El PCAN pide al Ayuntamiento que incentive la restauración del Gran Hotel y la Casa Cervantes que tienen lonas en sus balcones

El PCAN pide al Ayuntamiento que incentive la restauración del Gran Hotel y la Casa Cervantes que tienen lonas en sus balcones
Los emblemáticos edificios modernistas aparecen en todas las guías de turismo de Cartagena y han mostrado sus miradores tapados a los visitantes este verano
Pésima imagen de la ciudad. El Partido Cantonal pide al Ayuntamiento de Cartagena que incentive la restauración del Gran Hotel y la Casa Cervantes, dos emblemáticos edificios modernistas del casco antiguo que presentan lonas en sus balcones. Todas la guías y hojas de información turística de la ciudad muestran ambas edificaciones como simbólicos exponentes del arquitecto Víctor Beltrí pero los visitantes han contemplado sus miradores tapados durante este verano por su mal estado de conservación.
Desde el PCAN entendemos que ambos inmuebles son de titularidad privada pero la Concejalía de Turismo y Cultura, que dirige de forma directa la alcaldesa Noelia Arroyo, no puede quedarse de brazos cruzados cuando los principales monumentos, de los cuales hace reclamo publicitario hacia el exterior, se caen a trozos. Los cartageneros echan en falta que tome la iniciativa ante casos tan sangrantes y céntricos y que apremie a los propietarios a la rehabilitación, incluso con ayudas económicas si fuera necesario, y contribuya a la unificación de criterios en este sentido de los diferentes dueños de estas viviendas históricas.
“Noelia Arroyo habla constantemente de la Cartagena turística y se enorgullece de la misma y sin embargo hacemos el ridículo cuando los viajeros llegan y se encuentran de bruces con nuestras maravillas arquitectónicas con las fachadas ocultas y además sin planes a la vista para su recuperación”, denuncia el secretario de organización del Partido Cantonal de Cartagena, Antonio Conesa.
El Gran Hotel fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento en 2012. Junto con el Palacio Consistorial, ambos constituyen las principales obras modernistas de Cartagena y, sin duda, la más importante de propiedad privada. Su construcción abarcó desde 1907 a 1916. El arquitecto municipal Tomás Rico inició los trabajos pero falleció antes del fin de la obra. A partir de ese momento, Víctor Beltrí tomó el relevo y culminó los tres últimos pisos con su impronta propia. El reputado catedrático de Historia del Arte Francisco Javier Pérez Rojas lo considera en su tesis doctoral como el edificio más cosmopolita de la Comunidad Autónoma con su alarde de barroquismo decorativo que aúna la personalidad propia de Beltrí con características de origen vienés y francés, así como una reinterpretación del estilo Liberty italiano.
Por su parte, la Casa Cervantes destaca como la carta de presentación de Beltrí en la ciudad. El empresario minero Serafín Cervantes confío al recién llegado arquitecto catalán el diseño de su monumental residencia en la calle Mayor en 1901. Con aires palaciegos, el artista utilizó para la fachada mármol de Novelda en la planta baja y su eje central, los puntos más llamativos de la construcción. Su propuesta arquitectónica y la pericia artesanal de los carpinteros y marmolistas que intervinieron en la elaboración causó un impacto positivo y decisivo para posteriores encargos en Cartagena. En la actualidad, la planta baja y el primer piso pertenecen al Banco de Sabadell y las dos últimas plantas a la Fundación Mediterráneo. El singular inmueble tiene mallas en sus principales miradores desde principios de año.
