El soldado Delmás, por José Manuel López Nieto

Uno puede pensar que en esta situación de derrotas, los jugadores más criticados por la afición normalmente son los que menos calidad tienen, sin embargo, la realidad es bien distinta ya que hay jugadores que caen de pie en la afición como pueden ser José Ángel o Carlos David y otros que por algún motivo diferente del rendimiento individual o calidad no consiguen ganarse la simpatía del respetable.

Este último es el caso de Julián Delmás, si bien no podemos decir que es un jugador de los que van a marcar una época tampoco es un tuercebotas como mucha gente hace ver. Empecemos a analizar al jugador, se trata de un jugador de 1’73, con gran velocidad y centro de gravedad bajo, una de sus grandes virtudes es proteger el balón y la posición pese a tener un físico tan liviano, interpreta de forma más que correcta los espacios y los pases y es capaz de competir, siempre con algo de desventaja, en el juego aéreo. Mención aparte del compromiso y las ganas que muestra siempre en todos los partidos.

El problema viene cuando el público no sabe interpretar las condiciones del futbolista y espera que cumpla un rol para el que a lo mejor no está preparado, pero por ello no significa que el jugador no valga. Delmás es un futbolista para jugar en zona de interior derecha o centrocampista en un esquema 4-3-3 siempre por el flanco derecho. A día de hoy tras Carrasquilla es posiblemente uno de los pocos jugadores que no mete una pedrada o un pase hacia atrás como harían Azeez, Abujarnia, José Ángel, David Simón... Sin embargo, el ruido alrededor de estos jugadores es mucho menor que el aparece cuando aparece el nombre de Delmás en elonce.

DOBLE VARA DE MEDIR

Una persona que no siga asiduamente este deporte puede pensar que los jugadores más reclamados por el público o periodismo son normalmente los mejores, pero en realidad hay cientos de factores que influyen de una forma más determinante que la calidad o el rendimiento.

Un ejemplo flagrante y polémico de esta situación es el caso de Sergio Ramos, Ramos no tiene un nivel excepcional en muchas facetas defensivas para la élite como pueden ser velocidad, posicionamiento, concentración... Sin embargo, lo podemos ver en prensa siempre como una figura enorme del fútbol recurriendo a tópicos vacíos pese a no ser ni el central con más títulos ni el central con menos regates en contra ni siquiera el mejor defensa del Madrid, siendo claramente superado por Varane. Este caso también se ha visto pero en otro nivel con jugadores como David Simón, José Ángel, Gallar (en este caso su problema es la actitud) que son jugadores cuyo nivel es algo deficiente que para la afición tienen que jugar por delante de otros. 

Este problema al fin y al cabo es bastante peligroso para los clubes y para el fútbol en general, agrandar jugadores por criterios arbitrarios y criticar a otros por lo mismo la única consecuencia que genera es devaluar jugadores y por lo tanto devaluar al club y el rendimiento del equipo. Observemos un ejemplo de un equipo que este factor lo tuvo en cuenta, el Barça de Pep, un equipo donde un Busquets de tercera división era capaz de sentar a Yaya Touré, donde se jugaron unas semifinales de Champions con Jeffren, Pedro y Bojan. En este equipo se centraban más en sacar el máximo rendimiento de cada pieza según sus condiciones que en descartarlos porque en una situación concreta no actuaran bien. El resultado de todo aquello fue el equipo más dominador y que mejor fútbol ha realizado de la historia del fútbol moderno y la historia está para aprender los aciertos y los errores de otros para llevar a nuestro club a lo más alto.