La comunidad LGTBIQ+ en el trabajo: acoso y visibilidad, asignaturas pendientes

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La comunidad LGTBIQ+ en el trabajo: acoso y visibilidad, asignaturas pendientes
La comunidad LGTBIQ+ en el trabajo: acoso y visibilidad, asignaturas pendientes 

Marga Vilà - Secretaria de Igualdad, Diversidad y Conciliación del Sindicato de Trabajadores (STR)


El día del Orgullo LGTBIQ+ es una jornada reivindicativa desde muchos ángulos. Uno de ellos, sin duda, tiene que ser el del trabajo. Porque es en este entorno donde se manifiestan, de una manera muy especial, algunos de los abusos y las discriminaciones que todavía hoy, lamentablemente, sufre este colectivo. Un ejemplo: el 11,45% de los casos de acoso hacia personas LGTBIQ+ ocurre en el ámbito laboral. Una cifra que debería escandalizarnos y que exige acción inmediata por parte de empresas, instituciones y también de los sindicatos.

Pero los agravios del colectivo LGTBIQ+ en el ámbito laboral no se quedan, ni mucho menos, en la lacra del acoso. Otra herida que sigue sangrando es la de la visibilidad. Aunque las personas LGTBIQ+ están presentes en todos los sectores —sí, en todos, no solo en aquellos donde los prejuicios nos han encasillado históricamente—, la visibilidad sigue siendo escasa. Mientras que en la vida social el 79,5% del colectivo se muestra tal como es, en el entorno laboral ese porcentaje cae en picado: solo el 26% se visibiliza ante compañeros, un 12% ante sus jefes y apenas un 10% frente a clientes o proveedores. Son datos del pasado mes de enero del Centro de Investigaciones Sociológicas, el CIS. 

¿El motivo? Seamos claros: el miedo. Miedo a ser señalados, a no ser tenidos en cuenta para una promoción, a perder el empleo o, simplemente, a convertirse en objeto de chismes o burlas. No es un temor infundado, como demuestran las cifras sobre abusos. Y no lo podemos tolerar. Desde el Sindicato de Trabajadores, nuestro compromiso como organizaciones de defensa de los trabajadores y trabajadoras, no podemos mirar hacia otro lado. La discriminación por orientación sexual o identidad de género es también una cuestión laboral. Y como tal, debe estar en el centro de las políticas sindicales, de los comités de empresa y de los convenios colectivos.

Las personas LGTBIQ+ no quieren privilegios. Quieren igualdad, ir al trabajo sin miedo a esconderse, que se respete su dignidad, que se forme a sus compañeros en diversidad, que existan protocolos claros frente al acoso, y que se apliquen planes de igualdad que incluyan la perspectiva LGTBIQ+. Defender estos derechos no es una moda ni una consigna de marketing en junio. Es una cuestión de justicia social y de salud laboral. La invisibilidad forzada provoca estrés, malestar emocional, desmotivación y pérdida de productividad. Pero sobre todo, mina derechos que costó décadas conquistar.

Desde el sindicalismo lo decimos alto y claro: ningún trabajador o trabajadora debe quedarse atrás. La diversidad enriquece, humaniza y fortalece los equipos. Pero para que eso ocurra, necesitamos compromiso real, no declaraciones vacías. El lugar de las personas LGTBIQ+ no es solo la calle en el Orgullo, también es la asamblea, la fábrica, la reunión de equipo. Con voz propia y sin tener que ocultarse. Es hora de que el mundo laboral esté a la altura de la sociedad que decimos querer construir.

Sobre el STR:

El Sindicato de Trabajadores (STR) es una organización creada en el año 2003 para defender los intereses de sus afiliados y de todos los trabajadores de los sectores en los que tiene representación. Actualmente, el STR cuenta con más de 6.000 afiliados, la mayor parte de los cuales en el sector del refino. El STR es mayoritario en el subsector petroquímico.


 

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