Opinión

Feliz Año Nuevo

Y con esto poco a poco comenzó un nuevo año. Me resulta alegre despertar un poco tarde y desayunar con el concierto de la Filarmónica de Viena de fondo, que sin falta ha culminado con la Marcha Radetzky, que es posible que coincida con el penúltimo de los polvorones de la bandeja.

Pero ni mucho menos sería mi deseo convertir este año en una rutina. Es sin duda un año muy importante en el que se van a dilucidar muchas cosas. Tampoco es mi intención largar hoy un speech político para amargarnos esta nueva etapa, pues hablar de política hoy en día no puede ser otra cosa.

Pero en este extraño sistema que artificialmente nos han creado, hoy no puedo pasar por alto la censura a la que someten a las azafatas deportivas y sea todo un acontecimiento ver el hortera y de mal gusto semidesnudo de la Pedroche en la Puerta del Sol.

Pero es por todo esto, hoy mi única intención es agradeceros a cuantos me leéis a lo largo del año, estos casi improvisados “puros de los domingos” que no nacieron sino de una única intención de plasmar lo que pienso, y que mejor en la sobremesa de los domingos, donde el relax me permite teclear unas letras en el móvil para mis amigos, y que poco a poco ya hace años que algún medio lo publica, en los que desde aquí quiero pedir disculpas por la improvisada gramática que muchas veces y debido a la espontaneidad me resulta complicado expresarme.

De esta forma, y abreviando más que nunca, desearos un FELIZ AÑO NUEVO 2023 y que dejéis de fumar, os apuntéis al gimnasio, os pongáis a dieta y comencéis la nueva serie coleccionable en piezas y fascículos que pronto saldrá anunciada.

¡UN FUERTE ABRAZO A TODOS! Incluidos los que durante el año pasado critiqué, con la certeza de que si lo que hacen lo considero ilegal, inútil, obsceno o corrupto, -I que se fabriquen un código penal a su medida-, lo volveré a hacer, y muy especialmente a “mis villanos favoritos” que pronto empezarán con la campaña electoral y ahí estaré con “mi puro de los domingos” –o como hoy sin él- pero sí con la convicción de que los perseguiré –literariamente hablando- poniendo en evidencia sus vergüenzas, si es que la tuvieran.

RAMON GALINDO