El Rincón Literario de Paco Marín: "Rialto, 11"
TÍTULO: Rialto, 11
AUTOR: Belén Rubiano
EDITA: Libros del Asteroide (2019)
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 12,5 x 20 cm. Número de páginas: 240. PVP: 17,95 €. ISBN: 978-84-17007-75-1
Soy de la opinión que cualquier buen lector ha fantaseado alguna vez con ser propietario de una librería; más para poder leer todo lo que le gusta, que para ponerse tras un mostrador y atender al público. Montones de veces, cuando entras en uno de estos templos, hemos pensado: que me encierren aquí y un par de veces al día me traigan la comida.
Belén Rubiano ha escrito Rialto, 11… una historia -más bien una cadena de anécdotas- que, en la mayoría de sus páginas, nos arranca una gran sonrisa. En otras, sufrimos con ella. Es una perfecta pasarela por la que desfilan toda una fauna de lectores, menos lectores, curiosos, rateros, “voy” a pasar el rato… Es muy difícil retratar todo esto sino se tiene gracia e inteligencia para ello.
Un día de principios de otoño de 2002, la luz de una pequeña y recóndita librería de la plaza del Rialto de Sevilla se apagó, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora había empezado a vender libros diez años antes en otras librerías, donde aprendió muchas cosas, además de su oficio.
En la sucesión de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocación que le llevó a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con cándida sinceridad, porque salvo la satisfacción de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como había soñado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero también hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrías.
Ante todo, la valía de estas páginas, que el lector recorrerá entre la carcajada libre y la más profunda empatía, reside en la vitalidad y el personalísimo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devoción por los libros y de cómo uno puede llegar a arriesgar cualquier seguridad por perseguir un sueño.
Belén Rubiano (Sevilla, 1970) es librera en su ciudad natal. Ha cursado, entre otros, estudios erráticos e inconstantes de psicología, filosofía, cine y fotografía, y reconoce que su única constancia hasta la fecha ha sido la lectura. Ha colaborado en radio y revistas especializadas como crítica y prescriptora literaria. Aunque la pregunta que más veces ha tenido que responder a lo largo de los años es «¿cuándo vas a publicar?», afirma que hasta ahora no tenía una historia que contar ni tiempo para escribirla. Rialto, 11 es su primer libro.
Impresiones de una escritora / librera… Gracias Belén…
P.- ¿Quién es Belén Rubiano?
R.- No hay día que no me lo pregunte, pero no he avanzado mucho en la respuesta. Alguien que lee mucho, que escribe menos y a la que le cuesta publicar. Y que prefiere sentir curiosidad por todo a juzgar nada (o casi nada).
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace Rialto, 11?
R.- Siempre creí que Rialto, 11 era una buena historia que merecía ser contada. Encontrar la manera de hacerlo y estar preparada (técnica y emocionalmente) me ha costado más. Pero nunca dudé de que lo haría.
P.- ¿Qué le gusta más: ser librera o escritora?
R.- Son actividades casi opuestas. Un librero es un ser social por definición, pero se escribe en la más completa soledad. Un librero apenas si controla algo. Cuando escribes, ejerces un control absoluto sobre lo que haces. Es una fuerza muy precaria y llena de inseguridades, pero es extraordinaria. Sin duda, escribir.
P.- ¿Qué es lo más curioso que vivió como librera?
R.- Comprobar que no me equivocaba en mi intuición de que era un oficio cortado a mi medida. Me devolvió con creces cuanto le di: su generosidad.
P.- ¿Quién compraba más libros: hombres o mujeres?
R.- Salvo en la administración pública y a igual trabajo, un hombre (salvo en sectores muy contados) siempre gana más que una mujer. Es una injusticia que incide en que el ticket medio de los hombres sea mayor y más despreocupado que el nuestro.
P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?
R.- Si es bueno, me gusta todo, pero amo a Dickens descaradamente.
P.- ¿Qué está leyendo, ahora mismo?
R.- Hoy ha caído la relectura de un poemario de Amalia Bautista. Y en el bolso llevo Maniobras de evasión. Recoge unas piezas cortas buenísimas de Pedro Mairal que me ando dosificando como quien tiene tres cigarrillos y sabe que la noche será larga.
P.- Como lectora, prefiere: ¿libro electrónico o papel?
R.- Papel. Como lectora y como esteta.
P.- ¿Qué manías le han asaltado a la hora de escribir?
R.- Creo que no tengo manías. No sé si escribir por la mañana y revisar por la tarde lo escrito lo es. Pero me mortifica la idea de morirme por la noche y legar tres o cuatro páginas sin corregir. Y dejar de escribir cuando estoy entusiasmada en mitad de lo que escribo, nunca atascada. Pero eso no es una manía, sino un sabio consejo de Patricia Highsmith que funciona.
P.- Relate alguna curiosidad literaria personal, que le ha ocurrido como escritora, y no ha confesado hasta hoy...si la hubiere.
R.- Creo que ya no confesaré nunca lo que no he confesado ya. Con los años aprendes a confesar menos. Algo bueno tiene que tener la edad, ¿no?
P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer Rialto, 11?
R.- Creo que no me corresponde a mí. Escribir es ya bastante duro como para que los autores tengan que hacerlo. Creo en el destino, también en el de los libros.
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- Vivir más y leer menos. Más me vale...