JERÓNIMO TRISTANTE, GREGORIO LEÓN Y MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, SE ASOMAN A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

La Ventana de Eva
La Ventana de Eva
JERÓNIMO TRISTANTE, GREGORIO LEÓN Y MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, SE ASOMAN A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

JERÓNIMO TRISTANTE, GREGORIO LEÓN Y MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, SE ASOMAN A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

 

Echaba de menos encontrarme con un escritor este verano. Porque la mayoría de las veces se convierten para mí en grandes descubrimientos. Luego compro sus novelas y las leo de una manera diferente. Con ese toque de cercanía que te invade cuando has sido afortunada de pasar un ratito con él.

Otras veces ya los conozco, incluso he leído sus novelas. También es un lujo poder hablar con ellos, porque les pregunto curiosidades sobre los personajes, me desvelan alguna anécdota…

Esta noche al llegar a Mares de Papel, iba algo inquieta. Inquieta pero ilusionada. Porque esta noche no me iba a encontrar con un escritor, sino con tres.

Y eso que ya tenía yo experiencia en eso de los tríos, de escritores, claro. Porque hace unos tres años, tuve la suerte de entrevistar a los tres escritores que juntos escribieron una novela que fue premio Planeta. Los Carmen Mola.

Roselia es un encanto. Cada noche organiza, lleva y trae, atiende a los artistas, me recibe con cariño… Y allí estaba ella, para presentarme a estos tres grandes de la literatura y además cercanos.

 

 

Jerónimo Tristante, del que conocía sus obras y algo de su vida personal. Algunos amigos comunes se encargaron de confirmarme la gran persona que era.

Gregorio León era conocido para mí por los pódcast de Club de lectura, pero sobre todo por su andadura periodística en Onda Regional.

Y Miguel Ángel Hernández, discúlpame, pero hasta que no indagué sobre ti, desconocía tu obra. Desconocía, pasado, porque ya sabemos tú y yo el próximo libro que voy a leer este verano.

 

 

Entrar a la carpa que el Ayuntamiento de Mazarrón prepara cada noche para que los invitados se sientan en casa, fue un chorro de aire fresco.

Llevaba preguntas para todos, y los tres llevaban dibujada su mayor sonrisa y su trato cercano para atender mi curiosidad.

Pero preferí comenzar con una pregunta para los tres.

¿Cuál es vuestro nexo de unión? ¿Cuál es el motivo de que estéis los tres juntos aquí esta noche? ¿Os conocíais?

Nos leemos,(risas). No sólo nos leemos, sino que somos amigos, tenemos una magnífica relación…

Gregorio y yo hemos sido compañeros de editorial, apunta Jerónimo. Él tiene un programa en la radio y a Miguel Ángel y a mí nos ha entrevistado en varias ocasiones.

Jerónimo, voy a comenzar contigo.

Víctor Ros, ese detective brillante del siglo XIX que tú has creado. Si lo sacáramos de su entorno, ¿a qué crees que se podría dedicar en la vida actual, con los tiempos que corren?

Pues sería un gran analista político, porque es un tío que ve lo que va a pasar de una manera espectacular. Yo creo que sería un spin doctor de políticos famosos. Diciendo lo que tienen que decir, por dónde va a ir la cosa.

Se dice mucho que la realidad supera la ficción. ¿Tienes a nivel familiar, o algún personaje cercano que pienses que podrías convertir su historia en novela?

No, no porque no me gusta coger cosas de la realidad y ponerlas en mis novelas de personas que conozco. Sí que cojo cosas de la realidad, históricas, detalles que encuentro y me gustan… Lo que sí que hago es que a veces saco a amigos en mis novelas, a veces como son y otras el antítesis de lo que son. Es como un guiño que les hago. Eso empezó con amigos escritores, que nos sacábamos en las novelas de los otros, haciendo cada uno de las suyas… Uno de mis amigos escritores me mató… (risas)

¿Como escritor y también como docente, que libro piensas que debería ser de obligada lectura en un instituto?

Matar a un ruiseñor. Y que luego vean la película.

¿Qué proyecto tienes ahora mismo en el horno?

Estoy con la séptima aventura de Víctor Ros, que está ambientada en Estados Unidos, y creo que me quedaré a mitad de novela, porque suelo escribir en verano  y cuando empiece el curso pararé.

Mil gracias, Jerónimo. Sólo decirte que tengo un amigo escritor, que te quiere hacer llegar su último libro de relatos, porque hoy me ha contado que en uno de ellos apareces. Se llama Luis López y su libro Apneas. Si sales, me temo que en alguno de sus sueños has llegado por sorpresa.

Genial, será un honor.

Gregorio, voy contigo. Te voy a ser sincera, no he leído ninguno de tus libros, pero te aseguro que lo haré. Pero sí quiero hacerte algunas preguntas que me interesan de la vinculación de la radio y la escritura.

Años contando historias tanto en radio como en novelas, ¿hay algo que sólo te permita la radio y que no hagas en una novela o viceversa?

Yo creo que son complementarios, pero hay una diferencia. Una me permite estar cerca de la realidad y la otra alejarme de esa realidad. Aunque sí es cierto que algunas novelas han surgido de algo que has leído en un periódico, que has contado en radio…

Acostumbrado a contar las historias en voz alta, escribes imaginando las voces de los protagonistas. Y yo me planteo, ¿cuándo escribes tienes en tu cabeza la voz de los protagonistas y en alguna ocasión has tenido que modificar diálogos porque no te cuadraba?

Cambiar diálogos lo hago constantemente. Y yo paso varios filtros. Fíjate que yo escribo primero a mano, después en ordenador…

Claro que escucho la voz de los personajes. Primero creo la escena, y luego la escribo.

 

Miguel Ángel, el último y no por ello el menos importante. Tú eres un escritor muy ligado a Murcia pero con una proyección internacional importante. ¿Qué tiene esta tierra que no sepas encontrar en otro lugar como inspiración para escribir, para sentir…?

Casi todas mis historias suceden en Murcia o lugares donde he vivido. Para mí es importante tener la experiencia del lugar sobre el que se cuenta la historia.

Los lugares cercanos son también lugares donde suceden historias.

En Anoxia hablas de un personaje que tiene una desconexión emocional. En los tiempos en los que estamos, ¿crees que estos problemas los sufren más personas de las que creemos? ¿A qué se debe?

Ese personaje, Dolores, es la protagonista que vive como entre dos tiempos y siente que el tiempo acelerado la arrastra y quiere estar en un tiempo lento… Esa sensación la tenemos todos, de que no tenemos tiempo, vamos acelerados y no tenemos el espacio y el momento para estar con nosotros. Eso hace que no tengamos el tiempo de pensar, el tiempo de sentir. Y es fundamental que la literatura hable de esta experiencia  y sirva para frenar el tiempo. Cuando uno está leyendo un libro, está sólo, con su libro.

Mis temas suelen ser el tiempo y la memoria. Estoy algo obsesionado con ello.

Me siento muy identificada con lo que cuentas. Yo tengo vértigo al paso del tiempo.

Recomiéndame una de tus novelas.

El dolor de los demás.

¿Me va a poner triste?

Sí, pero te va a poner alegre al final. La vida pone triste, pero también alegre.

¡Prueba de sonido!

Me coloco en mi asiento, contenta. Me han gustado estos chicos.

A partir de ahí no imagináis la magia que surgió. La conexión con el público, las risas, el aprendizaje.

 

                                                                                                         

¡Me sentí tan identificada con muchas de las cosas que contaron!

Sobre todo cuando guardo los relatos y voy modificando y poniendo nuevos nombres al archivo y luego no sé cuál es el definitivo.

O cuando tienes una idea de madrugada, y no sabes si aprovechar y escribirla o la dejas para el día siguiente y luego ya no te acuerdas o ha perdido la esencia.

 

 

 

Me quedo con el consejo para escribir, que apunta Jerónimo. Como decía Delibes, cuenta la historia como si la contaras a un amigo.

O como decía Picasso, que la inspiración te pille trabajando.

Les puse un reto, que entre los tres escribieran un libro a seis manos. A Jerónimo no le gustó mucho, pensaba que me refería a hacer un Carmen Mola, como decía él, una estrategia que a él personalmente no le gustó.

Pero cuando les dije que no, que no tenía que ser un secreto, sino un proyecto los tres juntos, entonces los tres comenzaron a ponerle título a esa posible novela.

Fuensanta Guillamón, los Guillamones, El secreto del pimentón. Ja, ja.

Porque como dijo Miguel Ángel, que él ha llegado a escribir una novela porque tenía un título espectacular.

Ahí lo dejo.

Gracias al Ayuntamiento de Mazarrón por este momento especial, a Nacho Ruiz por las fotografías, a Roselia por su profesionalidad.

Y… seguimos.

 

LA VENTANA DE EVA

EVA GARCÍA AGUILERA

 

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