Opinión

Unas veces Karl otras Groucho

Unas veces Karl otras Groucho

Y con esto poco a poco nos la siguen metiendo con la vaselina sanchista. Pero Sánchez es como Marx, bueno como los Marx, unas veces como Karl, otras como Groucho según le convenga. Aplicando al pie de la letra el código del primero “estos son mis principios, y si no les gustan los cambio” el caso es seguir montado en la burra <<Falcon en este caso>>. Pero la vida es así ¿Os imagináis que hubiera sido el Real Madrid el que hubiera pagado al Vicepresidente de los árbitros? Que, en este tema, además del Barcelona quien verdaderamente quedan mal son los propios árbitros de futbol, cuya ya extraña personalidad y dudoso gusto, que por dinero ejercen un oficio para dejarse insultar además de siempre ser sospechosos de ser comprados, que me diga alguien que les gusta el balompié y no les gusta un determinado equipo más que otro, encima va su jerifalte y previo paso por taquilla, lo demuestra.

Pero desconectándome del futbol, que siempre será el futbol, pasemos a la política que siempre será la política. Ya llegando al primer aniversario de la Guerra de Ucrania resulta que está en manos de enviar carros de combate a quienes ni siquiera saben por dónde se llena de combustible, ni donde tienen el volante, seguramente y al igual que el elenco de los profesionales de la información <<seguramente como Elisa María Lozano>> la alumna con mejor expediente de la Complutense, que desde su discursillo ya apunta asegurarse un escaño. Pues bien, estos informativos que nos hablan de “tanques” Leopard y no saben que el tanque es donde se almacena el combustible del carro de combate, que tampoco tiene nada que ver con los TOAs (transportes de orugas acorazados) que, con más de 50 años de servicio, un cambio de aceite y filtros, y una mano de pintura le hemos enviado al Ejército Ucraniano. Estos ven un barco pintado de gris y no saben distinguir entre un remolcador y una fragata, y entre unos y otros, los que deciden y los que informan llevamos la guerra “p´alante”.

Y de verdad os creéis que, cuando nos prohíben encender los escaparates de noche, y cuidadito con la estufa eléctrica, que a la abuela la vamos a tener que poner en la mesa camilla con el brasero, y en cuestión de 12 años ¡todos los coches van a ser eléctricos! ¿Le habéis preguntado a los árabes? ¿Y a los de las redes eléctricas? Claro, los aviones y los buques mercantes también irán a pilas, pues tan fácil como que la OPEP ponga el precio que le dé la gana y veremos a ver cómo nos movemos.

Tampoco dudo de que existan tecnologías para dotar de electricidad a las ciudades con energía solar y no nos la quieran vender todavía, esto va a ser como cuando empezaron a vender los reproductores de video, primero el beta, después el VHS, más tarde el DVD y ahora te lo venden por internet vía cable, el caso es tenernos conectados a algo desde donde nos puedan cobrar.

¡Pero que le vamos a hacer! En un país donde tienes que hacer un curso para tener un perro y no para tener un hijo, ni siquiera para asesinarlo antes de nacer, y donde si la cabra acepta te la puedes tirar siempre y cuando no se resista y también le guste, aunque sea difícil que lo declare, y no se pueden matar a las ratas pero si a los humanos desahuciados por la medicina, la pregunta es ¿Quien coño está a los mandos?

Y así termina la semana, que con la sobremesa del domingo, mientras me lo permitan, enciendo el puro de los domingos y escribo estas letras con la única excusa de enviar un fuerte abrazo a amigos y familiares.

 

RAMON GALINDO