Una investigación de la UMU revela un vínculo entre el microbioma oral y la depresión

Una investigación de la UMU revela un vínculo entre el microbioma oral y la depresión

Una investigación de la UMU revela un vínculo entre el microbioma oral y la depresión

 

Los estudios analizados coinciden en que las personas con depresión presentan una menor diversidad microbiana en la boca

 

Una boca desequilibrada podría estar enviando señales al cerebro. Un reciente estudio liderado por el grupo de investigación de Odontología en Personas los Necesidades Especiales y Gerodontología de la sugiere que los cambios en la microbiota bucal —el conjunto de microorganismos que habitan nuestra boca— podrían estar relacionados con el desarrollo de la depresión, abriendo nuevas vías para su diagnóstico y posible tratamiento.

 

Mediante una revisión sistemática se recopiló y analizó los resultados de 11 investigaciones publicadas en la última década, que exploran cómo el desequilibrio bacteriano en la boca podría influir en la aparición o severidad de los síntomas depresivos. “La cavidad oral es mucho más que una entrada para los alimentos; es un ecosistema que, cuando se altera, puede desencadenar procesos inflamatorios que afecten incluso al sistema nervioso central”, explica Miguel Ramón Pecci-Lloret, coordinador de la investigación junto a María Pilar Pecci Lloret.

 

Bacterias que hablan del estado de ánimo

 

Los estudios analizados coinciden en que las personas con depresión presentan una menor diversidad microbiana en la boca y una composición bacteriana distinta respecto a personas sanas. Este desequilibrio se ha asociado con procesos inflamatorios que podrían alterar la barrera hematoencefálica, una de las posibles rutas por las que las bacterias orales afectarían al cerebro.

 

En particular, ciertas bacterias como Streptococcus, Neisseria o Prevotella aparecen con mayor o menor frecuencia en personas con síntomas depresivos, según los diferentes estudios. Aunque todavía no se puede afirmar una relación causal directa, la evidencia acumulada sugiere que el microbioma bucal podría convertirse en un biomarcador no invasivo para detectar señales tempranas de esta enfermedad.

Una herramienta diagnóstica y terapéutica en potencia

 

La revisión también destaca que, debido a la accesibilidad de la cavidad oral, el análisis de la microbiota podría facilitar el diagnóstico precoz de la depresión y apoyar estrategias terapéuticas complementarias. En particular, intervenir sobre la salud bucal —con probióticos, cambios en la dieta o mejora de la higiene oral— podría tener efectos beneficiosos sobre el estado de ánimo.

 

“El eje oral-intestinal-cerebral está cobrando protagonismo. Este estudio pone de relieve que cuidar la boca puede ser tan relevante como cuidar el intestino o el sueño en el abordaje integral de la salud mental”, afirma la investigadora M.ª Pilar Pecci.

 

Hacia una medicina más integradora

 

Los autores subrayan que aún se necesitan estudios más homogéneos y experimentales para establecer una relación definitiva. Sin embargo, el trabajo marca un hito en la comprensión de la depresión desde una perspectiva biológica y sistémica.

 

El estudio acaba de publicarse en la prestigiosa revista Journal of Clinical Medicine y se enmarca en una creciente línea de investigación que conecta la salud bucodental con enfermedades neurológicas y mentales, como el párkinson o el alzhéimer especialmente en poblaciones vulnerables como adolescentes, embarazadas y personas mayores.

 

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