SEÑORITA ROCANROL
SEÑORITA ROCANROL
Es la primera vez que no sé cómo empezar esta historia. Quizás sea porque tengo todavía tantos sentimientos encontrados que no soy capaz de plasmarlos con palabras, o quizás sí.
Todavía recuerdo aquella noche de junio, hace ya casi un año, cuando enfundada con camiseta y mascarilla de mi grupo de la adolescencia, me di cita con algunas fans también de la época en la plaza de toros de Murcia.
Fue uno de esos días en los que vuelvo a los quince años sin darme cuenta, rebosante y plena de felicidad, uno de esos días en los que al otro lado, había alguien que también se había acercado a aquel lugar con una mochila rebosante de ilusión, pero sobre todo de agradecimiento.
Un día en el que Borja Casado y yo nos encontramos, y en un segundo surgió una química especial. Gracias a mi amiga Yoli llegué hacia él, y desde entonces no hemos dejado de estar ahí de una manera u otra, con un hilo invisible, unas notas musicales o unas ganas infinitas de contar cuánta generosidad se escondía tras aquel chico de barba abundante y tierna sonrisa.
Porque ambos esperábamos ver a David Summers, sí sí, el de los Hombres G, el de los polvos pica pica y Marta tiene un marcapasos. Lo digo así para poner en escena a aquellos que no son de nuestra generación, porque para mí los Hombres G son mucho más que esas canciones, son mi adolescencia, mi madurez y mi vida musicalmente hablando, por tanto y tanto que ya he contado en otras ocasiones.
Pero para Borja, David Summers era aquella persona generosa, humilde y gran músico con el que había tenido el lujo de dar luz a una causa preciosa.
Y es que David lo ha demostrado con creces, tanto y tanto, que hace unos días fue nuestro protagonista en algo especial que sucedió en Míster Witt café Cartagena, entre cortinas de terciopelo rojo, velas en las mesas y miradas cristalinas por la ilusión.
Desde que Borja me contó que había una niña preciosa que le encanta que le pinten las uñas de los colores del arcoíris, que besa, sonríe y llena de luz y magia todo su alrededor….Desde el momento en el que Borja me cuenta que una enfermedad rara sin cura ni tratamiento le acecha, pero sus padres no se rinden y toda la ayuda y visibilidad es poca…. Desde que Borja me inunda con su proyecto, con su tour por toda España donde los beneficios de su disco DURAZNO 46 son íntegros para que Ainara, la guerrera, la niña con la sonrisa dibujada con colores, viva con todo aquello que necesita …..
¿Qué pensáis que ocurre?, pues que mi cabeza ya no puede parar, de imaginar, de pensar, de dar forma a algo que sea simplemente mágico. Que todos se contagien de mi ilusión, del proyecto de Borja, de la Asociación Soldados de Ainara, de que la vean sonreír y de que no pase un día desde ese instante sin que en cada hogar, en cada rincón, todos sin darnos cuenta, tarareemos eso de “señorita rocanrol”.
Porque ese es el nombre que Borja eligió para su canción, para la canción de una niña alegre, mágica, sonriente, feliz, bonita……
Y llevábamos tiempo los dos queriendo encontrarnos, yo quería contarlo. Pero, ¿no creéis que cuando los sentimientos sobrepasan un nivel hay que compartirlo? Necesitamos inhalar esa esencia juntos, tocarnos, palpar en el ambiente que está sucediendo algo maravilloso.
Y los que estuvisteis el miércoles en esa reunión de amigos, sabréis de lo que hablo. Y para todos aquellos que no os fue posible, hoy tenéis la oportunidad de recrearos entre mis emociones y las fotografías que tanto cuentan.
Así que ya estábamos en marcha. Fue sencillo, porque cuando hay ganas todo fluye. Una fecha, un lugar, dos personas unidas por algo especial, la música de Borja, sus poemas y….
Y bueno, sí, que soy perfeccionista, que no quiero que falte ningún detalle y controlar lo incontrolable.
Y hay algo que he aprendido de Borja y quiero poner en práctica, y es que cuando tú has puesto el alma en algo, nada puede salir mal. Y que hay cosas que no se pueden controlar, que son ajenas a mí. Que llueva, que le surjan imprevistos a los asistentes….
Pero nada salió mal, porque todo fue mágico, todo.
A las cinco de la tarde vi llegar a ese hombretón de barba abundante que es como un osito de peluche que te aporta una tranquilidad eterna, y no venía sólo, ¡menuda sorpresa para mí! Muy bien acompañado venía Borja, alguien con aspecto tímido, carita dulce y con un corazón de oro, Dani Serrano.
Y empezaron las pruebas de sonido y la improvisación, y esa voz rasgada de Dan, la armónica de Borja….Me hicieron sentir especial, en un concierto privado, sólo para mí y algunas personas que se deleitaron de esa actuación inesperada a las cinco de la tarde.
Y mi ilusión creció, y mucho. Porque es cierto que Borja y yo habíamos hablado este último año muchas veces, pero él sabía que yo necesitaba ese puntito de complicidad para que todo surgiera, igual que las notas de su guitarra acompañando a mi cantautor favorito.
Y él no sé si lo percibió o no. Creo que sí, trabaja en recursos humanos, ¡como para no fijarse en los gestos, en las palabras, en……! En que mi ilusión y confianza hacia él se disparó como un cohete, y en ese momento supe que todo sería perfecto.
Se acercaba la hora, mis nervios crecían, esperaba a muchos amigos, de antes y de ahora, a protagonistas de muchos de mis artículos a los que admiro. Y todo fue sucediendo. Caras conocidas, sonrisas, abrazos… ¡Cuánta cultura junta, cuántos de ellos no habían tenido la oportunidad de conocerse personalmente antes!
Porque menudo lujo compartir la noche con mis grandes amigos Fernando Sáenz de Elorrieta, Manuel Llamas, mi admirada Ana, mujer del gran pintor Marcos Amorós, Emilio Barrachina y su mujer, Mar, un encanto de chica…. Gente del teatro, de la música. Una galería de arte y cultura ante nosotros, que como humildes que son quisieron pasar desapercibidos.
Y Míster Witt se iba llenando y llenando, y yo quería que no quedaran sillas vacías, pero tampoco personas de pie sin poder compartir esa noche con nosotros.
Así que en un instante colocamos sillas alrededor de otras mesas, la gente se agrupó con la suerte de conocer a otras personas. ¡Era una buena causa, estábamos allí por Ainara!
Subimos al escenario, los amigos se quedaron en silencio y allí les dimos Borja y yo las gracias y la bienvenida a todos.
Bueno, y la tercera parte de ese triángulo, que ya hemos dicho que es alguien muy generoso. David Summers agradeció a todos la asistencia a Míster Witt, no en persona, de ser así todavía estaría yo en shock, pero sí con un video precioso que no me canso de escuchar.
A veces estas pequeñas cosas marcan la diferencia, y David lo hizo.
Y a partir de ahí, todo fue mágico. Escuchar a Borja contar como descubrió a Ainara, las maneras que tenemos de colaborar con ella…
Nos emocionamos, sonreímos, nos fundimos en un abrazo por una sorpresa que se había guardado para mí, algo que me hacía mucha ilusión, tan importante como un poemario con el que ganó con sólo veinte años un concurso internacional. ¡Luego dice que no es poeta!
Claro que es poeta, y muy modesto. ¿Sabéis que Borja acude a colegios y hace poesía con los niños jugando y luego lo convierte en canciones?
¡Necesitamos muchos Borjas Casado en nuestra vida!
Y Veinte años después, y no porque lo diga yo, sino porque han pasado veinte años desde entonces y así se llama su poemario, sale a la luz lo más bonito que he leído en poemas de los últimos tiempos. Porque trata tantos y tantos temas con los que cada uno nos podemos sentir identificados….
Y así me ocurrió a mí, y así sin más, improvisando les quise contar a todos que creía que mi vida era un trampantojo….., pero fui pan con miel.
Así es, dulce, dulce como la miel, gracias a despojarme de tantas cosas, de enriquecerme, de reorientar…..Ainss, ¡qué bonito encontrar tu yo verdadero, mostrarlo al mundo y saber que hay personas con la misma sensibilidad, sin miedo a mostrarla con las que te sientes feliz!
Tan feliz como cuando compartimos ese video clip de Borja y David y todos le pusieron cara a Ainara, donde la vieron sonreír, subir a la feria de atracciones, observar a aquellos niños que cantaban su canción.
Ya se notaban las ganas de cantar, de aplaudir, así que en un segundo desmontamos escenario y aprovechamos para que el resto de mi familia se involucrara. Sí, me refiero a mis dos niñas, esas que siempre me acompañan en mis locuras. Y en un segundo les montamos un tinglado, ja, ja. Allí estaban las dos, abalanzadas por personas deseosas de colaborar, intentando poner orden al asunto. Su mesa con sus discos, su caja de donativos y….
Y eso que antes ya habían repartido chuches y la letra de la canción señorita rocanrol por cada mesa. ¡Hay que quererlas!
Me contaban que le preguntaron si las habíamos dado de alta en la Seguridad Social, jaja, a ver si vienen de asuntos sociales y me las quitan.
Y tanto se han metido en todo el salseo de mis cosas, que la del pelo corto, Paula, desde el jueves tiene una columna en el periódico. ¿Y soy yo alguien para frenarle sus sueños? Por supuesto que no, la vida te pone oportunidades y nunca debes dejar de seguir aquello que te haga feliz.
Y Borja tocó sus primeros acordes, “cuando ya no esté”, una canción que compartió conmigo una mañana de agosto y me hizo llorar como una magdalena. ¡Vaya Borja, cómo empezamos!, pensé….
Y en un segundo empezaron las palmas, las risas, la rumbita de Dani Serrano que enamoró al público.
Borja se metió al público en el bolsillo, porque vaya que sí, este chico de Castellón es gracioso, sí, lo es.
Y llegó el momento, ese mágico, cuando todos cantamos a Ainara “señorita rocanrol”. ¿Sabéis esos momentos que te hacen evadirte del mundo, que entras en otra dimensión, que no quieres que terminen nunca?
Eso ocurrió esa noche.
Habíamos terminado, y habíamos contagiado nuestra ilusión.
Y entonces, hubo intercambio de abrazos, de palmadas en el hombro, de palabras de agradecimiento, de fotografías, de emoción.
De reencuentros con aquellos que hacía mucho tiempo no veíamos, de las ganas de tener ese disco entre nuestras manos, de alargar un poquito más ese momento especial con charlas ya un poco más íntimas, orgullosos y tranquilos,felices y abrumados por lo que esa noche había sucedido.
Y hoy, Borja y yo sonreímos, sabiendo que hay un trocito de Ainara en cada uno de los corazones que tuvieron la suerte de compartir un momento irrepetible.
FELIZ DOMINGO DE ROCANROL
EVA G. AGUILERA.