Los pajes y las pajas, Ramón Galindo
Y con esto poco a poco llegaron SS.MM Los Reyes Magos y ya despidiéndonos del árbol de Navidad; como viene siendo costumbre por parte de “los, las les” que no están, ni estarán, a gusto ni con su cuerpo, ni consigo mismo, de inventarse lo de las reina magas y lo de las pajas, seguramente mentales que se tienen que hacer a diario. Nunca en los EE.UU o en resto de Europa se han cuestionado el sexo de Papá Noel, ni siquiera en Navarra, Guipúzcoa, Álava o Vizcaya han dudado nunca de la masculinidad del Olentzero, -quizá porque era un carbonero-. Pero este atajo de iluminados, as, es, como bien ha dicho otro paje (este con “g”) Emilio García Page (PSOE) a la sazón Presidente de Castilla la Mancha, “cuando el diablo no tiene nada que hacer, con el rabo mata moscas” refiriéndose a las como de costumbre desafortunadas declaraciones de otro paje de “pajas mentales” Alberto Garzón, -que por cierto, otro que tampoco ha currado en su vida-. Y digo pajes con (“j”) puesto que ambos son de colaboración necesaria para que tanta masturbada mente desarrolle sus eyaculadas ideas, ¡o quizá debí decir orgásmicas ideas para no discriminar a nadie!
Pero si en la vida hubo algún espermatozoide que nunca debió alcanzar su objetivo, sin duda alguna sería el de los asesinos, el de los que con toda frialdad y siempre sin dar oportunidad alguna de defensa de sus víctimas asesinaban a placer y encima presumen de ello. Pero mayor vómito político ahora y gracias a estos pajes de pacotilla, les ensalzan y homenajean, además de aplicarles benévolas e inmerecidas concesiones a los pocos que aún quedan en prisión, pues a todos los familiares de ellos que tanto se quejan de la lejanía para ir a visitarlos, habría que recordarles constantemente, que los familiares de sus víctimas solo pueden ir al cementerio a llevarles flores, si es que no tienen que exhumar sus cuerpos y esconderlos de los ultrajes que siguen sufriendo sus sepulturas. Ahora que venga el Page de la “g” a quejarse de las declaraciones del otro inútil, cuando él mismo es paje con “j” del mayor mentiroso de la historia de España y colaborador necesario para que todo esto ocurra.
Ya así, como de costumbre los domingos después de comer, ya no sé si me enciendo yo o enciendo el puro, que entre sus aromas sabores junto a los del café, aprovecho para escribir estas letras con la única intención de tener una excusa para enviaros un fuerte abrazo a amigos y familiares.
RAMON GALINDO