PENSANDO EN VOZ ALTA: ¡MUSEO YA!
PENSANDO EN VOZ ALTA
¡MUSEO YA!
Durante la pasada “Noche de los Museos” eché de menos uno dedicado a la Semana Santa. Recordé que en el año 2018 publiqué una columna, reclamando “El museo de Semana Santa de Cartagena”. Ha pasado el tiempo y nada; por lo que vuelvo a insistir, recordando dicha columna.
Hace unos días asistí, invitado por el Ayuntamiento de Cartagena y la Junta de Cofradías de Semana Santa, al Pregón de las Procesiones de 2018. Aquellos que me conocen se extrañarán, sabiendo como saben que la Semana Santa y yo nos tomamos el chocolate de espaldas. No soy cofrade, no soy procesionista, no veo procesiones y no me interesa nada de lo que ocurre en esos días. Eso no me ha impedido que, en casa, haya facilitado a mis hijos, en su momento, la integración en la Cofradía correspondiente y en las Agrupaciones que cada uno eligió. Es muy difícil, casi imposible, encontrarme en la calle contemplando el discurrir de alguna procesión. Sin embargo, siempre que tengo tiempo y oportunidad las sigo por televisión. Tele Cartagena me proporciona lo que me interesa, cual es enterarme de cosas y casos de cada una de las cuatro Cofradías cartageneras (ahora, cinco), ya que las retransmisiones se acompañan de los comentarios de cofrades enterados. Mi interés es intelectual, pues en definitiva es historia y vivencia del pueblo. Así he sabido quienes son Balbino de la Cerra y Anita Vivancos, entre otros, en cuanto a personajes que han contribuido con su trabajo y saber en los desfiles y ornamentos.
Como digo, mi interés es el saber más que ver. Cuando quiero saber algo voy a quien o quienes pueden ser la fuente de información. Por ejemplo, en febrero de 2014 moderé una mesa redonda en la que intervinieron los cuatros Hermanos Mayores de ese momento. Pregunté y repregunté; hubo aclaraciones y silencios, algunas cuestiones pasaron con más pena que gloria. Una de ellas que me llamaba y me llama mucho la atención es la ausencia de un Museo de Semana Santa en Cartagena.
Como he indicado, al inicio de esta columna, asistí al Pregón con interés por lo que su pregonero Ángel Julio Huertas Amorós iba a decir. Pregón preñado de recuerdos y sentimientos; creíble en todas y cada una de sus palabras. Interesante, por cuanto que fue más allá, ya que dejó al descubierto alguna que otra carencia en el conjunto semanasantero. El citado Museo fue una de ellas; apunta Ángel Julio: «Muchas veces me he preguntado por qué Cartagena, como tantos otros pueblos y ciudades de España, no tiene su propio museo de Semana Santa, y siempre me doy la misma respuesta: perdimos aquel proyecto de museo porque en realidad a nadie le interesaba, o quizá solo le interesaba a unos pocos». Yo creo que puedo responder al señor pregonero. En esta como en otras tantas cuestiones, el cartagenero está desarrollando una hipertrofia en la columna vertebral -conocida ya como hipertrofia cartagenera- de tanto mirarse el ombligo propio y ser incapaz de mirar el de enfrente. Ombliguismo y yoismo. Es inaudito que hayan pasado trece años, corría el 2005, de una publicación aparecida en la prensa en la que se apuntaba lo siguiente, refiriéndose al museo: «La fecha de inauguración oficial del edificio -El Palacio Viuda de Molina, situado en la calle Jara- sigue sin estar definida, quedando tan solo algunas cuestiones por resolver…». ¿Qué ha pasado? ¿Qué o quién impide dicha institución? Hay que respetar a quienes nos han antecedido, hay que poner en valor todo el trabajo hecho, continúa el pregonero: «Un museo sería el mejor homenaje a todos los que nos precedieron y sería además una inversión de futuro para salvaguardar nuestro patrimonio…Pero para poder contar con un museo deberíamos ser todos generosos, al menos así lo creo yo. Los cofrades deberíamos mostrar esa generosidad olvidándonos de esas cuotas que tenemos establecidas entre Cofradías, y que pienso que no son buenas para nada…Pero además de generosos, los cofrades deberíamos ser también humildes, muy humildes para poder acudir de nuevo a nuestras autoridades y solicitarles lo que ya nos dieron y no supimos gestionar». Más claro, agua.
Posteriormente, en otro momento, algún responsable máximo de una Cofradía, se pronunció de la siguiente forma y manera: «Un museo conjunto de las cofradías sería problemático por la distribución».
Todo el problema, al parecer, es quien va primero, quien va segundo…y así sucesivamente. Da la impresión que el conjunto importa poco, importa lo mío y sólo lo mío. Si se sigue pensando así, jamás habrá museo.
¡Ombliguismos fuera! Humildad y querer de verdad a la Semana Santa -no solo figurar y sacar barriga- y por encima de todo, amar a Cartagena. ¡MUSEO YA!