MODESTIA APARTE SE ASOMA A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

La Ventana de Eva
La Ventana de Eva
MODESTIA APARTE SE ASOMA A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

MODESTIA APARTE SE ASOMA A LA VENTANA DE EVA EN MARES DE PAPEL

Puerto de Mazarrón, agosto de 1989. Comienza a formarse una pandilla. Algunos se conocen desde pequeños. Otros van llegando, todavía no sabemos por medio de quién. Hay un guaperas en el que nos hemos fijado, y ha entrado en el grupo. El guaperas ha traído a un chico de Madrid que lleva un Renault Clío y nos ha salvado de las caminatas eternas para llegar a los bares de moda.

Pero esta noche hemos ido dando un paseo. Hay un bar junto a la playa, creo recordar que se llama Excálibur. Es blanco, tiene entrada por la carretera y luego lo atraviesas y llegas literalmente a la playa. Con los años me he dado cuenta que seguramente era una casa de planta baja rehabilitada con su porche convertido en terraza para tomar una copa.

Entramos con la ilusión de adolescentes en estado puro. A la derecha un grupo de música está dando un concierto. La mayoría de mis amigos van directos a por su refresco y a la playa. Me llama la atención la voz del cantante. Me quedo allí un rato escuchándolos. Tienen ritmo, buen rollo y ganas de pasarlo bien. No hay mucha gente dentro del bar. Como mis amigos, la mayoría prefieren la playa, la brisa del mar y las estrellas.

Decido acercarme a ellos, les digo que me encantan y me cuentan que veranean aquí. Uno de ellos me indica la zona donde se encuentra su casa.

Agosto de 1990, estadio de Playasol, Puerto de Mazarrón.

Vamos toda la pandilla de concierto. Los primeros conciertos son los mejores, y si son en la playa y con tus amigos de siempre mucho mejor. Hay un grupo, Modestia Aparte, que ha saltado a la fama. Llevamos todo el verano cantando eso de son Cosas de la edad, Ojos de hielo…

Nos hemos vestido con nuestros looks más ochenteros. Las hombreras son las protagonistas, y el pelo largo y rizado es imprescindible.

Hay más de mil personas. Empieza el concierto y comenzamos a cantar y saltar, cantando los estribillos con toda nuestra energía.

Son ellos, los chicos del Excálibur. Aquellos a los que escuché siendo una privilegiada, sentada en un taburete alto, junto a una veintena de personas. Y hoy lucho por hacerme con un buen sitio entre tanta gente. Tarea complicada.

Sábado 26 de julio 2025, Puerto de Mazarrón.

Han pasado 35 años. He intentado reunir a la pandilla de verano. Complicado, casi todos vienen en agosto. Salvo el chico del Renault Clío. En el momento en el que le dije que venía Modestia Aparte dijo un sí rotundo. Y eso que últimamente cuesta sacarle de fiesta, cosas de la edad, ja, ja.

Hace unos días busqué en mi caja de recuerdos. Tuve un pálpito. En esa caja pequeña de cartón sólo guardo las cosas más importantes de mi adolescencia. Ya sabéis, la etiqueta de la primera cerveza, una carta de amor de verano… ¡Y la entrada del concierto de Modestia Aparte de 1990!  Martes 21 de agosto, a las diez y media de la noche. Precio, mil pesetas. Teloneros, Johny Juerga y los que remontan el Pisuerga.

Estaba ilusionada. Es una de esas historias que a veces me pasan. Increíble, nostálgica.

 

En unos momentos hablaré con Fernando, el cantante, y muero por contarle el lazo que me ha unido a ellos.

Están terminando de cenar, pero me han prometido que tendrán un ratito para mí…

 

Buenas noches, Fernando y gracias por tu tiempo. Voy a hacerte algunas preguntas y luego te contaré algo muy bonito yo a ti.

Escuchar tu voz inconfundible que se mantiene con los años, me hace cerrar los ojos y transportarme a esos años de adolescente, a recordar esos momentos en los que decíamos aquello de todo es por tu amor, porque estoy como una cabra, o y qué más da si son cosas de la edad…

¿Qué sentís vosotros al volver a cantar aquellos himnos?¿Por un momento pensáis que el tiempo no ha pasado?

No somos un grupo muy nostálgico. Es verdad que le debemos nuestro éxito a las canciones que conoce todo el público, porque al final ha sido el público quien nos ha colocado donde estamos, pero no somos muy nostálgicos.

Las situaciones son muy distintas. Éramos adolescentes cuando empezamos y ahora hemos madurado. Bueno, (risas), hemos intentado madurar. Ya tenemos una familia e intentamos ser algo más maduros. Es verdad que cuando estás en la música no dejas de ser un poco niño, pero las sensaciones son distintas. No son malas, son diferentes.

Nosotros disfrutamos el concierto de distinta manera que antes, pero lo disfrutamos mucho.

Un grupo de amigos de Madrid, que veraneabais en Mazarrón y queríais dedicaros a la música, o al menos divertiros.

¿Recordáis los locales donde tocabais en Mazarrón y los que frecuentabais cuando ibais de fiesta?

Recuerdo cuando íbamos a La Cope, La Pirámide, Zaira… Aunque no  tocamos en esos sitios, pero lo hemos pasado muy bien.

¿Cómo surgió la canción de Playas de Mazarrón?

Bueno, pues estando aquí. Es una de esas canciones que habla de las sensaciones vividas en verano y quizá, no te diría también el primer amor, sino más bien que vas descubriendo la libertad de la vida. Pasar de estar en casa a vivir tus veranos alejados de tu familia. Disfrutar de una libertad que antes no teníamos.

¿Habéis vuelto de vez en cuando a Mazarrón sin un motivo que no sea un concierto?

No, creo que no hemos vuelto desde hace unos 18 o 19 años. Aunque hay miembros originarios del grupo que siguen teniendo casa aquí. Por ejemplo, Portu sigue veraneando aquí.

Lo sé, y te quiero contar algo. Bueno, en realidad te voy a enseñar algo muy especial para mí. La entrada del concierto de 1990 en Puerto de Mazarrón. Un año y algo antes estuve en un chiringuito junto al mar. Estabais tocando con muy poquita gente, pero a mí me cautivasteis. Uno de vosotros me indicó por donde tenía su casa, y un día dando un paseo me saludó y estuvimos charlando. La siguiente vez que os vi fue en un estadio a reventar de fans. De aquel concierto es la entrada que conservo.

Recuerdo aquél garito. Pero no su nombre. Estaba junto a la carretera y te comunicaba con la playa. No había más de una veintena de personas pero lo pasábamos genial. Qué pasada la historia que cuentas, porque recuerdo el lugar, y qué maravilla ver esa entrada de aquel año de éxito.

 

¿Alguna canción vuestra de finales de los 80 o principios de los 90 ha cobrado con el paso del tiempo un nuevo significado?

Nuevo significado quizá no. Lo que sí que nos haya sorprendido que de ser un grupo de amigos muy de barrio, muy de Mazarrón en verano, estamos ya casi a 40 años… Porque nosotros empezamos a tocar aquí en el 86, 87. Así que imagínate seguir subiéndote a los escenarios, disfrutar de la música, es como un sueño cumplido, una pasada. Y la música se ha convertido en algo vital para nosotros.

¿Me cuentas alguna anécdota que os ocurriera en aquellos años donde las fans estábamos más desquiciadas y con menos madurez que ahora?

(Risas) Había chicas que se escapaban de casa y nos metían en pequeños líos. Teníamos que llamar a los padres y tranquilizarlos de que estaban con nosotros. Anécdotas divertidas. Una época muy de fans.

 

¿Desde aquel concierto del 90 es la primera vez que tocáis aquí, o habéis vuelto y a mí se me ha escapado?

Sí, tocamos creo que en el 2007 o algo antes. Estamos muy contentos de volver. Creo que Mazarrón ha crecido mucho, me hace mucha ilusión volver.

Vaya, en esa época estuve viviendo fuera y me lo perdí, pero hoy estoy aquí como una niña con zapatos nuevos, 35 años después con la ilusión por las nubes.

Y ya te dejo, que tengo ganas de escucharte cantar. Pero dime alguna canción que se haya quedado en tu corazón, que sea más especial, que os haya acompañado, imprescindible. Que al escribirla, al terminar dijerais eso de, ¡qué bien ha quedado!

A mí hay una que me gusta mucho, que es Dime que me quieres, que igual no es tan conocida… Desde luego hay canciones que me llaman mucho la atención después de tanto tiempo, como Cosas de la edad, Ojos de hielo… sobre todo porque después de tantísimo tiempo allá donde las tocamos, la gente las canta. Es una cosa que nunca nos lo hubiéramos imaginado, que una canción que prácticamente hicimos en unos folios, con tachaduras, anotando algunas ideas, tantos años después fueran como pequeños himnos. Y volver a Mazarrón después de tantos años, y cantarlas es bastante increíble.

Por un lado hay canciones que nos gustan mucho, pero cada vez yo personalmente voy apreciando más las canciones que han perdurado en el tiempo.

Era un poco reacio antes, pero de unos años a esta parte he empezado a valorar que es un regalo que nos ha hecho el público.

Una parte importante para nosotros es que los conciertos perduran en el corazón de todos vosotros, y eso es una cosa muy bonita.

 

Vaya cúmulo de sentimientos encontrados. La magia de la que tanto se habla llama a mi puerta cuando menos me lo espero.

Y es ahora cuando me marcho frente al escenario y espero verlos salir. En un instante cierro los ojos con los primeros acordes, escucho la voz inconfundible de Fernando y siento lo mismo que sentí con 17 aquella noche de agosto.

 

Aquella chica con ilusiones que decía a sus amigas aquello de, hay mil historias que no debes contar, hay mil secretos que debes guardar.

Y mientras mis tacones golpeaban el suelo, con un raro sonido del reloj, los charcos reflejaban la luna y las farolas me alumbraban al pasar.

A veces, sin quererlo, me encontraba fatal, melancólica total. Quizá igual que ahora, cuando pienso en cómo pasa el tiempo, qué cambio hemos pegado. ¿Pero sabéis qué me pregunto?

¿Por qué la gente se quiere inventar cien mil razones para hacerme cambiar?

Y entonces me respondo, y qué más da, si son cosas de la edad.

 

Gracias a todos los que habéis hecho posible que Mazarrón llene su estadio en una noche de julio, porque MARES DE PAPEL ha dibujado mil sonrisas mientras despertaba recuerdos a varias generaciones.

La cultura, que siempre aviva los corazones dormidos.

Nacho Ruíz, gracias por las fotografías.

LA VENTANA DE EVA

EVA GARCÍA AGUILERA

Comentarios