UNA CASA MODERNISTA , PRINCESA POR UN DÍA
UNA CASA MODERNISTA , PRINCESA POR UN DÍA
Ya os conté hace unos días que hay un lugar que necesito visitar a menudo, porque es precioso, porque me hace sentir especial, y porque es uno de los mayores privilegios de los que podemos gozar y presumir en la ciudad de Cartagena: EL PALACIO DE AGUIRRE. ¿Y por qué es un privilegio? Pues porque es la única vivienda privada burguesa modernista que queda visitable en la ciudad, repleta de arte, que conserva mobiliario y suelos originales en una infinidad de rincones.
Y da igual si vienes a la plaza de la Merced desde la Serreta o lo haces bajando San Diego, porque en todo momento si miras al cielo, vas a quedarte hipnotizado con esa cúpula que brilla como escamas de cola de sirena, de este palacete que Camilo Aguirre encargó a mi arquitecto modernista favorito, Víctor Beltrí.
¿Y quién era Camilo Aguirre?, pues el propietario de tres minas de La Unión, que fue Diputado Provincial, concejal y que tuvo una agencia de seguros.
¡Casi nada Sr. Aguirre! , bueno y una familia numerosa con ocho hijos. Así que su gran posición en el sector minero y la necesidad de espacio para esa gran familia, tuvo como consecuencia este palacio que se levantó en la ciudad en 1.901.
En aquel momento la minería estaba en auge, y es por ello por lo que hoy podemos disfrutar de tanta belleza arquitectónica en la ciudad. Así que toda aquella familia adinerada y venida a más, buscaba conseguir la casa más bonita, para competir y presumir ante familiares, amigos, comerciantes….
¡Cuánto nos gustará aparentar!, pero bueno, saquemos lo positivo, y es que gracias a esas ganas de tener las mejores casas y palacetes, tenemos un legado maravilloso y una ciudad modernista para presumir nosotros también cuando vienen a visitarnos los turistas.
Me cuenta Alicia, bueno, que no os he dicho quién es. Pues una chica encantadora que tiene la suerte de recibirnos cada día a todos los curiosos que nos acercamos a ese lugar, y que apuesto que cuando está en silencio, si su oído lo sintoniza al máximo, puede llegar a escuchar a Camilo y toda su chiquillería corretear por la casa. Una persona que vive con intensidad la historia de este lugar y que te dan ganas de escucharla una y otra vez.
A lo que voy, me cuenta Alicia que la casa consta de cinco plantas, aunque hoy no todo es visitable, y que esta familia vivió aproximadamente aquí unos treinta años.
Como soy curiosa, quiero saber sobre ellos, sobre sus hijos, costumbres, por qué se marcharon…., y Alicia dice que hay muy poquita información sobre ellos, escasa, para ser más exactos. Y que no hay un motivo cierto y documentado de por qué dejaron esta maravilla de lugar. Sí que se dice, se comenta, que durante esos años la minería decayó, y puede que un “ problemilla económico” diera lugar a que quedara en manos del Banco. ¡Vaya, mira, cómo ahora!
Y se habla de que otras familias vivieron después aquí, e incluso que fue alquilada por partes. Lo que sí se sabe con seguridad, es que hubo plantas que a partir de 1.936 y durante todos los años del franquismo, la Falange ocupó varias estancias como despachos, y que quizás por ello esté tan bien conservado.
Por todo ello, no tenemos muy claro cuál fue el trabajo real finalizado por Víctor Beltrí, ya que se piensa que hubo muchas reformas posteriores.
¡ Necesito a Beltrí en mi vida!, y eso va por mi marido, que me prometió una vida de princesa, pero yo el palacete como el de Camilo Aguirre no lo veo por más que me asomo por los pasillos de casa.
Y es que Beltrí era un visionario, con una gran influencia de Gaudí, que también está en mi lista de favoritos. ¿Tendré yo sangre azul y no lo sabré? ¿Seré una rococó encubierta?
Sólo entrar por esa puerta, quedarte en el semisótano y empezar a subir….
Cómo dice Alicia, el modernismo era puro arte, no sólo la calidad de los materiales de la casa, sino que cada uno de los trabajadores era un artista, del hierro, del mármol, de la madera.
Por eso tenemos unas puertas al entrar con unos cristales grabados al ácido en la antigua fábrica de cristal de Santa Lucía, que se mantienen originales y preciosas.
Una escalera de mármol de Macael tallada con elegancia, y esas barandillas trabajadas de una sóla pieza con curvaturas que parece imposible, o por partes individuales como los timones de la barandilla para subir la escalera principal.
Y si Alicia no me lo dice, pues no veo que el simbolismo está presente en toda la casa. La flor de lis, los timones de la ciudad marítima, la abeja en la puerta de la entrada que representa el trabajo.
Y entonces es cuando subes y entras en el despacho del Sr. Aguirre, y pisas esos suelos de madera originales en ese lugar donde tantos asuntos se tratarían, con esas paredes con pinturas de Wssell de Guimbarda.
Y unas puertas correderas se abren y entramos en el salón de baile. He dicho puertas correderas, y es que Beltrí fue un adelantado, un visionario. Unas puertas para aportar espacio, y tan bonitas, de esa madera trabajada y repletas de espejos. Y aquí sí que me vengo arriba, porque me dejo llevar por las historias que me cuentan, por las fiestas de disfraces que organizaban, por los bailes habituales….Ains, qué bonito, sólo hace falta cerrar los ojos y bailar, porque la música ya suena en mis oídos, los vestidos ondean con los movimientos acompasados de las presumidas chicas burguesas de la época, y arriba, las chicas del servicio sueñan con conseguir el zapato de cristal para ser burguesita por un día.
¿Sabéis por qué el servicio estaba en las plantas altas? Pues por razones de seguridad, para los dueños de la casa claro. Por si había un incendio u otra desgracia, salir los primeros. ¡ Sin comentarios, corramos un tupido velo que se me va la magia del momento!.
¿He dicho que al entrar al salón de baile me he venido arriba?, pues voy a contaros un secreto, también me he venido muy abajo, ja, ja. Porque esa bonita sala tiene en su techo un mural precioso que representa una alegoría a la primavera. Y Alicia me ha dicho, tienes pinta de querer una foto y te voy a dar un consejo, “lo mejor, acuéstate en el suelo”. Y no sé si esa mañana habrán pasado la mopa o no, pero en un instante me he despojado de mochila y chaquetón y me he acostado en el centro de la sala. ¿Y sabéis una cosa?, ha sido una experiencia de lo más bonita, porque me he quedado unos instantes ahí, observando, y tanto y tanto me he dejado llevar que casi se me olvida hacer la fotografía. Y es que el día que salgo, llevo una idea de lo que quiero hacer, pero siempre me sorprendo por cosas como estas. ¡Soy una caja de sorpresas para mí misma!
¿Y os cuento otro secreto?, he podido subir por las escaleras de caracol que comunican las cinco plantas, y que no es visitable, al igual que la sala de las chicas donde alberga el mirador más bonito y único en el que he estado, de cortinas blancas, donde una vez, muchas mujeres se asomaron para “hacerse ver”. Pero yo hoy, sólo he querido disfrutar, de esos rincones de “acceso restringido” y que me han regalado porque…., pues porque Alicia y yo vivimos las cosas creo que con esa misma ilusión.
Porque ella me ha hecho ver a los comensales en el comedor, desde la época donde la comida se servía en abundancia tipo banquete, hasta que se inició el arte afrancesado de servir la mesa plato a plato, con mesas auxiliares que lucían bonitas soperas y ensaladeras para que la comida no se enfriase. Porque me ha mostrado unos sombreros que fueron encontrados en el semisótano de este minero.
Y porque hemos tenido la suerte de poder disfrutar de un bonito video en la zona de recogimiento de la familia y donde sobre el altar , dos vidrieras originales de 1.902 realizadas en Burdeos llenan de color nuestro día. Un video donde se pone imagen a todo lo que yo anteriormente imaginé, cuando tumbada en el suelo me dejé llevar por mi sueño de ser princesa.
Y estaba genial este final, pero quiero decir algo. Siempre escucho eso de,claro, qué pena que sólo se conservan fachadas de los edificios modernistas, o que no son visitables, o que vaciaron los interiores y con ello los dejaron huérfanos de historia.
¿Sabéis una cosa? , que hay unas personas maravillosas esperando que vayáis, porque por desgracia y asombro, las visitas son escasas. Y ellas están allí, para hacer visitas guiadas gratuitas a todo el que cruce esa puerta y quiera disfrutar de la única casa modernista privada de nuestra ciudad, que mantiene una gran parte de todo ese arte original. Nada más que añadir.
FELIZ DOMINGO MODERNISTA
EVA GARCÍA AGUILERA