PENSANDO EN VOZ ALTA: ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
PENSANDO EN VOZ ALTA
¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
Muy posiblemente, al día de hoy, estamos en el centro de una tormenta perfecta. Tormenta que se inicia con la “¿llegada?” del bichito Covid-19 y que durante dos años ha diseñado -mejor, nos han diseñado- un modo de vida muy distinto al que teníamos hasta el año 2019. En este tiempo la naturaleza, también, ha hecho de las suyas: Nevadas inusuales (Filomena), inundaciones a mansalva -en este apartado hay mucho que hablar, sobre todo de la construcción de viviendas en ciertos lugares-. Ahora mismo, estamos soportando las arremetidas de un volcán -isla de La Palma (Canarias); no en La Palma (Campo de Cartagena)- que está llevando a la más absoluta miseria a miles de personas… Todo esto en España, pues, en el exterior también están sufriendo lo suyo.
Más, seguimos sumando cuestiones extrañas -hoy, lunes 1 de noviembre, es un buen díapara señalar ‘oscuridades’- tal es el “famoso” precio de la luz… pregunto: ¿quién y cómo se establece dicho precio? Otro problema es el del gas; si unimos precio a los problemas de circulación normal del mismo tenemos nuevas borrascas en el frente. Hay miedo, y mucho, en ciertos lugares de Europa a los apagones eléctricos -los gobiernos de Alemania y Austria están advirtiendo a su población de la posibilidad de no tener suficiente combustible para calentar sus casas-. No somos capaces de mirar al sol y pedirle ayuda ¿por qué? Pienso que el sol es la solución, y más en Hispania, a todos los problemas de luz y abrigo.
Todo lo anterior, unido a la capacidad de unos gobernantes un tanto alterados, nos lleva a situaciones bastante grotescas. Unos se venden por un ‘plato de lentejas’ con tal de mantenerse en el piso de la Moncloa… cede y cede y vuelve a ceder a las peticiones que los otros, algunos con los que nunca gobernaría, demandan y demandan y vuelven a demandar. Pareciese que siempre va a ser el mandamás de este maravilloso país; maravilloso por sus habitantes, descontados los gobernantes. Alterados, y bastante, están. Salidas de tono, con gritos incluidos; amén de insultos… dichas alteraciones las encontramos a nivel nacional, regional y local.
Ciñéndome a nuestra ciudad me llamó la atención, el pasado jueves 28 de octubre, que, una vez más, fuese noticia nacional la actitud y la intervención en el Pleno del Ayuntamiento de Cartagena de Pepe López -edil de Movimiento Ciudadano-. No por sus aportaciones, no por su intervención resolviendo cuestiones, no… sino por sus gritos, malos modos y salidas de tono. Nadie me lo ha contado, lo he visto y revisto en el enlace de dicho Pleno difundido por el canal correspondiente del ayuntamiento.
Ahora continúo con los hechos. Pero quiero hacer antes unas reflexiones: No por gritar más alto se tiene más razón. Pareciese que en la oposición se tienen las soluciones a todos los problemas -si así es, todos a gobernar en la oposición-. ¿Por qué en la oposición se ven cosas que pareciese que gobernando se difuminan? También pienso que el sistema electoral español, a cualquier nivel, habría que modificarlo. Más esa modificación se dará el día que quienes quieran gobernar le interese más el bien de la ciudadanía que el propio. Yo no lo veré.
¿Qué pasó en el Pleno? Pepe López insultó vulgarmente a la alcaldesa después de pedirle esta que dejara de decir ‘memeces’. Hubo trifulca verbal subida de tono. La alcaldesa le preguntó si necesitaba un receso para poder continuar con la sesión. El señor López continuó hablando a gritos sin respetar el turno de palabra, que en ese momento tenía un miembro de su grupo. No me apetece reflejar la cantidad de insultos y gritos cruzados. Pero esta actitud es la que lanza, una vez más, a este edil a nivel nacional.
Me imagino que habrá miembros de su grupo que no aprueben los modos que, en muchos momentos, se gasta el señor López. Me imagino que Ricardo Segado, concejal al que la bronca le sorprendió cuando trataba de pedir explicaciones al Ayuntamiento sobre el “Ara Pacis”, le habrá recriminado su intervención. Lo dicho, la actitud del edil de MC genera una mala imagen de su grupo y, esto, puede restar votos en un futuro. Y, para acabar, no es bueno ni constructivo que lo que le llegue a los medios de comunicación nacionales es la fama, que se ha construido, de persona agresiva, maleducado y machista, dando una imagen más propia de malas y peligrosas sociedades poco recomendables.
Reitero ¿qué está pasando?