Opinión

Furor imprudente y electoral zarpa de Cartagena

Juan M. Uriarte
Juan M. Uriarte
Furor imprudente y electoral zarpa de Cartagena

Ha sido con nocturnidad e imagino que sin alevosía. Esta pasada madrugada ha zarpado del muelle de La Curra en Cartagena un buque de la Armada en dirección a un escenario bélico. El buque se llama Furor, es un patrullero de altura, Buque de Acción Marítima; su tripulación cincuenta hombres, y algunos medios informaron que también embarcó una sección de infantes de marina.

Hace treinta y cinco años, en el verano de 1991, el espigón de la Curra fue también testigo del envío de dos corbetas a una zona de combate. Entonces fueron doscientos setenta y cinco hombres para las dos corbetas con base en Cartagena, la ‘Descubierta’ y ‘Cazadora’, más otra tripulación de doscientos marineros más de la fragata ´Santa María´ que zarpaba desde Rota. Una cuarta parte de esa marinería eran jóvenes que estaban haciendo el servicio militar obligatorio, la mili. Tela marinera, nunca mejor dicho. El envío de las corbetas y la fragata, con sus casi quinientos marineros del año 1991 se realizó tras autorización de mayoría absolutísima del Congreso de los Diputados, con votos a favor de PSOE, AP (hoy sería PP) y CDC (hoy sería Junts). Era una operación internacional bajo cobertura de la ONU en el escenario bélico de la invasión de Kuwait por Irak; eran tiempos de Bush padre en la llamada Guerra del Golfo.

La Curra. La Curra se llama a ese espigón y muelle que termina en el pequeño faro verde que muestra la entrada a la bocana del puerto. La Curra testigo de ambas intervenciones por orden del ejecutivo. Hoy me surgen muchas objeciones

 

 

El envío del patrullero ‘Furor’ me parece un error (o algo peor) por distintos motivos. Hay que estirar al máximo el chicle de Gaza, porque los nubarrones de política doméstica son espesos y no parecen mejorar. Mis objeciones a este Furor:

 

1.No ha lugar implicar a los Ejércitos, en este caso a la Armada, en este endiablado escenario diplomático-militar de guerra. No es cuestión de cobardía, pero no podemos entrar como elefante en cacharrería.

2.Es del todo improcedente intervenir. Aparecer por ahí es intervenir, aproximarse a un escenario de guerra. No es un buque de salvamento, sino un barco militar.  ¡Intervenir así requiere autorización del Congreso de los Diputados! ; aquí no ha habido ni siquiera una aprobación en Consejo de Ministros, sino una orden dedocrática de Sánchez a Robles y al AJEMA.

3.El buque enviado con base en Cartagena, es un buque de tamaño medio, para misiones de vigilancia y cobertura, pero no tiene ni de lejos las prestaciones que tenían, por ejemplo, las antiguas corbetas Descubierta y Cazadora que fueron a Irak. Una corbeta es una “fragata menor” y contaban con medidas electrónicas, misiles superficie y antiaéreos.  Progresivamente las corbetas fueron desartilladas de misiles y capacidades ofensivas pesadas, y convertidas en patrulleros de altura algunos años mas, y dadas de baja años después.

4.El BAM ‘Furor’ se envía para auxiliar y apoyar una flotilla, la Global Sumud Flotilla. Podemos decir sin equivocarnos que esta es una iniciativa privada de ONGs y activistas. Ver a Greta Thunberg en esa flota, me clarifica muchas cosas.  Por bienintencionado que sea el deseo de romper el bloqueo marítimo en Gaza, entrar en ese escenario bélico de esta manera es una locura. Un buque de la Armada en aguas internacionales no deja de ser un trocito de España en el mundo. 

 

¿Por qué se ha ordenado esta misión? El Furor se envía en un momento político de mucho furor presidencial en querer contrarrestar lo doméstico, sus problemas de casa; agitar el activismo es su receta electoral, no tengo dudas conociendo ya al personaje; el presidente ha visto posibilidades de rédito político en meterse en este charco.

Enviar un buque escolta, infradotado de armamento y sin autorización parlamentaria para acompañar una iniciativa privada, me parece una irresponsabilidad por no decir una charlotada. Sánchez pretende más un gesto político de consumo propio, utilizando a las Fuerzas Armadas como ONGs, poniéndolas en riesgo. Incluso pienso que nuestro presidente desea algún incidente menor en el Mediterráneo Oriental para buscar relevancia a costa de nuestras Fuerzas Armadas; ha echado la caña en esas aguas calientes para sobreactuar a nivel internacional y pescar votos aquí. Ya me dirán ustedes cómo puede llevarse ayuda humanitaria en barcos, sin paraguas de la ONU, entrando en la costa de Gaza, y qué pinta allí nuestro Furor con sus cincuenta marineros desacompasados. El ardor guerrero es muchas veces necesario y así se canta en algún himno, pero no confundamos audacia con imprudencia. Lamentable el furor ideológico electoral jugando a los dados con nuestra armada. Menos furor y más templanza. Los experimentos, con gaseosa.

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