IRENE VILLA, VÍCTIMA DEL TERRORISMO, ASOMA SU SONRISA A LA VENTANA DE EVA, EN MARES DE PAPEL
IRENE VILLA, VÍCTIMA DEL TERRORISMO, ASOMA SU SONRISA A LA VENTANA DE EVA, EN MARES DE PAPEL
1991, Aluche, Madrid. Una niña de 12 años acude al colegio como cada día, con su madre. Es octubre, un mes bonito. Las hojas de los árboles caen, es época de renovar, de mudar esa piel que todavía queda de las noches de verano. Es un día más para disfrutar, soñar, aprender en las aulas, sonreír, vivir.
Un estallido, un coche que revienta con rabia en una mañana cualquiera. No ha sido el único ese día. Corren tiempos revueltos, un mundo loco de personas dañinas, de extremistas sin escrúpulos, de odio y avaricia. La banda terrorista ETA pinta de gris, salpica de miedo y destroza el camino sencillo de la vida de personas inocentes.
Yo acabo de alcanzar la mayoría de edad, no entiendo nada. Los informativos, las lágrimas de la gente…, el miedo, la impotencia.
Irene Villa, la niña de la sonrisa eterna, todavía tiene pulso. La actuación rápida de los servicios de emergencias no permiten que se vaya, porque ella, ella tiene todavía mucha alegría que contagiar.
14 de agosto 2024, Puerto de Mazarrón. Dicen que va a llover, que la tormenta y el granizo sorprenderán a los bañistas hoy. Yo soy de las que dice que la vida es riesgo, así que cuando el cielo se pone muy gris, los truenos comienzan a sonar y la playa comienza a quedarse desierta, me quedo un poquito más.
Y sí, vaya si ha llovido. Que se lo digan a Jorge Durán, Concejal de Cultura de Mazarrón y a todo su equipo. Que a las dos de la tarde lidiaban con el viento huracanado, el granizo, la lluvia, para salvaguardar un escenario que tenía que estar perfecto para recibir a una mujer increíble esa noche. La parte humana de la que siempre os hablo, la que no se ve. El trabajo incansable, los nervios… Porque la naturaleza no entiende de fechas ni horas, ella va por libre.
Irene Villa, la mujer de la sonrisa eterna brilla con luz propia en ese escenario de barquitos de papel blancos. Brilla su falda, brillan sus ojos y luce su piel dorada de estos días de descanso en esta bonita tierra.
Mi compañero Antonio, de La voz de Mazarrón y yo charlamos un poquito con ella.
De lo que disfruta de este mar tranquilo, de sus hijos, de su chico, su boda…
La miro y le digo, Irene, siempre dices que sonreír es la clave y tengo que decirte que también es mi premisa en mi día a día, ¿qué cosas te dibujan esa sonrisa, te ilusionan, te emocionan?
Todo, Eva, absolutamente todo. Cada día, cada instante, mis hijos…
Es entusiasta, me encanta. Yo soy también así, me encanta exprimir cada momento, disfrutar contando nubes o viendo a la gente que quiero, feliz. Irene es muy bonica.
Cuando miras a la vida a los ojos, ¿te entran ganas de comértela a trocitos pequeños o pegarle un gran bocado como cuando tomas un bizcocho de chocolate de manera puntual?
Ja, ja… un poco de todo. Aunque saborearla despacio… pero ese bocado al bizcocho…
Un proyecto que te ronde en tu cabeza y todavía no hayas materializado.
Tenemos mil proyectos mi chico y yo. Conferencias, encuentros… Pero el proyecto principal que deseo para mí y sobre todo para mis hijos es SER FELIZ.
Y a ser feliz venía predispuesto el público anoche. Porque la lluvia dio tregua y el FESTIVAL DEL FESTIVALES MARES DE PAPEL abría sus puertas a estos encuentros dentro del programa MAZARRÓN LIFE.
Una mujer sin tapujos, con ganas de compartir, salía al escenario arropada por un baño de aplausos y de cariño, presentada por el periodista José Antonio Ruiz.
Un rato antes bromeaba con nosotros sobre que era un libro abierto, que si alguna vez la secuestraban la soltarían por no escucharla. Y sí, era cierto, porque nos habló de todo lo que quisimos saber. Porque en esa mujer veíamos a la niña de entonces, con la fuerza que la madurez y las ganas de superación le acompañaba.
Ella pretendía esa noche conseguir subir la energía del público, un pasito más a esa felicidad tan importante, y estoy segura de que lo consiguió.
Porque aprendimos que el dolor forma parte de la vida, que debemos abrazarlo, aceptarlo. Pero lo que debemos eliminar es el miedo.
El miedo te roba momentos, no te deja lanzarte a disfrutar de esas cosas que te hacen feliz. El miedo al qué dirán, el miedo al reproche de las personas que te rodean, el miedo a sentir, a emocionarte, a dejarte llevar y amar. La vida es demasiado efímera para dejar pasar cosas que surgen sin haberlas previsto, siempre con esas tres R de las que habla Irene: RESPETO, RESPONSABILIDAD Y RESILENCIA.
(fotografía Nacho Ruiz)
Porque como dice Irene, nos perdemos muchas cosas por decir que no. Y es cierto, no, no, no… y luego hacemos otras que ni siquiera nos sacan una sonrisa.
Ella dice que hay que contagiar el virus del amor. Porque es lo más bonito que puede surgir entre las personas. Hace que tus ojos brillen y que no te marchites. Y eso ocurre cuando te rodeas de las personas adecuadas. Así que yo también lanzo un consejo, si os cruzáis con esa persona que conectáis, os brillan los ojos y te dibuja sonrisas, no dejéis de disfrutar momentos con ella, porque son los regalos de la vida. Esa serotonina, oxitocina de la que habla Irene y nos mantiene felices.
Irene Villa, te esperamos de nuevo por aquí muy pronto, en LAS PLAYAS DE MAZARRÓN que cantaba Modestia Aparte, que como a ti, junto con Alejandro Sanz, también fueron la banda sonora de mi juventud.
(fotografía Nacho Ruiz)
Y si Alejandro Sanz vio ese brillo en tus ojos que cuentas que un día perdiste, hoy eres ese faro que nos ha iluminado a todos en una noche apacible de amor y sonrisas, donde hemos aprendido que el rencor no sirve de nada y el perdón te renueva por dentro y te permite avanzar y sobre todo, ser feliz.
Gracias a todas las personas que os convertís en referentes de que se puede.
Gracias al Ayuntamiento de Mazarrón por estas jornadas de cultura gratuita, de música, teatro, tertulias y encuentros como el de hoy. A Nacho Ruiz, mi fotógrafo favorito que capta cada instante y lo comparte conmigo.
( fotografía Nacho Ruiz)
Y gracias a las personas bonitas que cuando estás a su lado, todo brilla de manera especial.
EVA GARCÍA AGUILERA
LA VENTANA DE EVA
MARES DE PAPEL