Carros y carretas, Ramón Galindo

Y con esto poco a poco y como de costumbre, hoy recurro al lenguaje coloquial con esta vieja expresión de “aguantar carros y carretas” para denotar el sufrimiento que por este mundo vamos padeciendo. Ya no solo los Ucranianos –que lo están sufriendo en grado superlativo- o tantos otros que en manos de golfos y granujas, siempre auspiciados por el odio y el martillo y la hoz, oprimen y ante su ineptitud y casi siempre refugiándose en las falsas promesas que hacen para llegar al poder, después no solo no las cumplen sino que prefieren matar de hambre a sus gentes antes que apearse de la poltrona. Recordemos que Stalin ya promovió una hambruna en Ucrania para someter a su pueblo, y que causó muchos más muertos que los campos de concentración de Hitler.

Y volviendo a los “carros”, cuya afección lingüística en el idioma español es bien utilizada en México, Centro y Suramérica, como sinónimo del automóvil, que al igual que tránsito en vez de tráfico se refieren para hablar de la circulación, pues no es lo mismo transitar que traficar. Pero estas afecciones, aunque en noveno lugar la primera y en segundo la siguiente, sí las recoge el Diccionario de la Lengua Española. Cosa que no sucede cuando buscamos <<tanque>> refiriéndonos a un <<artilugio de guerra>> al menos no en las diez primeras. Nos dice la RAE refiriéndose a los tanques, de depósitos, recipientes, vasijas, estanques, aljibes, sapos, cubas, cárceles en jerga mexicana, depósito de combustible e incluso de piscinas. Y luego ya más abajo -del inglés tank se refiere a los primeros carros de combate que en 1.915 diseñaron los británicos-, también se refiere a personas gruesas, corpulentas o resistentes. Pueden hablar de blindados, de vehículos de combate, de vehículos oruga, de carros de cadenas ¡Pues no! ¡Toma tanque! Para darse un baño.

Y es así como hoy muchos medios de comunicación contaminan nuestra lengua llamando a las cosas como les viene en gana, y quizá descuidando en las facultades de periodismo la base principal con la que los comunicadores de carrera debieran expresarse que no es otra que el idioma.

Efectivamente los británicos durante la 1ª Guerra Mundial utilizaron una apartada fábrica en la campiña inglesa de tanques de líquidos y combustibles, para desarrollar su proyecto secreto de un vehículo blindado con tracción de cadenas y pequeñas aspilleras para disparar desde dentro, (que no disponía de cañón de grueso calibre) que pudiera atravesar alambradas y trincheras, y que por el lugar donde lo fabricaron bautizaron su primer modelo como Mark 1 y Que los soldados de su graciosa majestad coloquialmente lo reconocían como Tank. En español lo correcto es decir carro de combate. Pero este error lo generalizan de tal manera que siguen llamando tanque a cualquier vehículo militar que se mueva con cadenas, en incluso con ruedas, no distinguiendo entre un transporte de personal, un obús autopropulsado, un carro puente de ingenieros, o un carro grúa de recuperación. De la misma forma se expresan para referirse a las explosiones de bombas y otros artefactos, cuando dicen <<ha explotado>> y deberían decir <<ha explosionado>> pues no podemos hablar de la explotación de un artefacto y si de su explosión.

Pero claro, esto no es nada comparado con algunos redactores o reporteros que confunden Odesa de Ucrania con Ordesa del Pirineo Aragonés (página web de Radio Televisión Española) o cuando dicen en directo que en la Plaza Roja de Moscú, es la Guardia Civil la que detiene a los manifestantes. Estos <<chicos chicas y chiques>> que contaminan el lenguaje y que no distinguen entre un cargador de CETME y una pastilla de carne de membrillo, no deberían pasar de hacer fotocopias en la redacción o de encargarse de la onerosa misión de la cafetera de la oficina, que también tiene sus dificultades entre cortados, manchados, largos, con azúcar o sacarina, o bien meterse en política y ya si eso podrán llegar muy lejos, véanse los ejemplos de la actualidad.

Y así como todos los domingos, de antemano pidiendo perdón por las faltas de puntuación u ortografía que pudiera cometer en esta reflexión del puro de los domingos, que escribo sobre la marcha en el móvil mientras veo las carreras de motos, por lo que no cobro y por tanto por ello no merezco recriminación por esas causas, y con cuya excusa enciendo el cigarro con el único objeto de dedicarlo a vuestra salud y en perjuicio de la mía, fumo y aprovecho para enviar un fuerte abrazo a amigos y familiares. Y es ahora cuando los que tanto han presionado por eliminar de la historia a los españoles que fueron a luchar en la División Azul, ahora envían armas para seguir combatiendo a Rusia y los otros también aupados en el chupe, se niegan a todo eso, menos a bajarse de la poltrona y veremos a ver cómo acaba todo esto, aunque nosotros tengamos que aguantar carros y carretas.