CARLOS PIÑANA SE ASOMA A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

CARLOS PIÑANA SE ASOMA A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL
¡El tiempo vuela! Y como nos tiene acostumbrados el Ayuntamiento de Mazarrón, la cultura aterriza junto al mar para acariciarnos el alma. En forma de música, poesía, personajes mediáticos, teatro…
Es así como paso mi verano. La fórmula es perfecta. Amigos de siempre compartimos una cerveza en un chiringuito de playa. Playas de aguas limpias y cristalinas nos invitan a nadar junto a la Isla de Adentro, las erosiones de Bolnuevo…
Y luego están las noches que nos regala Mares de Papel. Esas que nos hacen vibrar, donde las emociones están a flor de piel, las sonrisas, los aplausos.
Y este es el cuarto año que dibujo con la imaginación mi barquito de papel y me acerco a descubrir historias, a revivir recuerdos, a entrevistar, charlar y hacer esos relatos que quedarán para siempre. ¡No os imagináis cuántos artistas generosos han compartido cositas conmigo! Y se han unido a la solidaridad para que el libro benéfico La ventana de Eva para los niños con cáncer vea la luz después de verano.
Gracias a todos los que lo habéis hecho posible.
El pasado sábado volví a sentir esa emoción de años anteriores. Aunque tengo que confesar que fue fácil. Conocía al artista internacional que pisaría el escenario y nos haría flotar como pompas de jabón.
En el espacio escénico complejo deportivo de Mazarrón ya se olía a arte. A verano, a ilusión y a trabajo infinito detrás por parte de los organizadores.
Carlos Piñana, cartagenero, artista e increíble persona me esperaba en su camerino. Como digo fue fácil, entrañable. Siempre es un lujo estar a su lado. El arte se coge a manos llenas junto a él.

Carlos, cuéntame que es para ti, Esencia Flamenca, el espectáculo con el que vamos a disfrutar todos esta noche.
Eva, con Esencia Flamenca, lo que quiero poner de manifiesto en el escenario es lo que es la trilogía flamenca. El baile, uno de los elementos más importantes, junto con la guitarra y la percusión. Pero hay un elemento que no está presente, que es el cante. Normalmente en el flamenco, todo depende del cante.
Y ahí estás tú, Carlos, para demostrar que tu magia llega tan lejos que eres capaz de hacerlo. Además, tengo la sensación de que persigues que el flamenco llegue a todos los públicos, que al escucharte, como pasa con la poesía, el público que no es de flamenco diga, vaya, vaya…
Así es. Yo lo que reivindico con este espectáculo es que sin cante se puede hacer también flamenco. Porque el cante ha sido en toda la historia del flamenco la matriz un poco de todo. Por ello yo quiero que se tenga en cuenta el papel importante de la guitarra, del baile y de la percusión.
Esencia flamenca es eso. Vamos a representar palos muy tradicionales pero dentro de lo que es mi música. Cogemos distintos estilos, tarantas, bulerías, solea… pero son mis propias composiciones.

¿Qué papel juega la percusión en todo esto?
La percusión tiene un papel muy importante en el flamenco. Va marcando el ritmo, el compás…
¿Este espectáculo dónde se puede disfrutar, para todos los que se queden prendados de tu música y tu manera de contar las cosas con esa guitarra en tus manos?
Este espectáculo lo vamos a llevar a Lituania del 5 al 12 de agosto, con la incorporación de un pianista, con la pareja cartagenera de baile, Mamen Baños y Guillermo Ojados, y el percusionista que lleva a mi lado más de 20 años.
Y a la gente le va a gustar. Al que entiende de flamenco y al que no. Mi flamenco no es un flamenco cerrado. Es más accesible a todo tipo de público.
Carlos Piñana, el niño que tuvo de maestro a su abuelo y a su padre. Una familia de artistas increíbles, me cuenta que al principio no quería aprender a tocar. Pero pasaron los años y la guitarra y él fueron uno. Con siete discos detrás, está trabajando en un disco nuevo con esas fusiones que crea, y giras por Estados Unidos, Roma e interminables países, se siente feliz haciendo de su trabajo su pasión. Es sencillo, cercano, cariñoso y …

¿Os cuento un secreto que me contó su padre, el gran Antonio Piñana?
En 2018 Carlos se convirtió en el primer catedrático de música flamenca de España. Consiguió su plaza por oposición y esa sensación de contar que fue el primer catedrático le ilumina la mirada. Como dice él, un orgullo para mi padre, para mí…
Y dice orgulloso que con su sobrino Rafa, la extirpe continúa, porque ha cogido el testigo. Y ya que mis hijos me ven tocar y no les provoca interés…
No quiero robarle más tiempo. Los ensayos, las pruebas de sonido…
Pasan unos minutos de las diez de la noche. Es verano en las playas de Mazarrón.
Me pierdo en su música. En un momento me evado. Me emociono, sonrío, imagino una historia acompañada de su música. Despiertan mis recuerdos.

Yo soy una de las personas que no entiende mucho el flamenco. Pero el de Carlos Piñana. Ese me envuelve el alma y me hace volver a casa, soñando con la seguidilla con bastones, la farruca, la taranta con bulerías y las mejillas del color de los lunares de la pareja de baile que con su taconeo me ha sacado de la ensoñación, mientras a lo lejos un fotógrafo ha captado lo que se puede sentir con el arte bajo tus pies.

Gracias Carlos Piñana, Ayuntamiento de Mazarrón, Nacho Ruiz por las fotografías.
¡Nos espera un verano especial!
La ventana de Eva
Eva García Aguilera