La pulserita de España
Y con esto poco a poco los mercenarios se dieron la vuelta. Era de esperar, la palabra mercenario lo dice todo y aquí no hay más misterio que subirle el sueldo, pues estos siempre se entregan al mejor postor, como otros que sabemos. Y por supuesto no me atrevo a decir quién es el que le ha hecho la oferta al ex presidiario y antiguo camarero del traumatizado aprendiz de Zar, pero lo que es más cierto y verdad es que la única manera de acabar con esto es desde dentro, y con dinero.
En cuanto a la aventura submarina y con todos mis respetos por la desgracia, ya lo dijo Felipe II cuando el fracaso de la Armada Invencible “no mandé a mis navíos a luchar contra los elementos”. Los Elementos de la naturaleza: El agua, la tierra, el fuego y el aire a los que algunos añaden el éter son espacios y circunstancias en los que la humanidad flirtea en sus aledaños pero que nunca podrá dominar, ya sea un incendio en California como un tsunami en Japón o un huracán en las Bahamas. Cuando estos se encabritan ni vuelan los aviones, ni navegan los barcos ni circulan los vehículos, pero aún peor jugar con sus entrañas, adentrarse en sus profundidades en un submarino turístico no es más que una necedad de nuevo rico.
En la Armada existe la costumbre a modo de respeto por las profundidades, de cuando alguien se sumerge por primera vez en un submarino, otorgar un diploma de gracioso diseño, firmado por el Comandante de la nave, pero por delegación de Neptuno como dios pagano de las profundidades, el mío data de del año 80 y desde entonces fueron varias las navegaciones bajo el agua, incluso la salida nocturna por la esclusa en escape libre. Pero en cierta ocasión acompañé en una inmersión de unas horas a bordo de un sumergible de La Armada a un jefazo del mundo del cine y la Tv amigo mío, que recopilaba información para un proyecto cinematográfico, la navegación fue placentera a pesar de las estrecheces, nos posamos en el fondo y disfrutamos de una agradable comida en la cámara de oficiales, una vez en seco y ya en el coche, ambos a solas, mi amigo me exclamó:
–Ramón sabes que hoy nos hemos jugado la vida-
Yo le comenté.
-Pues ellos, los de la dotación del submarino, se la juegan todos los días-.
Y así entre pactos y repartos, transcurre esta semana que cada vez nos acerca más a “las generales” más atípicas y mejor diseñadas con estilo maquiavélico, pero lo que no sabe el cerebrito de los comicios veraniegos es que no hay cosa peor que tocarle los collons a los españoles y que aquí si nos quieren joder, somos capaces de jodernos nosotros para devolverle el regalito a tan imbécil planteamiento del calendario del sufragio.
Y la Junta electoral ya nos ha dicho que para eludir el nombramiento de una mesa solo hay que presentar factura de haber reservado con antelación el alojamiento vacacional ¡Que sublime tontería! Estos aún no se han enterado que en este país para veranear solo tienes que elegir la puerta de una vivienda de playa, la que más te guste, darle una patada y okuparla ¡Como no presentes la factura del cerrajero por cambiar la cerradura!
Hoy en respuesta al descerebrado Delegado del Gobierno de Madrid, “Señor” –por decirle algo- Francisco Martín, me pongo una pulserita con los colores de la Bandera de España, quizá a él le gusta más la de Rusia, la de Gabón o la de su comunidad de vecinos, y me la pongo porque parece que le jode, pero más me jodía a mi cuando vivía en San Sebastián, tener que mirar en los bajos de mi coche antes de subir a mi familia, no vaya a ser que a alguno de sus amigos o filoamigos terroristas “salvadores de la patria” y de tantas vidas, se le hubiera ocurrido ponerme un “regalito” adosado, como tantos asesinatos que cometieron. Y después critican los pactos con VOX, cuando ellos, no solo pactan con asesinos que incluso convictos y confesos se presentan en listas, sino que además los ensalzan. Marín vete a que te den por donde amargan los pepinos.
Y así navegamos, yo hoy entre Cabo de Palos e Isla Grosa, con paradiña en el Puerto Tomás Maestre para los asuntos logísticos, encender el puro de los domingos y teclear estas letras, que como siempre a vuestra salud y en perjuicio de la mía, entre sus aromas y los sabores del café, aprovecho para enviar un fuerte abrazo a amigos y familiares.
RAMON GALINDO