Así está el Mar Menor, ¿estabilidad o preocupación?

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Así está el Mar Menor, ¿estabilidad o preocupación?

Estado actual

El Mar Menor vive una situación mixta: por un lado, desde las autoridades se habla de cierta “estabilidad”, pero por otro, organismos científicos alertan de indicios de crisis ecológica.

Aspectos positivos

  • Según la consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente de la Región de Murcia, la laguna está “en una situación de estabilidad” gracias a que ha cesado en gran medida la entrada de nutrientes procedentes de la Rambla del Albujón. 

  • Se ha avanzado en inversión pública para la mejora de saneamiento, redes de pluviales y drenaje de la cuenca vertiente que alimenta la laguna. 

Aspectos preocupantes

  • Tras la reciente tormenta y entrada de agua dulce (la DANA “DANA Alice”), se ha observado descenso del oxígeno en las capas profundas del Mar Menor, especialmente en la zona sur, que alcanza ya valores propios de “anoxia” (ausencia de oxígeno) para la fauna. 

  • Se mantiene una estratificación termohalina (capa de agua más densa, salada o fría que no se mezcla con la superficie) en la parte sur, lo que agrava la falta de intercambio de oxígeno con capas profundas

  • Aunque se registra una disminución global de la clorofila-a (indicador de proliferación algal), los valores siguen siendo lo suficientemente altos en ciertas zonas para reducir la luz que llega al fondo y dañar la vegetación bentónica (como las praderas marinas). 

  • La laguna arrastra desde hace años una problemática de eutrofización por exceso de nutrientes (nitratos, fosfatos) procedentes de la agricultura intensiva en la cuenca vertiente.

Varias causas convergen:

  • La cuenca que rodea y alimenta al Mar Menor (en especial el Campo de Cartagena) ha tenido históricamente una agricultura intensiva, con uso elevado de fertilizantes que acaban vertiéndose en la laguna. 

  • La entrada de agua dulce de forma repentina o en grandes cantidades (por lluvias torrenciales, ramblas, etc) altera la estratificación del agua salina, acelerando la pérdida de oxígeno en las capas profundas.

  • La laguna tiene una forma y volumen que la hacen especialmente vulnerable: las capas profundas ya tienen dificultades de renovación de agua. La estratificación termohalina favorece la creación de zonas con poco oxígeno.

  • Las lluvias recientes han arrastrado sedimentos, materia orgánica y nutrientes al Mar Menor, que aumentan la carga de trabajo ecológica de la laguna. 

Riesgos inmediatos

  • Un nuevo episodio de mortandad de fauna marina (peces, bentos) si la anoxia se extiende o se agrava. Algunas de las variables medidas ya muestran valores críticos. 

  • Deterioro creciente de la vegetación marina (praderas marinas) que son fundamentales para la salud del ecosistema.

  • Que la recuperación de la laguna se torne más lenta o incluso irreversible si no se mantiene vigilancia, medidas y coordinación entre administraciones.

Futuro y acciones en curso

  • Se están ejecutando múltiples actuaciones para mejorar el saneamiento urbano y agrario, redes de drenaje y control de nutrientes. Por ejemplo, una convocatoria de ayudas de 20 millones de euros para municipios de la cuenca vertiente. 

  • Se promueve investigación científica y sistemas de vigilancia permanente (como estaciones en la red de piezómetros, modelización, cámaras) para anticipar episodios críticos. 

  • Es esencial mantener y acelerar el ritmo de ejecución de medidas de la legislación específica que regula la laguna y su entorno (como la conocida “Ley del Mar Menor”).

Conclusión

El Mar Menor no está “salvo”, pero tampoco es que esté ya en caída libre sin remedio. Se encuentra en una fase crítica de vigilancia: gracias a ciertas mejoras y a la reducción de entradas de nutrientes se ha evitado una catástrofe inmediata, pero los indicios de alarma ambiental (anoxia, estratificación, lagunas de actuación) siguen ahí. Si se relaja la atención o se ralentizan las medidas, el riesgo de presentar un nuevo episodio grave es real.

Valores recientes destacados

  • Se ha medido un valor promedio de oxígeno disuelto de ≈ 7,21 mg/l en la laguna tras el episodio de lluvias recientes.

  • La salinidad registrada es de ≈ 43,08 PSU (unidades de salinidad práctica).

  • La clorofila-a (indicador de fitoplancton) ha descendido a cerca de 3,09 mg/m³ tras el pico inicial después de la DANA. 

  • Transparencia del agua de ≈ 2,75 m, y turbidez de ≈ 7,98 FTU en los puntos monitorizados. 


 Aspectos críticos / de riesgo

  • En la zona sur de la laguna (la “cubeta sur”) se han detectado valores de oxígeno muy bajos, incluso anóxicos en capas profundas, tras la entrada masiva de agua dulce por ramblas y lluvia intensa. 

  • Episodios recientes de estratificación termohalina (agua dulce más ligera sobre agua salina/y más densa) dificultan el intercambio de oxígeno entre capas, lo que incrementa el riesgo para fauna y vegetación. 

  • Aunque la media de clorofila ha bajado, hay zonas con valores muy elevados (hasta ~12 mg/l en ciertos puntos) que no son buenos porque indican proliferaciones de algas (“bloom”) que afectan negativamente los fondos.


 Interpretación general

  • En conjunto, estos números indican que el Mar Menor no está en colapso inmediato, pero sí en situación de vigilancia alta y con riesgos reales latentes.

  • El hecho de que el oxígeno medio sea razonable es positivo, pero los “puntos calientes” de bajo oxígeno en la zona sur son preocupantes porque pueden desencadenar episodios de mortandad o deterioro acelerado.

  • La mejora de la clorofila y la transparencia sugiere que algunas de las presiones están cediendo o controlándose, pero aún hay fuentes de estrés (entrada de agua dulce, nutrientes, sedimentos) que siguen activas.

  • El sistema de monitorización está funcionando bien (sensores, boyas, etc) lo que permite reaccionar y prever. 


 Qué vigilar los próximos días/semanas

  • Que los niveles de oxígeno en la cubeta sur no sigan descendiendo o permanezcan en valores bajos durante mucho tiempo.

  • Que la estratificación desaparezca o al menos se reduzca: si el agua no se mezcla, el fondo seguirá amenazado.

  • Que los valores de clorofila no se disparen de nuevo: un “bloom” puede provocar nuevos ciclos de anoxia.

  • Que la turbidez, sedimentación y entrada de nutrientes desde la cuenca vertiente no aumenten tras nuevas lluvias.

  • Que las medidas estructurales (drenaje, humedales, control de fertilizantes) se mantengan activas para reducir la carga de presión sobre la laguna.