La iglesia de Santo Domingo ‘se queda pequeña’ para recordar a Ángel Pérez Martos

La iglesia de Santo Domingo ‘se queda pequeña’ para recordar a Ángel Pérez Martos

La iglesia de Santo Domingo ‘se queda pequeña’ para recordar a Ángel Pérez Martos

Texto: JR Comunicación y Protocolo / Fotos: Luis Godínez.

La iglesia castrense de Santo Domingo ‘se quedó pequeña’ para las personas que asistieron a la misa funeral celebrada por el eterno descanso del conocido cartagenero Ángel Pérez Martos.

La Eucaristía fue organizada por los familiares, amigos e instituciones con las que colaboraba el fallecido las cuales manifestaron que «hemos querido dar la posibilidad de que todo el mundo pudiera dar su merecida despedida a Ángel, dado que hubo personas que no pudieron asistir a la misa ‘corpore insepulto’ que se celebró el pasado lunes 7 de junio en la iglesia de Santa María de Gracia, al día siguiente de su fallecimiento».

La misa fue celebrada por el capellán castrense D. Francisco Muñoz quien recordó la gran vinculación que tenía con las Fuerzas Armadas. No en balde, contó con la asistencia de los más altos mandos militares de Cartagena como Victoriano Gilabert, almirante de la Fuerza de Acción Marítima; Alejandro Cuerda, almirante del Arsenal; o José Ángel Úbeda, coronel jefe del Regimiento de Artillería Antiaérea nº73.

También estuvieron presenten Ignacio del Olmo, Jefe Superior de Policía de la Región de Murcia; Damián Romero, comisario de la Policía Nacional de Cartagena; María del Mar Gómez, juez decana de Cartagena; Marien García Boj, hermana mayor de la Cofradía del Resucitado; y Álvaro Valdés, concejal de Empleo.

Igualmente acudieron los presidentes de los colectivos con los que el fallecido mantenía una estrecha y altruista colaboración como Pedro Negroles, presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y de la Asociación Procesionista del Año; Matías Barco, presidente de la Asociación Benéfica Cartagena por la Caridad; y Tomás Martínez Pagán, presidente de la Hermandad de Caballeros de Lepanto.

Una vez finalizada la misa funeral, los asistentes comentaban la gran generosidad que tenía el difunto. «Siempre que alguien recurría a él encontraba respuesta y ayuda en todo lo que se le pedía. La prueba es que dedicó la mayor parte de su vida a servir altruistamente a los demás. Sin lugar a dudas, Ángel ha sido un gran cartagenero».

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