LA GRÚA SANSÓN Y EL ÚLTIMO GRUISTA

LA GRÚA SANSÓN Y EL ÚLTIMO GRUISTA

LA GRÚA SANSÓN Y EL ÚLTIMO GRUISTA

Cada vez que paso a su lado, camino del Faro de Curra o a leer a Cala Cortina, levanto la vista y la miro. Ella está allí, oliendo ese mar que fue su vida. Observando a los que corren, a los amigos que caminan juntos, a los contenedores que forman un puzle de colores en el muelle.

Hace unos días me alcanzó la noche a la vuelta de mi paseo, y allí estaba ella, iluminada. Sus remaches vestidos de violeta brillaban con alegría.

Nuestra grúa SANSÓN, nuestra Torre Eiffel cartagenera.

Entonces quise saber más de ella. Me ocurrió una de esas casualidades inexplicables que bailan con guiños pícaros a mi alrededor desde hace un tiempo.

Había quedado con un amigo, Juan Ignacio Chacón. Me iba a mostrar una maqueta del submarino Peral, que con mucho trabajo e ilusión ha realizado para que dentro de poco todos podáis disfrutar de ella en la Casa Natal de Isaac Peral. El que un día se cruzó en mi camino y me enganchó en ese mundo de Isaac Peral y su submarino.

Ya nos estábamos despidiendo, cuando de repente dice: “espera, voy a enseñarte una cosa en la que estoy trabajando con mi hermano Eduardo”

¡No me lo podía creer! ¡Una maqueta de la grúa Sansón!

Con cada uno de sus detalles. Impresionante. ¿Pensáis que estas cosas que me ocurren son normales?

No daba crédito. Yo pensando en contaros cosas sobre la grúa….Un café, un café fue el inicio de esta nueva aventura.

Y así fue como me contó, que la grúa fue fabricada por la Unión Naval del Levante, en tan solo doce meses. Que costó 880.000 pesetas y que en 1929 fue entregada al Arsenal de la Carraca en San Fernando, Cádiz.

¿La Carraca? ¿En serio? ¿En el mismo lugar en el que se construyó nuestro submarino Peral?

“Juan Ignacio, estas coincidencias sabes que me alucinan”, le digo entusiasmada.

¿Y sabéis lo que me cuenta?

Que la grúa Sansón, primero llamada La Gaditana, fue la que hizo las pruebas de flotabilidad del submarino Peral, cuando el pobre iba a ser desguazado y lo salvaron en el último momento para traerlo a Cartagena.

Nuestra grúa especial agarró con sus ganchos el submarino y lo sumergió para comprobar que podría ser remolcado de vuelta a su ciudad, ni más ni menos que por el remolcador Cíclope.

¿Y queréis saber más? Cuando la grúa Sansón fue destinada con carácter definitivo a nuestra ciudad, también fue remolcada por el Cíclope, en 1933.

¡Decidme si no son casualidades!

¡Yo muero de ilusión con estas cosas!, pensaréis que estoy un poco “pa allá”.

Sansón era una grúa flotante. Descansaba sobre una plataforma  que por desgracia cortaron cuando, al igual que el submarino Peral, dejaron arrumbada para su desguace muchos años después, cerca del Espalmador.