EL GRAVE PROBLEMA DEL TRÁFICO EN LA MANGA DEL MAR MENOR LA SUBIDA AL MONTE BLANCO, UNO DE LOS PUNTOS NEGROS.

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EL GRAVE PROBLEMA DEL TRÁFICO EN LA MANGA DEL MAR MENOR LA SUBIDA AL MONTE BLANCO, UNO DE LOS PUNTOS NEGROS.

EL GRAVE PROBLEMA DEL TRÁFICO EN LA MANGA DEL MAR MENOR LA SUBIDA AL MONTE BLANCO, UNO DE LOS PUNTOS NEGROS.

Cuando Antonio Bonet proyectó la ordenación urbanística de la Manga del Mar Menor, una franja de terreno entre dos Mares, de 21 Km de longitud y una anchura variable, que va desde los 100 a los 1,500 m, no tuvo previsto, o no quiso prever, el desarrollo del parque móvil que generarían los habitantes que, como consecuencia de la densidad edificatoria, iba a tener el territorio. Quizá, no miró el desarrollo del automóvil que ya había en esa época en Norteamérica o en países del Norte de Europa, porque de haberlo previsto, no es entendible que se planteara canalizar todo el tráfico a través de un solo vial, con una anchura máxima de 30 m. en toda su longitud, sin posibilidad alguna de plantear en un futuro, viales alternativo de circunvalación, ni tampoco de emergencias. 

En el año 1985, el equipo que redactó el vigente Plan General Municipal de Ordenación de Cartagena, tuvo que enfrentarse a este problema pues, aunque son solamente cuatro los kilómetros que pertenecen a su término municipal, es la única entrada y salida a este territorio y por tanto, los que soportan la mayor densidad y problemas de tráfico. Por parte de Manuel Nicolás, Ingeniero de Caminos que formaba parte del equipo redactor, se estudiaron las posibles soluciones al grave problema que ya en esa fecha existía y que se preveía iba a ser mayor con el progresivo aumento del parque de automóviles y de la densidad de los habitantes, por el ritmo de construcción de los solares vacantes. Incluso, echando mano a la imaginación, se estudió la viabilidad de la construcción de un viaducto elevado, para tráfico ligero, cuya incorporación se situaba en la zona de las Amoladeras y la salida al final del término municipal de Cartagena, pasado el Monte Blanco, con lo que se descongestionaba el tráfico en los primeros cuatro kilómetros y tenía la posibilidad de utilizarse como salida de emergencias.

Al final, solo se contempló la duplicación de las calzadas y los giros a la izquierda mediante rotondas, pues aun cuando se estudió la posibilidad de que algunos se realizasen a diferente altura, el sistema se descartó por su complejidad técnica y la única actuación importante que se planteó fue el desdoblamiento de la Gran Vía a ambos lados del Monte Blanco, modificando la ordenación entonces existente, que era la del Plan de Ordenación del Centro de Interés Turístico Nacional (CITN) de la Hacienda 2 Mares de Cartagena.

En los planos de ordenación del citado PGMO de Cartagena, se contempla la urbanización de la Gran Vía, con  40 m. en las zonas colectivas y 30 m. en las zonas unifamiliares, con cuatro carriles para el tráfico y carril bici en ambos lados. Para llevar a cabo lo que figuraba en los planos de ordenación del Plan General, hubiese sido preciso la tramitación de un Expediente de recuperación del Dominio Público, dado que parte de los 30 ms. previstos en los planos de los distintos planes de ordenación de los CITN, como un vial intermunicipal, habían sido ocupados por algunas parcelas edificadas con anterioridad a 1987. Por las “prisas políticas” y en concreto de la Concejal de infraestructuras, Olimpia Ruíz, este expediente no se llegó a tramitar y las obras de urbanización se realizaron mediante la negociación por parte del Ingeniero de Caminos Municipal Juan Canalejo, que no siempre llegaron a buen término y de ahí la falta de continuidad y homogeneidad que puede verse en muchos tramos de la Gran Via

En el tramo que corresponde con la rampa de subida al Monte Blanco, los planos de ordenación del PGMO del 87, contemplan la realización de los dos carriles de ida y la de un carril bici por la derecha, tras los aparcamientos que, como es lógico, también están a la derecha.

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Sin embargo, no se sabe por qué motivo, se realizaron tres carriles de ida, no se ejecutó el carril bici y los aparcamientos se pusieron a la izquierda, lo que ha dado como resultado a que no haya año en el que no se produzcan dos o tres accidente graves y que se haya convertido este tramo en uno de los puntos negros de La Manga. Los que utilizamos el carril de la izquierda para tomar la salida hacia el Monte Blanco, observamos que muchos conductores piensan que ese carril tiene continuidad y aceleran por el mismo, he incluso, te hacen señales para que te apartes a la derecha y al llegar arriba, ahí viene el problema. 

Sería conveniente que, al igual que se ha hecho con la urbanización del Paseo de la Dársena, en la que ya se contempla el cambio de sentido hacia la salida, el Ayuntamiento acometiera el estudio de la urbanización de la subida el Monte Blanco, contemplando la continuidad del carril bici por la derecha, a consta de la eliminación de uno de los carriles, con independencia de que en el último tramo, aprovechando la mayor anchura, se dejase un carril de desaceleración para la sálida hacia las urbanizaciones de la zona. 

Esto no soluciona el grave problema de tráfico que tiene la Manga, pero algo ayuda y sobre todo, evitará accidentes y que las bicicletas vayan como ahora por la acera, que es una de las más transitadas de la Manga, dado que une el Zoco con la Plaza Bohemia.

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