Manifiesto por la dignidad de las Urgencias Hospitalarias en la Región de Murcia

Manifiesto por la dignidad de las Urgencias Hospitalarias en la Región de Murcia

 

“Hoy nos concentramos para alzar la voz por la dignidad, el respeto y la justicia que merecen los servicios de Urgencias Hospitalarias en nuestra Región.

Una vez más, denunciamos una situación insostenible que, lejos de mejorar, se agrava con el paso del tiempo ante la indiferencia de las administraciones.

Las urgencias hospitalarias en la Región de Murcia, y muestra de ello es el servicio de este hospital Morales Meseguer, atraviesan una de sus crisis más profundas. Después de muchos años con servicios infradotados, la situación ha llegado a un punto límite. El hastío de nuestros profesionales alcanza cotas insospechadas, hasta el punto de que algunos se plantean seriamente abandonar su puesto de trabajo.

Faltan profesionales, faltan medios y falta, sobre todo, voluntad política. El déficit de médicos se utiliza constantemente como justificación para mantener unas condiciones laborales indignas: niveles de estrés insoportable, cargas de trabajo agotadoras,  falta de tiempo para una atención médica de calidad y toma de decisiones de forma segura, colapso frecuente de los servicios y la imposibilidad de la conciliación con la vida personal y familiar.

Sólo la profesionalidad de nuestros facultativos ha sido capaz de sostener esta situación durante años.

Sin embargo, en la actualidad, la falta total de compensación, la ausencia de mejoras en las condiciones laborales y la persistencia de políticas sanitarias claramente insuficientes amenazan con romper definitivamente ese frágil equilibrio.

Durante el verano, los profesionales, exhaustos, se ven obligados a aceptar un sobreesfuerzo si quieren disfrutar de unos días de descanso. Para ello, los turnos se cubren con menos personal, lo que provoca una sobrecarga insostenible sobre quienes permanecen en activo. Además, se ven forzados a realizar un número excesivo de guardias para garantizar una cobertura mínima que permita ofrecer una atención digna a la ciudadanía.

 

La Administración conoce sobradamente la creciente dificultad para cubrir los contratos ofertados en este servicio. Es un trabajo que resulta cada vez menos atractivo para nuestros profesionales. Y no hablamos de un servicio cualquiera: las urgencias hospitalarias son el último eslabón de la atención sanitaria urgente, el recurso al que se recurre cuando todo lo demás falla. Cuando no hay posibilidad de una atención rápida en Atención Primaria o cuando una afección de salud aparece de forma repentina, las Urgencias Hospitalarias son, muchas veces, la única puerta abierta.

La migración de profesionales desde estos servicios hacia otras áreas de la Medicina ya es un fenómeno real. Y plantea un grave problema estructural que, si no se afronta con soluciones urgentes y decididas, pondrá en riesgo directo la salud de la población. Si no cuidamos las condiciones laborales de quienes cuidan de nosotros, si no hacemos de estos puestos de trabajo destinos deseables y sostenibles, el colapso no es una posibilidad: es una certeza que se acerca.

Y queremos decir alto y claro: la situación económica de la Región de Murcia no puede ser una excusa para desatender la salud de la ciudadanía ni para vulnerar los derechos laborales y profesionales de quienes hoy están sosteniendo con esfuerzo y compromiso el sistema sanitario. La salud es un derecho fundamental, no un privilegio sujeto a recortes ni a prioridades presupuestarias discutibles. Lo que está en juego no es un gasto, es una inversión en vida, en dignidad y en justicia social.

Se prometió hace ya unos años la creación de nuevas plazas para reforzar estos servicios esenciales, como medida coyuntural, pero esas promesas siguen sin cumplirse. Se pactó la elaboración de un Plan de Urgencias y Emergencias donde se adecuarían las plantillas a las necesidades reales, otro pacto incumplido. Desde el Sindicato Médico de la Región de Murcia se han propuesto de forma constante medidas concretas que paliaran esta situación que no han ido siendo atendidas.  Las palabras no salvan vidas. Las promesas vacías no alivian el sufrimiento ni el agotamiento de quienes están en primera línea.

Por todo ello, exigimos:

- La elaboración del  tan necesario plan regional de urgencias y emergencias

- Una dotación suficiente y estable de médicos de los servicios de urgencias en todos los hospitales públicos de la Región.

- La creación inmediata y efectiva, como medida urgente, de las plazas previamente comprometidas para urgencias.

 

- La implantación de un plan estructural y serio de refuerzo estival que no cargue sobre los hombros de unos pocos el peso de todo el sistema.

- La mejora de las condiciones laborales en los servicios de urgencias hospitalarias, reconociendo su especial complejidad y su papel crucial en la sanidad pública.

- La garantía, por parte de las autoridades, de que la salud de la población no quede supeditada a limitaciones presupuestarias ni a decisiones políticas de carácter economicista que anteponen el ahorro al bienestar colectivo.

Hoy decimos basta. Basta de abandono institucional. Basta de recortes encubiertos. Basta de mirar hacia otro lado mientras se desangra uno de los pilares del sistema sanitario.

Por unas urgencias hospitalarias dignas, humanas y sostenibles. Por quienes están siempre cuando más se les necesita. Por la salud de todos”.