HOY ME HE LEVANTADO DANDO UN SALTO MORTAL

HOY ME HE LEVANTADO DANDO UN SALTO MORTAL

HOY ME HE LEVANTADO DANDO UN SALTO MORTAL

Todavía no sé cómo el conductor del autobús no entró en locura transitoria en un viaje desde Madrid y regreso a Cartagena por el año 85, sin parar de escuchar a  más de setenta niñas que alcanzaban los trece o catorce años decir aquello de, “dale la vuelta a la cinta”. Y así fue como volví de aquel viaje de estudios en octavo de E.G.B, con un chispazo en mi interior, similar al que te ocurre cuando sientes un flechazo y sabes que es para siempre. Porque aquellas canciones sonaron una y otra vez y ya nunca pude dejar de cantarlas. Y cuando digo nunca, es nunca. Y cuando digo que cuando tengo un flechazo es para siempre, así es en cualquiera de los ámbitos al que se quiera llevar.

Cada uno de los que me estáis leyendo tiene una época especial en su vida, esa que cuando piensa en ella sonríe, ya sea en forma de canción, de rincón, de serie de televisión. Todos tenemos una, todos, y por un motivo u otro nos marca y nos define un poco el resto de nuestra vida.

Yo tenía muchas ganas de contaros la mía, que será también la de muchos de vosotros, bien por la época vivida, o por ser los padres, hermanos, amigos de aquellos que como yo cayeron en las redes de ese fenómeno fan que ocurrió en España, y que después de mucha ilusión y esmero CARTAGENA fue el primer CLUB DE FANS OFICIAL RECONOCIDO POR LA CASA DISCOGRÁFICA TWINS en la Región de Murcia.

Vamos, subiros a esa etapa bonita de la adolescencia conmigo, que vamos a sentir juntos, a recordar, a revivir y a compartir cada uno un poquito de aquellos tiempos felices. Y os voy a contar con toda mi emoción como los HOMBRES G guiaron el rumbo de la persona ilusionada que soy hoy.

Da igual si fueron los Hombres G,  los Pecos, el Dúo Dinámico, Alaska,Raphael……, porque cada uno os sentiréis identificados, os lo aseguro, con esta bonita historia.

El día que bajé de ese autobús ya nada volvió a ser igual. Me esperaban mis padres y mi hermano, y de camino a casa ya iba cantando aquello de “estoy llorando en mi  habitación…..”, “pero dejad, que las chicas se acerquen a mí….”

Me levanté temprano al día siguiente, tenía que contarle a mi inseparable amiga de la infancia que había descubierto a un grupo de música que me había dejado tarumba. Y así fue como Carmen y yo empezamos a pasar tardes enteras escuchando su música, comprando la revista SUPER POP, colgando los poster en nuestras habitaciones. ¡Forré literalmente las paredes de la habitación entera!, teníais que haber visto la cara de mi madre cuando la vio, pero me salvé de quitarlos, ello daría lugar a que la pared quedara llena de agujeros y eso no le gustaba nada.

Comenzó la época que os comenté hace poco, aquella donde cada vez que sacaban a la venta un disco nuevo intentábamos chantajear al bueno de Chencho de DISCOS CARROTS  para que nos lo adelantara en primicia. Pero lo único que conseguimos es lo que ya os dije, que nos avisara y comprar el primero para nosotras.

En aquella época surgió la envidia, esa mala que viene de serie y que a todo el que tiene éxito le atacan. Es cierto que David Summers no tenía la mejor voz del mundo, pero a veces las personas conectan por otras virtudes. La complicidad, la sencillez, la frescura.

Yo he llegado a omitir a veces que me gustaban, porque me decían niña pija, tonta….¡Niña pija yo, anda que sí! Yo, del barrio de Santa Lucía, de familia de artesanos, gente trabajadora, que he ayudado en el negocio a veces por propia voluntad y otras no con mucha, pero había que hacerlo.

Pero me encantaban, tanto que buscando en el baúl de los recuerdos encontré este libro artesanal que escribí con catorce años, vaya, mi primer libro entonces y yo sin acordarme. No tiene desperdicio, aunque sólo salió una unidad, ja ja.

Entonces estos cuatro chicos de los que decían que no llegarían a ningún sitio estrenaron una película de lo más taquillera en 1.987, SUFRE MAMÓN, como director el gran MANUEL SUMMERS, y que fue la bombilla que se nos encendió a Carmen y a mí para dar un paso más en ese fenómeno fan que ya teníamos consolidado.

Ahora todo es muy fácil, redes sociales, teléfonos móviles, youtube…. ¿Pero os podéis imaginar lo complicado entonces?

Estrenaron la película en el Cine Central. ¡Ayyy el cine Central, cuántas cosas buenas me ha traído!

Y allí surgió todo. Empezamos por la logística, comprar cartulinas blancas en la papelería “El Meli”, recortarlas a tamaño de tarjeta de visita y escribir ya no recuerdo si a mano o mecanografiadas:

CLUB DE FANS HOMBRES G DE CARTAGENA

TELÉFONO  10-19-35  

Ni cortas ni perezosas subimos las dos al autobús hasta la plaza del Lago, y vimos las tres sesiones de la película seguidas. Eso sí, al inicio y a la salida de cada una repartíamos en la puerta nuestras tarjetas para conseguir todos los socios necesarios para tener el privilegio de llegar a ser CLUB OFICIAL.

Todavía me tiemblan las piernas recordando cuando llegué a casa, más bien al negocio de mi padre, que siempre cerraba más tarde de lo que quería.

¡EVA, EL TELÉFONO NO HA PARADO DE SONAR EN TODA LA TARDE!

Claro, era un negocio, bloqueamos sin saberlo las llamadas de clientes, proveedores, empleados pendientes de contestar a todos aquellos que llamaban para “apuntarse al club”. Ja  ja, la que monté, ahora me río pero en ese momento…. ¡casi tuvimos que instalar una centralita!

Pero aquello dio sus frutos, cientos de cartas llegaban a la semana, el cartero del barrio alucinaba con el club. La asociación de vecinos nos cedió un local donde hacíamos reuniones, sorteos, preparábamos los boletines informativos.

Pusimos una cuota de cien pesetas al mes y nos las enviaban en un billete por carta desde Murcia y todas sus pedanías. El boca a boca, amigas que avisaban a otras. Había quien pagaba cinco meses seguidos y nos enviaba un billete de quinientas pesetas. ¡Qué locura más bonita!

Os lo estoy contando y yo misma me sorprendo. Por eso digo que da igual la causa , que fueran los Hombres G o el protagonista de la serie V, eso no es lo importante.

Lo especial es que dos amigas vivieron una etapa de ilusión, creativa, de tardes de sábado eternas preparando y organizando. Con el dinero recibido comprábamos camisetas y las llevábamos a grabar con el escudo del club. Comprábamos un par de discos y hacíamos sorteos mensuales entre las fans, diseñamos e hicimos un pedido de pegatinas…. y conseguimos salir en la revista SUPER POP. A partir de ese momento mágico,  los fans empezaron a crecer y llegaban cartas desde todos los rincones de España. Málaga, Barcelona, Sevilla, Galicia, pueblos de la región de Murcia….

Y entonces llegó el momento del reconocimiento a nuestro trabajo ilusionado pero con una constante y gran labor. Porque sin darnos cuenta habíamos estado siendo unas incipientes directoras de marketing, contables, administrativas, creativas y de estar en una gran empresa, hubiéramos cumplido con creces el objetivo comercial de los últimos tres años. Habíamos estado viviendo unos años tan bonitos que hoy perduran en el tiempo.

Y un día llegó una carta, la más esperada. Era de la casa discográfica TWINS, donde decía que nuestro club a partir de ese momento se convertía en el CLUB OFICIAL DE HOMBRES G DE CARTAGENA. Cogí la carta y eché a correr a casa de mi amiga, toqué el timbre de forma insistente hasta que bajó y juntas nos sentamos no muy lejos a leer aquella ilusión hecha realidad.

¿Y sabéis que me ha pasado esta semana? Una de esas casualidades inimaginables que me ha empujado a lanzarme y contar esta historia.

Paco Martín, dueño de la casa discográfica TWINS se puso en contacto conmigo por redes sociales. Decía que mi cara le era familiar, luego tan sólo me había confundido con otra persona, pero cuando un rato después me di cuenta de quién era…. ¡NO PUEDE SER, ES INCREÍBLE!

Y resulta que Paco Martín ha escrito un libro,FAGAS, sobre la movida madrileña, sobre el fenómeno fan. ¿En serio me pueden pasar estas cosas?

Y ayer tuvimos una bonita conversación telefónica. “Yo descubrí a los Hombres G”, me dijo. “Ya lo sabía, yo junto con una amiga creamos el club de fans que la casa discográfica un año después nos hizo oficial”, le respondí.

Y entonces me dice que debimos ser de las mejores, porque en aquel momento aquel fenómeno era incontrolable, que en cualquier rincón de España y por supuesto de Perú, Costa Rica, México, había grupos que querían formar un club de fans. Y claro, ellos sólo podían dar apoyo a unos pocos, así que fuimos unas privilegiadas.

Paco Martín descubrió a los Hombres G y a tantos grupos de la movida.  Los secretos, El canto del loco, Antonio Vega y muchos, muchos más. Por eso ese libro es un éxito, porque nos lleva a soñar y revivir aquellos momentos vividos.

A mí me queda ese primer concierto al que me llevaron mis padres a Disco Patín, el primero con mi amiga Carmen en la plaza de toros de Murcia, donde después de cinco horas en la puerta casi me desmayo al entrar. De las peripecias que hacía para colarme en los camerinos. De la ilusión de cada nuevo disco que giraba y giraba en mi tocadiscos hasta la saciedad. De aquella cinta de video que siempre tenía preparada para grabar cada momento en los que mis chicos G  aparecieran en pantalla. No os lo creeréis, pero me avisaban por teléfono vecinos, amigos y hasta mi abuela para que le diera al “rec” (botónde grabar). Del “ descanso” del grupo y de la vuelta en 30 años y un día, donde inicié un contacto con ellos especial que dura hasta hoy en día…..

Y me cuenta Paco Martín, que la conexión que ha tenido con los HOMBRES G es inigualable, pese a que reconoce que con el resto de grupos también mantiene una buena relación.” Ellos eran diferentes “, me dice, David no iba de líder, eran sencillos, canciones diferentes. Humildes es la palabra con la que define a estos chicos, hoy ya hombres consagrados en la música del pop español, que rompieron todos los moldes del mercado musical.

¿Sabéis que todo esto ha dado lugar a que quizás pronto ocurra algo especial en nuestra ciudad? Porque está presentando su libro, porque en Cartagena fuimos pioneros en ser el primer club de fans oficial y por otras cosas que de momento no cuento, que se rompe la magia.

Y hoy puedo confirmar lo de la humildad, lo de la generosidad, lo de que son especiales. Hoy presumo con orgullo que aquello que empezó en la adolescencia permanece en la madurez.  Hoy me siento feliz de verlos actuar,de volver a sentir que tengo quince años cuando voy a un concierto con sus camisetas  y cantando desde la primera fila Venezia, Voy a Pasármelo bien, Sufre Mamón y tantos himnos que forman parte de nuestra propia historia.

Que he recibido mil regalos gracias al gran Antonio Martínez, para todos el gran Esqui, regalos de generosidad para poder pasar un tiempo hablando con mis ídolos de hace más de treinta años, de recibir una felicitación de cumpleaños en tiempos de covid, y de todo aquello que mi familia le ha pedido para ver esa sonrisa en mis ojos cuando hablo de ellos.

Un día le dije,” madre mía David, si esto que estamos haciendo hoy aquí después del concierto me pasa hace 35 años….” Y sonríe, con esos ojos de buena persona, me mira y nos damos un abrazo.

Y es que desde mi primer concierto en Disco Patín, en Cartagena, hasta el último en junio de 2.021, primero después de la pandemia en la plaza de toros de Murcia, ha pasado mucho, mucho, pero mucho de bonito.

Y esa es la esencia de la vida, mantener a los amigos , perseguir tus sueños, hacer todo aquello que te transforma la mirada, y saber que mucho de lo que entonces ocurrió, ha marcado tanto y tanto lo que esta CHICA COCODRILO ES HOY.

Feliz de haberos contado esta historia guardada en mis recuerdos y que siempre dudé si os llegaría al corazón.

Yo me quedo con todo lo que he sentido en escribirla, en vivirla, en volver la vista atrás y en agradecer al ahora ,que es al que tenemos que abrazarnos fuerte  para exprimir más que nunca la verdadera esencia de las cosas.

FELIZ DOMINGO MUSICAL

EVA GARCÍA AGUILERA (una chica cocodrilo).

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