PACHETA NOS HIZO LA PUÑETA (SIN QUERER)
Si el portero local Marc Martínez marca en los últimos suspiros el gol del 3-3, que de otra parte habría sido merecido, Pacheta se nos muere o se hace el harakiri ligth. El míster de los pucelanos sufrió lo que no está en los escritos y en los minutos vertiginosos camino del final miraba para otro lado sentado en el banquillo potro de las torturas. Su corazón no aguantaba más.
Marc Martínez, hoy vestido de pantera rosa, tuvo a huevo el empate en una de sus ya típicas salidas arriba a remolque del marcador adverso. Marc le echó arrojo al asunto y acaba protagonista de la noche.
El encuentro lo encasilla el menda en el grupo de los vibrantes e inciertos que se hayan podido jugar en el estado Cartagonova en toda la historia. Par-ti-da-zo, La calidad depurada la puso el Real Valladolid, con un plantel de lujo y una masa salarial de 29 millones, casi cinco veces más que la del Efesé. Uno de los que más cobra en los pucelanos es el canario de Telde, Roque Mesa, dorsal 17, rey y peón. Así lo califican los conspicuos de la calle Serrano en Pucela, en las tertulias de los cafés, donde se muele el grano de fútbol tostado con aromas que llegan al nuevo Zorrilla.
Pero con todo lo maravilloso que fue, en determinadas fases del encuentro el Pucela lo pasó tan mal y tan canutas que tuvo que defenderse como gato panza arriba. El Cartagena le tuteó. En teoría y en la práctica los albimorados tenían todas las de ganar, por calidad (la sexta y hasta la séptima marcha en velocidad pero el Efesé no se achicó. Al margen de reiterados errores que le siguen desde tiempo inmemorial como la sombra al cuerpo.
Si ante Las Palmas se admitió con el 0-2 que todo el pescado estaba vendido, al resolver los del pío pío en un periquete el partido, esta noche de viernes los del mentalista Luis Carrión, al que le zurren la badana desde las redes sociales (le acusan de dejar al margen al joven Neskes, por ejemplo) ante un Cartagena atrevido que jugó la baza del 4-2-3-1 frente al 4-2-4 de Pacheta, los de casa no se acobardaron y lo dieron todo, que no es poco. Cierto que en el orden defensivo se dejaron huecos por descolocación y daba la sensación que las acometidas visitantes hallaban por la zona del lateral derecho local una autopista por la que entraban a la carga el lateral Nacho y algunos más.
GOLES MADRUGADORESPARA ANUNCIAR UN GRAN PARTIDO
Los dos primeros goles fueron madrugadores con avaricia: a los 17 segundos ya estaba colocado el 0-1 por Toni Villa a pase del ya por mí elogiado Roque Mesa, un motor en el centro del campo. Y en el minuto 3 empataba el fantástico Mo Dauda, peligrosísimo y acreditado este viernes con un doblete.
El ghanés Mo Dauda confirma todas las buenas expectativas. Firmó los dos goles ante el Pucela.
La cosa podía acabar con marcador de fútbol sala, y el israelí Weissman, en el 32', clavó el 1-2. Y a descansar. El Cartagena dio trabajo al meta catalán de los vallisoletanos Jordi Masip, que fue canterano del Barça y en Benipila estuvo entre los destacados. El Efesé tenía ritmo, Bodiger (fabuloso) y Tejera(correoso) trabajaban para que no hubiese agujero negro en el centro del campo. Pero en ataque el catedrático Rubén Castro estuvo anulado, muy controlado por el almeriense Joaquín Fernández (una colaña de 1'90) y el getafeño Javi Sánchez (1'89) y ágiles como Pinito del Oro saltando desde el trapecio en sus mejores tiempos.
Álex Gallar salió con muchas ganas esta vez, fue el Gallart de las mejores actuaciones, y protagonista por la derecha y por todas las zonas que pisaba el del Vallés catalán. Y el pibe De Blasis estuvo en su punto. Después, otros la escacharraron en la faceta defensiva. Pero sigo pensando que la culpa en gran medida la tuvo un muy ordenado y trabajado Valladolid, que me ha gustado más que el Almería, que ya es gustar.
PACHETA UN MOTIVADOR SUFRIDOR
Después de 9 años José Rojo Pacheta retornó al Cartagonova. Desde la dictadura presidencialista de Paco Gómez El Paloma, que despidió al de Sala de los Infantes (Burgos) sin que mediase motivo, por un capricho, y desencadenó la brevedad relampagueante de José Miguel Campos en el relevo (eliminación a pies del Caudal de Mieres) con la plantilla en un estado de confusión que ni el camarote de los hermanos Marx. En ese desbarajuste nada tuvieron que ver el técnico mazarronero Campos, ni su adjunto Manolo Requena De la Dueña, de Cabo de Palos.
La etapa pachetista en Cartagena fue interesante: de 22 partidos jugados ganó 11, empató 6 y perdió 3. De sesenta y seis puntos disputados como míster albinegro sumó 39 y el equipo se clasificó subcampeón del grupo IV de 2B, a dos puntos del campeón Real Jaén. Uno de los puntos de apoyo de Pacheta fue el goleador Florian Thierry, con diecinueve dianas floreadas. Pedro Reverte, hoy sufriendo en el UCAM Murcia CF por las amenazas del fuego del descenso, era el secretario técnico y se ganó el cielo soportando los geniales antojos de El Paloma. Antes fue el oriolano Pato el que fue destituido para que entrase José Rojo en su puesto.
Andando el tiempo, Pacheta está en el reto de ascender a Primera al Real Valladolid (al abrigo de 18.000 socios, número solo superado en la categoría por el Real Zaragoza, con 19.000) por la vía que sea y en el estadio Cartagonova se jugaban en esta jornada de tercer viernes de febrero unos puntos importantes, que no definitivos.
Dos futbolistas del equipo pucelano, los que más cobran, perciben entre los dos 11 millones de euros: el israelí Shon Weisman, seis millones y con contrato hasta 2024, y el ecuatoriano Gonzalo Plata, cinco millones. Se me antoja tendría que llamarse Gonzalo Oro. El Covid-19 se encargó de impedir que el ecuatoriano de Guayaquil actuase esta noche en el Cartagonova.
Hacia una segunda edición.
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