SOMOS UNA ESPECIE PECULIAR, QUE MERECE SER RELATADA

SOMOS UNA ESPECIE PECULIAR, QUE MERECE SER RELATADA

SOMOS UNA ESPECIE PECULIAR, QUE MERECE SER RELATADA

El cordobés Manuel Moyano, molinense desde hace ya mucho, regresa al que posiblemente sea su género favorito, el relato, con un nuevo libro, La versión de Judas, que protagonizará la segunda sesión de los Jueves Literarios en el Teatro Romano.

            El próximo jueves 28 llega la segunda sesión de estos jueves literarios que acoge el Teatro Romano de Cartagena, y lo hace nada menos que recibiendo a uno de los mejores autores no sólo de la región, sino del panorama actual, especialmente en lo que se refiere al relato corto.

            Manuel Moyano es un autor que acumula en su haber unas cuantas novelas, algunas tocadas por premios como el Herralde, el Mandarache, Celsius, Tristana, Carolina Coronado, y también de unos inolvidables libros de relatos, como El amigo de Kafka, por ejemplo (Premio Tigre Juan), El oro celeste o El experimento Walberg. En los últimos tiempos ha destacado también por la revitalización que ha hecho de los libros de viajes, con volúmenes como Travesía americana, Cuadernos de tierra o La frontera interior.

            La versión de Judas supone el retorno al relato, el género en el que quizá más brille el autor, y lo hace con nueve textos que guardan cada uno una joya en su interior, porque Manuel Moyano es capaz de voltearle las costuras a la realidad, de buscarle el último resquicio a la fantasía o de encontrar el giro que le ponga el broche de la brillantez a cada relato.

            Conversando con Moyano, hombre que se define como alguien a quien le importa la literatura como forma de estar en el mundo, señala que ha recogido piezas breves escritas en diferentes épocas que no habían encajado en publicaciones anteriores y ahora han hallado su sitio, piezas que eran de su agrado y que por fin ha logrado ver reunidas en un nuevo volumen.

            Un volumen con el que trata de despertar en el lector la fascinación que en él producen otros libros y, a la vez, expresar (pero no explicitar) lo que opina sobre el universo en general y sobre nuestra especie en particular, que sin duda merece ser relatada. Un libro que recoge un puñado de argumentos muy diversos: la vieja casa abandonada a la que un perro conduce al viandante curioso, un tren interminable que va dándole un rodeo a la eternidad, la vida de un hombre sometido a guardar un gran silencio desde su propio nacimiento, o un padre ciego que conduce a su hijo en búsqueda de un paisaje perfecto.

            Historias que provocan nuestra curiosidad, que se meten con el destino sin olvidar también lo distópico o la ciencia ficción, así como versiones libérrimas de acontecimientos de sobra conocidos por los lectores. Y todo con un lenguaje muy bien cuidado, casi tanto como el ritmo con el que el autor va presentando cada argumento, enredándonos en él, ganándonos para su causa, llevándonos de la mano hasta el momento de convivir con el asombro.

            Ese asombro se acerca casi siempre a la fantasía, aunque Moyano siempre intenta que sus relatos sean también un reflejo de la realidad y del comportamiento humano, a veces mostrando la bondad, pero otras la hipocresía o la traición, esa que nos hace más daño por venir de quien era merecedor de nuestra confianza. En estas narraciones, además, hay siempre un punto personal, porque, como bien dice el autor, “si un texto no esconde nada personal es que no es literatura”.

 

portada versión judas
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