojiblancos, con unos rivales duros por delante: Barça, Slavia y Levante fuera de casa; y Real Madrid, Atlético de Madrid y PSG en La Catedral. En ese contexto, un tropiezo en Chequia podría complicar mucho la gestión física de una plantilla ya muy exigida.
Por eso, el partido se presenta como una oportunidad y una trampa a partes iguales. El Athletic se encontrará con un Slavia tocado en su columna vertebral, pero ni mucho menos rendido. Si los de Valverde son capaces de imponer su ritmo, castigar las debilidades en la zaga local y aprovechar la menor experiencia de los sustitutos de Ogbu y Oscar, darán un paso enorme hacia los cruces de Champions.