El Rincón Literario de Paco Marín: “La justicia de Cambises”

El Rincón Literario de Paco Marín: “La justicia de Cambises”

TÍTULO:     La justicia de Cambises

AUTOR:      Lucía Santamaría Nájara

EDITA:       Círculo Rojo (2018)

Encuadernación: Rústica con solapas. Tamaño: 15 x 21 cm. Número de páginas: 152. PVP: 15,00 €. ISBN: 978-84-9183-430-4

La justicia de Cambises es un cuadro pintado por Gerard David (Oudewater, 1460 – Brujas, 1523) pintor del estilo flamenco, dentro de la pintura gótica, conocido por su brillante uso del color. «El rey Cambises ordenó despellejar a uno de sus jueces por prevaricación. Con su piel mandó tapizar una silla en la que, a partir de entonces, se sentarían los jueces para que no olvidaran nunca La justicia de Cambises».

Lucía Santamaría Nájara traslada el famoso cuadro a la época franquista, al despacho de un juez déspota, maltratador de su hijo y a la vez admirado socialmente.

En la época franquista de postguerra, una mansión aislada, un juez respetado y en su despacho, presidiéndolo, la reproducción del cuadro La justicia de Cambises.

Si el inmediato pasado de odios, venganzas y muerte todavía es presente, el lejano ayer que evoca el cuadro va cobrando vida y haciéndose realidad en un ambiente en el que la crueldad y la ternura, la pasión y la indiferencia, el amor y el odio, la vida y la muerte, conviven de continuo, entrelazadas.

Amores, desapariciones y asesinatos van ensamblándose con ingenio e imaginación… vigor literario, prosa perfecta dando paso a una historia cotidiana y dolorida en la posguerra… La actitud del juez respecto de su hijo, por no haber seguido sus pasos es asquerosa y totalmente repudiable; sin embargo, la acción del hijo y su dedicación dejará al lector con los ojos en blanco, con un final más que sorprendente.

Lucía Santamaría Nájara (Soria, 1959). Licenciada en Geografía e Historia. Diplomada en Magisterio (especialidad francés e inglés).Delineante (cultiva la plumilla y el grabado).

En 2006, se publica la primera edición de esta novela, su primera novela, La justicia de Cambises, finalista del Premio de Novela Juvenil Avelino Hernández; en 2009, Mariposa de piel, en 2012, El secreto deLe Mascaret (con la que desarrolla, en colaboración con Francia, un proyecto educativo en el que han participado más de seiscientos jóvenes).

Desde 2013, se publican los cuentos para el hogar, que escribe e ilustra, dentro de la colección Cuentos para mi madre y mi tía Manolita.

En 2016, nace Umbrías un libro de relatos y microrrelatos –también ilustrado por ella–, donde recoge gran parte de sus colaboraciones en la revista mensual Letras de Parnaso, en la sección titulada «LaCasquería o los menudillos de Lucía Santamaría».

Hasta el momento ha participado en dieciocho antologías.

Parte de sus obras han sido traducidas al francés y al árabe.

Conversamos con Lucía Santamaría Nájara… Gracias…

P.- ¿Quién es Lucía Santamaría Nájara?

R.- Un torbellino. Despistada, tremendamente despistada, tenaz y luchadora hasta cumplir sus objetivos.

P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace La justicia de Cambises?

R.- En Brujas (Bélgica) por primera vez vi en el Museo Groeninge el cuadro (los cuadros, son dos) de “La Justicia de Cambises” de Gerard David.  Me impresionó. Era cruel, tremendamente cruel: estaban despellejando a una persona viva y no se reflejaba el sadismo del torturador, podía decirse que hasta había cierta dulzura. Esa misma semana, cuando volví a la Universidad, la profesora de Arte -por aquel entonces estaba estudiando Historia- en clase proyectó esa misma imagen y nos contó la leyenda del Rey Cambises. En ese momento nació mi novela.

P.- ¿Cuál ha sido su base documental?

R.- La memoria. Yo viví esa época. El recuerdo de las vivencias de personas mayores que habían estado en el frente y habían vivido la guerra.

Libros de La sección femenina, como El libro de la joven; de la Falange, de la Formación del Espíritu Nacional, etc. Todo lo que tenía que ver con aquella época para empaparme de las costumbres. La ambientación en una novela histórica es muy importante, tenía que saber que una novia que estaba de luto no podía casarse de blanco y que era un sacrilegio ir a misa sin mangas.

Tenía que saber que en los años 60 no existía el Seat León, ni otros coches modernos, por aquel entonces era el seiscientos. A pesar de haber viajado en ese coche al contrastar datos -suelo hacerlo- vi -no lo recordaba- que en la parte de atrás estaba el motor y en la parte delantera la rueda de repuesto, no podía esconder -como era mi propósito- a una persona. Tuve que recurrir al carro y estudiarlo.

Hay que documentarse muy bien para cuidar hasta el más mínimo detalle.

P.- ¿Por qué la ambienta en la dictadura franquista?

R.- Por ser una época desconocida por las nuevas generaciones. Es nuestro pasado y tenemos que conocerlo para no repetirlo. Sobre todo, ser conscientes de lo que significa una guerra civil -y no hablo de bandos-. De lo que somos capaces de llegar a hacer los humanos en situaciones extremas.

Hay una cita de Paul Valery en la solapa -siempre resumo mis novelas con una frase- que dice: “Es tan importante el olvido como la memoria”

P.- ¿Quién es su referente en la novela negra?

R.- No tengo favoritos, leo mucho, todo lo que cae en mis manos. Pero tengo dos problemas -y no son los únicos-: no retengo caras y no recuerdo nombres quizás por eso no tenga favoritos.

P.- La novela es muy psicológica... ¿prefiere psicología o sangre en sus historias?

R.- Psicología desde luego, la sangre ya la ponen los lectores. Me gusta mostrar la escena dando unos pequeños detalles y así es el propio lector quien imagina, crea y construye la escena que yo nunca me hubiera atrevido a escribir.

P.- Su arma preferida a la hora de matar ¿es?

R.- La psicológica. El impacto. El factor sorpresa.

P.- Sus géneros y autores favoritos ¿son?

R.- Intriga, temas psicológicos. Stefan Zweig, Sándor Márai.

P.- ¿Qué está leyendo, ahora mismo?

R.- El otoño de la casa de los sauces de Fulgencio Argüelles.

P.- Como lectora, prefiere: ¿libro electrónico, papel o audio libro?

R.- Papel, de momento me resisto al libro electrónico, me gusta comprar los libros, subrayarlos y poner notas.

P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?

R.- Para recoger ideas o apuntar ocurrencias, siempre llevo en los bolsillos un folio en blanco doblado en cuatro partes y un lápiz pequeño (en el trabajo me los guardan cuando los van a tirar. El lapicero resbala y escribe siempre, hasta en la cama). Numero cada parte del folio y escribo, escribo desordenadamente hasta por los bordes. Tengo muchas libretas bonitas, la gente se empeña en regalármelas, y yo no las estreno por no estropearlas y porque no se escribir ordenadamente.

P.- ¿Qué opinión le merece los festivales de novela negra?

R.- Me gusta conocer escritores y lectores de novela negra. Para mí la novela negra es a la literatura lo que la canción protesta es a la música. Son personas muy implicadas con la realidad y la sociedad.

P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha contado hasta ahora.

R.- No recuerdo nada que no haya contado -ya advertí de mi mala memoria-. Pero sí diré que el personaje del “topo” está basado en un carpintero que vivía en mi calle. En Soria fue la última persona en salir de su escondite. Yo era muy pequeña y me habían contado que su hermano Manolo -también carpintero- tenía un timbre escondido debajo de la mesa para avisarle del peligro. Yo entraba en la carpintería muchos días con mis patines o con un palito para pedirle al señor Pepe -hacía años que ya no estaba escondido- que me pusiera un clavo o me diera grasa en las ruedas de los patines y mientras tanto intentaba localizar el timbre y a él siempre -educado, correcto y silencioso- lo veía como si fuera un fantasma.

P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer La justicia de Cambises?

R.- Es corto, rápido -no hay hojas tediosas con descripciones- puede gustar o no gustar, pero al lector no le va a dejar indiferente.

Juego al gato y al ratón con el lector sin hacer trampas. Dejando pistas para que el lector piense que va ganando la partida, pero la última ficha -en esta novela estoy convencida de haberlo conseguido- la muevo yo.

P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son? 

R.- Ahora mismo estoy con un proyecto solidario a través de la literatura. He escrito “EL CAMINO DEL VIENTO”, dos mil ejemplares al precio de 5€. Todo íntegramente va para ayudar a los niños de Poroma. Ya se ha conseguido comprar 534 zapatillas a niños de los Andes Bolivianos que caminan hasta 6 horas -entre ida y vuelta- descalzos o con las sandalias rotas para ir a la escuela. Y ahora vamos -está implicada mucha gente- a enseñarles a criar gallinas y los huevos no saldrán de la escuela. Los cocerán y se los darán a los niños para que coman proteínas (estuve en septiembre en un voluntariado y vi que la escritura podía ser el medio para aportar mi granito de arena) y mi nueva novela -llevo cuatro años con ella- ya está en periodo de maquetación, esta vez me ha salido una novela policiaca.