Rincón Literario de Paco Marín: "Demasiado tarde para huir"
TÍTULO: Demasiado tarde para huir
AUTOR: Ignacio del Burgo
EDITA: Almuzara (2025, noviembre)
Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 14,5 x 22 cm. Número de páginas: 216. PVP: 19,95 €. ISBN: 979-13-70200-30-5
Un detective que intenta huir de sí mismo, una artista desaparecida y una Europa al borde del desastre: así arranca “Demasiado tarde para huir”. Una historia de espionaje, pasiones peligrosas y lealtades rotas en la que nada ni nadie es exactamente lo que parece.
El trasfondo de espionaje que recorre la novela nace de un hecho histórico real: la intención de la Rusia soviética de infiltrarse en los servicios británicos durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
Los Ángeles, 1930. Jack Murphy, un detective privado marcado por la guerra y los desengaños, acepta un encargo inesperado: viajar a Londres para encontrar a una misteriosa artista desaparecida. Lo que comienza como un caso rutinario pronto lo arrastra a una red de espionaje, pasiones peligrosas y lealtades quebradas. En las brumas de Londres, Murphy descubrirá que los viejos pecados siempre acaban cobrando su precio.
Tarde desesperada para huir es una novela negra de corte clásico, cargada de atmósfera, ironía y tensión creciente, que rinde homenaje a los grandes maestros del género.
Ignacio del Burgo (Pamplona, 1973) es abogado y letrado asesor de empresas. En su faceta de escritor, ha publicado las novelas "La conspiración del Temple" (2000), "Asedio" (2002), "Cae la noche sobre La Habana" (2023), "El trono en llamas" (2024) y "Demasiado tarde para huir" (2025). "El eco de la culpa" es su primera obra de teatro.
Interesante conversación con Ignacio del Burgo… Gracias…
P.- Por favor presente a Ignacio del Burgo.
R.- Soy abogado de profesión y escritor por afición, dos facetas con las que convivo sin que se confundan. Escribo en los márgenes de mi oficio, sin grandes pretensiones, más allá de ofrecer al lector un relato sólido, bien construido y fiel al espíritu del género que aborda. Mi trayectoria no responde a un plan, sino a la necesidad de sentarme a escribir cuando las historias llaman a la puerta.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace "Demasiado tarde para huir"?
R.- “Demasiado tarde para huir” nació poco después de publicar “Cae la noche sobre La Habana”, cuando sentí la necesidad de escribir algo más cercano al noir clásico, inspirado en los grandes autores del género. La idea surgió con naturalidad: un detective fuera de su entorno, atrapado en un caso que se complica a cada paso.
P.- ¿Cuánto hay de documentación y cuánto de imaginación?
R.- La ambientación exige documentación: prensa de la época, libros de historia y un par de viajes para captar atmósferas. Pero la historia en sí es ficción. Me interesaba que el trasfondo histórico aportase verosimilitud sin imponerse, y en ese sentido está documentado el interés soviético por penetrar en los servicios británicos durante los años treinta. Ese marco real proporciona el tono y la tensión adecuados para que la imaginación pueda desplegarse con libertad sin perder credibilidad.
P.- ¿Por qué la ambienta en los años treinta?
R.- Porque son un territorio narrativo inagotable. Una década marcada por el auge del crimen organizado, la crisis económica, el avance de los totalitarismos y el crecimiento de las redes de espionaje. Ese clima de sospecha, amenaza y fragilidad encaja de manera natural con el noir clásico. Tras mi anterior novela ambientada en 1934, sentía que ese periodo aún ofrecía muchas aristas por explorar, un mundo al borde del desastre en el que cualquier decisión podía tener consecuencias imprevisibles.
P.- Los Ángeles y Londres ¿por qué?
R.- Elegí Los Ángeles y Londres porque funcionan casi como dos personajes contrapuestos. Los Ángeles representa la luz, la apariencia y el ruido superficial del mundo del que procede Murphy; Londres, en cambio, es niebla, sospecha y terreno desconocido. Ese contraste permite despojar al protagonista de sus certezas y observar cómo reacciona cuando pisa un suelo que no controla. Buscaba dos ciudades capaces de reflejar su conflicto interno. Una que simbolizara lo que deja atrás y otra que encarnara la amenaza a la que debe enfrentarse.
P.- Curioso personaje Jack Murphy ¿cómo nace?
R.- Jack Murphy nace de la voluntad de crear un protagonista capaz de moverse con naturalidad en las zonas grises. Un tipo marcado por la guerra, por sus fracasos sentimentales y por una mirada cínica que funciona como coraza. No parte de un modelo concreto, pero sí bebe del espíritu de los detectives literarios que avanzan por intuición y esconden sus heridas bajo el humor ácido. Murphy surge de esa mezcla de vulnerabilidad y escepticismo, de alguien que ha vivido demasiado y entendido muy poco, y cuya voz resultaba perfecta para contar una historia de sombras.
P.- La artista desaparecida no es un personaje nuevo; háblenos de ella.
R.- Ella aparecía en “Cae la noche sobre La Habana”, y recuperar su figura me permitía tender un hilo entre ambas novelas. Es un personaje envuelto en misterio, inspirado en una artista real, cuya vida dispersa entre Cuba y Estados Unidos ofrecía un trasfondo muy sugerente. En “Demasiado tarde para huir” funciona como motor de la trama, influye en Murphy, lo desestabiliza y lo obliga a mirarse a sí mismo con una honestidad que normalmente evita.
P.- ¿En algún momento se le ha rebelado algún personaje?
R.- Más que rebelarse, algunos personajes han ido ganando un peso inesperado conforme avanzaba la escritura. Al estar narrada en primera persona, la voz de Murphy condiciona mucho el rumbo, y a veces obliga a seguir caminos que no estaban en el plan inicial.
P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?
R.- Leo todo lo que cae en mis manos, ya sea Hemingway o Chaves Nogales, por poner dos ejemplos muy distintos. En el noir clásico, Hammett y Chandler son los grandes maestros del género. En el panorama más actual disfruto con autores como Pérez-Reverte o Lorenzo Silva.
P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.- “El conde de Montecristo”. Lo leí hace años y me tiene atrapado de nuevo. Es una de esas novelas que, por más tiempo que pase, conserva intacta su capacidad de fascinar.
P.- Recomiende, por favor, un par de títulos
R.- “El halcón maltés”, de Dashiell Hammett, sigue siendo el gran clásico del género. Y “Los mares del Sur”, de Manuel Vázquez Montalbán, una referencia imprescindible de la novela negra española.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- No tengo grandes manías, pero necesito silencio y la sensación de que nadie va a interrumpirme. Suelo escribir de noche, cuando la casa se queda en calma, y en fines de semana.
P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha desvelado hasta ahora... si la hubiere.
R.- Escribí mis dos primeras novelas con veintitantos años y, visto con perspectiva, lamento haber dejado pasar casi dos décadas hasta retomar la escritura. Pero la vida no siempre te lleva por donde uno quiere, y las obligaciones terminan imponiéndose. Aun así, las historias permanecen ahí, esperando su momento, y al final siempre encuentran el camino de regreso.
P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer "Demasiado tarde para huir"?
R.- Porque es una novela que recupera el sabor del noir clásico —su atmósfera, su tensión, su ambigüedad moral— pero contada desde una mirada contemporánea. Un detective lejos de casa, una artista desaparecida, una red de espionaje en un Londres inquietante y un protagonista que intenta no perderse a sí mismo mientras todo a su alrededor se oscurece. Creo que ofrece al lector un buen rato de entretenimiento y evasión, esa sensación de acompañar a un personaje peculiar y dejarse arrastrar por una historia que avanza con ritmo y está pensada para ser disfrutada.
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- Estoy trabajando en una novela de misterio ambientada a comienzos del siglo XVII. La historia gira en torno a las tensiones entre la Inquisición y la brujería en la frontera con Francia. Mi intención es poder concluirla a lo largo del próximo año. Y, una vez cerrada, me gustaría volver a Jack Murphy, un personaje al que aún le quedan sombras por explorar.