PENSANDO EN VOZ ALTA: TÓTUM REVOLÚTUM
PENSANDO EN VOZ ALTA
TÓTUM REVOLÚTUM
Seguimos “confitados” y mucho tiempo hay para “pensar y des pensar”; existen momentos en que mi cabeza es un tótum revolútum y ese ánimo se va a reflejar en esta columna de hoy, lunes 20 de abril. Con pensamientos y lecturas varias, espero llegar a buen puerto y, si no es así, pido disculpas a mis pacientes lectores. Ahí vamos:
Leído: En enero de 2018, agregados científicos de la embajada estadounidense en Pekín visitaron en varias ocasiones el instituto de virología de Wuhan, el primero en China en tener la más alta certificación internacional en bio investigación… Justo antes de la visita, de hecho, el equipo de Shi Zhengli (jefe de proyectos de investigación) había publicado un estudio que mostraba que algunos murciélagos de herradura hallados en una cueva en la provincia de Yunnan eran probablemente de la misma población de murciélagos que engendró el coronavirus del SARS en 2003… Pero lo que, los científicos, vieron fue tan preocupante que enviaron cables diplomáticos, categorizados como sensibles, pero no clasificados. En ellosexpresaban su alarma ante los fallos de seguridad biológica en el laboratorio a la vez que pedían prestarle más atención. Pregunto ¿De esos fallos, viene esta pandemia?
Reflexión: El hecho de que unas personas sean asintomáticas y otras mueren pese a estar sanas hace sospechar que la enfermedad tiene un factor genético. Según Juan José Tellería, genetista y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid “Llama mucho la atención cómo la enfermedad evoluciona en unos individuos de forma tan letal y en otras apenas se desarrolla, al margen de la edad”. Las opiniones son diversas ya que, según Manuel Corpas, director científico de Cambridge Precision Medicine y profesor de UNIR, “No hay ninguna evidencia que demuestre a día de hoy una predisposición genética al virus, pero no es descartable”. ¡Maldito bicho!
Recuerdo (enero de 2016): He observado con asombro con que facilidad se pasa de unos ideales sólidos y profundos a otros ideales sólidos y profundo de signo totalmente opuestos. Observo, así mismo, como los lunes, miércoles y viernes defienden X y los martes, jueves y sábados defienden Y; dejando el domingo para ver si Z es factible. Me imagino que “en habiendo” euros por medio, y no pocos, uno sin ética y sin vergüenza puede defender a Dios y al diablo al mismo tiempo. En conversaciones conmigo mismo me hago una pregunta: ¿Se comportarían igual si no se cobrara o se cobrara el salario mínimo interprofesional? Pienso que no habría políticos.
Particularmente ningún partido político merece mis respetos porque no veo altura personal ni altura de miras al no poner delante de todo a España… antes España y después el partido y después la propia persona. Soy consciente que muchos me dirán que no están de acuerdo, ¡faltaría más! Sólo vierto en estas líneas mi pensamiento en voz alta. Otra cuestión que me deja “ojiplático” es el secretismo con el que se negocia todo. A mí,no me interesa el resultado que de una negociación se da a conocer; lo que me interesa es la parte que no se da a conocer,pero está negociada. Verán ustedes que soy un iluso y me faltan, dirán, muchos hervores.Colegirán que todo sigue igual o… peor.
Vecinos: Las comunidades de vecinos son de las más curiosas y variopintas, entre las de millones que existen. Cada uno de ustedes “sufrirán” la propia. Hay vecinos de todo pelaje: el follonero, el sabiondo, el que se queja de todo, el invisible, el que nunca quiere ser presidente de la misma… en fin, ¡que les voy a contar! Más, ahora ha sacado la patita el rastrero, el que no tiene corazón, el que realmente tenía que estar aislado (su virus es peor que el COVID-19) porque pedir a personas, que no han parado de trabajar poniendo en riesgo sus propias vidas, que abandonen sus casas, dentro de una comunidad, es de ser un sinvergüenza sin alma, sin cerebro, es ser malo de solemnidad. Mi desprecio más profundo a todos aquellos que están dejando notas infames a los trabajadores que nos están facilitando el discurrir por estos días difíciles.
Mi aplauso sincero a mis vecinos, próximos y no tan próximos, que me ayudan a vivir este “confitado”. Sin más, de momento, aquí dejo mi tótum revolútum.