Cultura inicia el procedimiento para declarar bienes catalogados los conjuntos mineros de La Pobrecita y Rambla de Las Matildes

Cultura inicia el procedimiento para declarar bienes catalogados los conjuntos mineros de La Pobrecita y Rambla de Las Matildes
Ambas instalaciones constituyen un ejemplo representativo de las infraestructuras minero-industriales desarrolladas en la Sierra Minera de Cartagena-La Unión entre finales del siglo XIX y el siglo XX
23.09.2025 Los conjuntos mineros de La Pobrecita, en el Estrecho de San Ginés, y Rambla de Las Matildes, en Cartagena serán declarados Bien Catalogado por su relevancia cultural tras el trámite iniciado a tal fin por la Consejería de Turismo, Cultura, Juventud y Deportes. Ambas instalaciones conservan elementos clave de la actividad minera tradicional en la Sierra de Cartagena-La Unión entre finales del siglo XIX y el siglo XX.
El conjunto minero de La Pobrecita conserva elementos clave de la actividad minera tradicional. Así, a través del pozo maestro, la casa de máquinas y el antiguo pivote de malacate, es posible entender cómo funcionaban las minas en el pasado y cómo fueron evolucionando desde sistemas manuales o de tracción animal hasta la mecanización.
Se trata de uno de los escasos ejemplos en los que conviven físicamente huellas materiales de ambas fases tecnológicas, lo que otorga al enclave un carácter singular y de gran valor cultural. La autenticidad del conjunto queda acreditada por restos materiales como el forro del pozo, anclajes del malacate y cimentaciones de maquinaria, así como por testimonios orales que documentan su uso desde el XIX.
Por su parte, el conjunto minero de la Rambla de Las Matildes está integrado por la Fundición Dos Hermanos de Pío Wandosell, el castillete y casa de máquinas de la Mina San Sebastián y el castillete y casa de máquinas de la Mina El Cielo. Es un ejemplo de arquitectura minera funcional, con elementos de fundición, tratamiento del mineral y almacenamiento.
La coexistencia de estructuras vinculadas tanto a la extracción como al tratamiento del mineral ofrece la posibilidad de realizar una lectura cronológica de los procesos industriales. Entre los elementos conservados destacan hornos de calcinación, galerías de condensación, naves de fundición, un lavadero de flotación diferencial, así como castilletes, casas de máquinas, balsas y estructuras auxiliares que permiten interpretar las distintas fases de la actividad minera.
El director general de Patrimonio Cultural, Patricio Sánchez, subrayó que “ambos conjuntos son ejemplos de la arquitectura industrial minera que nos muestran el uso de materiales y soluciones técnicas de la época adaptadas a la zona. Constituyen una huella cultural y su conservación permite mantener viva la memoria de una forma de vida desaparecida”.