¿Sufren más nuestros pies en verano?

¿Sufren más nuestros pies en verano?
El doctor Aitor Pérez, profesor del Grado y del Servicio de Podología de la UCAM advierte del abuso de las chanclas en estas fechas y ofrece recomendaciones para cuidar los pies y evitar infecciones
Murcia, 16/07/2025. Con la llegada del verano, los pies pasan a tener mayor protagonismo: después de estar todo el invierno a cubierto se lucen más, y el calor, el cambio de calzado y los hábitos estivales suelen provocar molestias, lesiones e infecciones si no tenemos un buen cuidado. Entonces, ¿sufren los pies más en verano? El especialista y profesor del Grado en Podología de la UCAM y de su Servicio Podológico Universitario, Aitor Pérez, confirma que sí, y señala la mayor exposición, el aumento de la sudoración, el uso de calzado menos adecuado y el caminar descalzo por zonas poco seguras como aspectos que lo provocan. “Durante todo el año solemos llevar los pies cerrados en el calzado, evitando situaciones de riesgo como rozaduras, pequeñas abrasiones o traumatismos directos en la piel”, apunta, mientras que ahora, “un ambiente cálido y húmedo puede hacer que proliferen infecciones por hongos y bacterias”.
¿Y las chanclas?
El doctor Aitor Pérez hace hincapié en que el abuso de chanclas de piscina o playa, de dedo o sandalias planas, sin sujeción y con características a las que nuestros pies no están acostumbrados durante el invierno “aumenta el riesgo de sufrir sobrecargas musculares, lesiones como la fascitis plantar, esguinces por inestabilidad, etc.”. Este tipo de calzado está diseñado para distancias cortas, especialmente para proteger el pie de superficies húmedas como duchas o alrededores de la piscina, “pero no para realizar caminatas, por la falta de sujeción y, en ocasiones, por la calidad de los materiales de la suela y la altura del talón”.
Por ello, destaca que lo ideal es utilizar calzado con sujeción en la parte de detrás del pie o en del tobillo, con suela resistente, transpirable y fabricado con materiales no agresivos con la piel, para evitar la aparición de rozaduras o lesiones dérmicas. Asimismo, afirma que, pese a que caminar descalzo es “beneficioso para nuestros pies y sirve para potenciar la musculatura y la estabilidad de nuestros pies”, siempre debe ser por zonas seguras, ya que “si lo hacemos en exceso o por superficies como las piscinas o la playa, podemos aumentar el riesgo de quemaduras por temperatura o infección por papiloma”.
Recomendaciones
Al aumentar la exposición de los pies a agentes externos como agua, arena, sol... puede aumentar el riesgo de sufrir grietas o sequedad, por lo que Aitor Pérez recomienda usar cremas específicas "con urea al 10-20% de manera diaria al final de la jornada". Además, destaca la importancia de mantener los pies secos, especialmente entre los dedos, y no olvidar aplicar protector solar también en ellos. “Con un buen cuidado, no debemos tener problemas con nuestros pies en verano. Hay que usar calzado adecuado con sujeción y estabilidad, hidratar y proteger la piel, evitar la acumulación de humedad y, ante cualquier duda o dolor, consultar con un podólogo”.