Opinión

Pensando en voz alta. El Día de la Mujer

Pensando en voz alta. El Día de la Mujer

Pasado mañana, día 8, es el día de la mujer. La mayoría de las personas que tienen la paciencia de seguir mis pensamientos saben que soy enemigo de los «día de». En el caso concreto de la mujer no sé, en los tiempos actuales, por qué se sigue celebrando. Pareciese que celebramos (perdón, celebran) ese día como si fuese el día de un santo puesto que el resto del año ese santo no repite. ¿Qué pasa? Un día de la mujer, pero los otros 364 o 365, si el año es bisiesto, ¿no hay mujer?

Evidentemente todo tiene su origen. Allá por el año 1908, hace 115 años, las condiciones laborales, tanto de hombres como de mujeres, eran un auténtico disparate y un grupo de unas 15.000 mujeres, poniendo los bemoles encima de la mesa, marcharon por la ciudad de Nueva York, protestando por las penosas condiciones de trabajo, exigiendo una reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho al voto. Hubieron además de esta, otras huelgas. Huelgas en las que, curiosamente, eran mujeres las abanderadas.

Llegados a este punto creo que: Existe, hoy día, una jornada laboral ajustada a ley, los salarios (salvo cuestiones puntuales) están equiparados y el voto está instituido para toda la sociedad.

Alguien me dirá que aún existen diferencias entre mujer y hombre. Claro. Tanto en cuanto que el hombre no tenga dos dedos de frente y se considere “el hijo de la polla roja”.

Reitero, me niego a celebrar un día de la mujer. Personalmente celebro cada día del año con mi esposa, mis hijas, mi nuera, mis hermanas, toda mi familia femenina, mis amigas y conocidas y, por qué no, con las desconocidas. Al igual que celebro cada día del año el día del hombre con mi hijo, nietos, cuñados, sobrinos, amigos, conocidos y, también, desconocidos. Con esto quiero decir que no hago distinciones, ni hago grupos cremalleras: hombre, mujer, hombre, mujer… ¡Qué horror! ¿Qué tiene que tener la mujer para ir en la cremallera? ¿Se la coloca por el mérito o por el sexo? Me parece indignante. Como indignante es el que se quiera imponer por ley, en las empresas -¿públicas y privadas?-, una paridad en los consejos de administración. Paridad que no es tal, pues parece que es un 40% femenina y un 60% macho. Todo un disparate. Insisto: ¿mérito o sexo? ¿No puede ser una lista electoral totalmente femenina? ¿No puede constituirse un consejo de administración sólo con mujeres?

Los méritos, y capacidades, son los que tienen que exigirse a la hora de ocupar un puesto, no sexo. Y en los distintos puestos de trabajo, sea el que sea, total igualdad en trato y salario.

Alguien se ha preguntado alguna vez ¿por qué es el color morado el que abandera dicho día? Pues bien, hay muchas dudas sobre el momento exacto del inicio de las protestas y la asunción del morado. La autora Nuria Varela en su libro «Feminismo para principiantes» (2005) anota:

La leyenda cuenta que se adoptó en honor a las 129 mujeres que murieron en una fábrica textil de Estados Unidos en 1908 cuando el empresario, ante la huelga de las trabajadoras, prendió fuego a la empresa con todas las mujeres dentro. Ésta es la versión más aceptada sobre los orígenes de la celebración del 8 de marzo como Día Internacional de las Mujeres. En esa misma leyenda se relata que las telas sobre las que estaban trabajando las obreras eran de color violeta. Las más poéticas aseguran que era el humo que salía de la fábrica, y se podía ver a kilómetros de distancia, el que tenía ese color. El incendio de la fábrica textil Cotton de Nueva York y el color de las telas forman parte de la mitología del feminismo más que de su historia, pero tanto el color como la fecha son compartidos por las feministas de todo el mundo.

Acabo diciendo que TODOS Y CADA UNO DE LOS DÍAS DEL AÑO SON TANTO DE LA MUJER COMO DEL HOMBRE. En definitiva: SON DÍAS DEL SER HUMANO.