LA FAROLA DEL LAGO LORENZO VERGARA PAGÁN (LOREN) ¡EI ALMA SE SERENA!

Lorenzo Vergara
Lorenzo Vergara
LA FAROLA DEL LAGO LORENZO VERGARA PAGÁN (LOREN) ¡EI ALMA SE SERENA!

LA FAROLA DEL LAGO
LORENZO VERGARA PAGÁN (LOREN)
¡EI ALMA SE SERENA!

Me he sentado delante de mi ordenador, preparado para escribir un nuevo artículo de mi querida Farola del Lago, la verdad es que… tengo mi cerebro repleto de recuerdos que pugnan por salir al mundo. En alguna ocasión (esta es una de ellas), el pugilato que mantienen entre ellos se resuelve ganando a los puntos el ultimo que grita un poco más fuerte en el interior de mi cabeza. En este momento, cuando pongo los dedos en el teclado de mi viejo ordenador… me ha venido a la cabeza la imagen aquella tan simpática de los años 60-70, en la que se veían a los peques de la familia Telerín cantando aquello de…vamos a la cama que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar. Pero…este recuerdo llevaba otro mucho más bello (para mí), y era el de mi hijo Loren (tenía apenas un año) arrastrando el “culico” por la casa al oír la canción de los peques, y…mirando fijamente el televisor ponía cara de asombro al ver a tantos niños cantar aquella canción tan armónica.

Era casi el principio de la televisión, no estaba ni siquiera la segunda cadena, y… poco después de la familia Telerín echaban alguna película de Fernando Fernán Gómez, o de José Luis López Vázquez, después un pequeño Telediario (especie de NO-DO), y…antes de cerrar la edición (a las doce de la noche) se hacia un silencio total, y aparecía un cartel que decía…EL ALMA SE SERENA, a continuación salía un cura soltándote un “Sermón” profundo y conciliador. Rápidamente aparecía la bandera de España y el Himno Nacional, y el televisor quedaba mudo hasta el otro día. Recuerdo que… mi televisor era un Vanguard, comprado en las Puertas de Murcia de nuestra querida Cartagena España, en la tienda de Avelino Marín Garre, y pagado a plazos (como to quisque). Avelino tenía un fichero mucho más extenso que el de la policía. ¡Joder!, me “enrollao” de tal forma que…ahora me cuesta hilvanar el articulo por donde yo quería, pero…es que se me va el Santo al cielo. Os lo decía al principio, los recuerdos se agolpan en mi cerebro y luchan por salir.

Acabo de meditarlo, y…voy a seguir con el tema del principio de la tele, del frigorífico, la lavadora, el friegaplatos Perdonarme los muy jóvenes que leáis este modesto artículo, pero… no puedo remediarlo, cuando me pongo a escribir mi pensamiento vuela, y me asaltan los recuerdos que tan intensamente he vivido, y… trato de trasladaros a aquella época que forma parte de nuestra juventud, y que la recordamos como si fuera un tesoro que…hemos ido dilapidando, pero que (afortunadamente) nos ha dejado una enorme huella. Dice el diccionario que… dejar huella es crear un legado duradero en la historia, y…a ella me “agarro”, como un naufrago a un salvavidas, para que no se pierdan los recuerdos que me quedan, y que…no puedo seguir “dilapidando”. Por eso, debo invertirlos en estos artículos, “banales” para los lectores, pero…intensos para mí.
      
Como decía anteriormente, a partir de 1962-63  empezó (en nuestra querida Cartagena  España) a sonar fuerte las ganas de tener un televisor, ya empezaban a dar partidos de futbol de la Recopa de Europa, y acudíamos los lunes al Bar Los Pinchos (que estaba en la Calle Subida San Antonio, entre Puertas de Murcia y Morería) mis amigos y compañeros de trabajo Trinitario Vidal, Enrique Carrascosa, Pepe Valverde y servidor, ¡ahí! en el Bar Los Pinchos, íbamos a ver los reportajes de futbol, y…a todos se nos despertaron las ganas de tener un televisor.
Pero resulta que… por aquellos tiempos (y ahora), los sueldos eran muy bajos, y un televisor costaba del orden de 14-15000 pesetas, eran muy caros. Las ganas de comprármelo eran muchas, por aquellas fechas solo teníamos a mi hijo Loren, (después… tuvimos la enorme fortuna de que vinieran nuestras cuatro perlas). Total que…tras varias noches sin dormir bien, (pensando en la forma de comprarlo y como pagarlo) decidí (hecho un valiente) ir a visitar a Avelino Marín Garre y comprar “mi” televisor.

Entré a la tienda (donde también trabajaba mi amigo Pepe Manzanares) casi con miedo, hablé con el hijo de Avelino, y… le pregunté los precios (antes incluso que la marca), empezó a decirme precios…pulgadas…marcas, y la forma de pagarlo. Os digo ¡de verdad! que estaba atolondrado, nervioso perdido. ¡Por fin! me decidí por un Vanguard, que a mí me parecía maravilloso, y por supuesto con estabilizador aparte (pues había que vigilar que la corriente no oscilara), me dijo que… en cuantas “letras”quería pagarlo, me mandó al estanco a comprar las letras, y…temblándome las piernas, empecé a firmar letras, aquello no acababa nunca. Una vez pasado todo ese calvario, con mi Vanguard empaquetado, y el aviso para que fueran a instalarme la antena. Llegué a mi casa muy contento, dispuesto a quitarle el miedo a mi mujer (que tenía más que yo). Era el ¡primero! de la calle que tenía Televisión, ni mucho menos intentaba ser ostentoso (todo lo contrario). Por aquellas fechas, los vecinos éramos casi familia, y se compartían las alegrías, y también alguna que otra pena.

Como era principio de verano, por la noche ponía la tele en la ventana cara a la calle, de forma tal que…el vecino que quería (eran bastantes) traía su silla y aquello parecía el cine de verano. Recuerdo por aquellas fechas que… siempre habían espectáculos nocturnos, casi todos comentados por Matías Prats (abuelo), unas veces daban combates de boxeo (José Legrá era la "figura"), corridas de toros para principiantes, ahí se descubrió Palomo Linares, pero...la principal atracción era "El Platanito", el hombre quería ser torero a toda costa, y se presentaba a todos los concursos, y la gente lo tomó a cachondeo porque...era valiente hasta la temeridad, pero esa era su única virtud, lo cogía el toro y se levantaba una y mil veces y se iba rápidamente ante el toro, hasta que... era tal la paliza que recibía que, se apoyaba en la espada para poder ponerse de pie, y terminaba totalmente apaleao. Pese a eso se hizo famoso. También daban
obras de teatro, como "La venganza de Don Mendo llenas de hilaridad que llenaban de risas la noche.
Luego, cuando terminaba la emisión y aparecía el cartel Con...EL ALMA SE SERENA, cerrabamos la ventana, cada vecino a su casa, y nosotros... ¡a dormir!. Eso es todo queridos lectores, perdonar el "tostón", pero los recuerdos brotan, y... hay que dejarlos fluir.
Hasta la próxima.
LOREN.

6177db64-5011-4c0f-8379-a11a8a7b53b2
Ahí está el Vanguard motivo del artículo 

 

Comentarios