Opinión

PENSANDO EN VOZ ALTA: IN VIGILANDO

Paco Marín
Paco Marín
PENSANDO EN VOZ ALTA: IN VIGILANDO

PENSANDO EN VOZ ALTA

IN VIGILANDO

La expresión in vigilando es un término utilizado en el ámbito legal que proviene del latín y que se utiliza para referirse a la responsabilidad de una persona o entidad en supervisar o vigilar ciertas acciones o situaciones. En el contexto legal, este término se refiere a la responsabilidad de una persona (generalmente un superior jerárquico) de supervisar las acciones de otra persona (generalmente un subordinado) para prevenir conductas ilícitas o acciones que puedan resultar en responsabilidad legal (Guía-Legal).

Comienzo mis pensamientos de este lunes, 23 de septiembre, con esta expresión porque de aquí en adelante tendré que sopesar cada una de las palabras que vierto en voz alta. Yo soy un mindundi en esto de la publicación, un don nadie, pero me he venido arriba al pensar que, posiblemente, seis ministros del gobierno de nuestra patria, España, me van a vigilar lo que redacto. A mí, y a todo el elenco periodístico nacional. Vamos a estar “in vigilados” y decidirán que es bueno o no para ¿el gobierno? ¿una única persona? ¿una familia determinada?

Hay veces que, al ver la actuación y la soberbia que destila el “mandamás”, pienso que estoy en el inicio de los tiempos cuando veo el origen del principio in vigilando: se remonta a antiguas normas romanas que establecían la responsabilidad de los patronos sobre las acciones de sus esclavos. En ese contexto, los patronos debían supervisar las acciones de sus esclavos y, en caso de daños causados por estos, podían ser considerados responsables. Eso parece exactamente que somos, “esclavos” del patrono.

Soy de los que piensan que ‘existiendo justicia’ a la cual acudir si alguien dice o hace algo que va en contra de una comunidad, de un grupo de personas, de una entidad, de una persona concreta no tiene por qué ser sustituida por nada más. Si hay una ley de prensa ¿porque se tiene que registrar un plan bautizado como de “regeneración”? que ha levantado mucha suspicacia en ámbitos jurídicos, los cuales opinan que es: “Mucha literatura para esconder que es censura”.

Por lo que leo, me informo, estudio y comparto, todo es un brindis al sol (que puede resultar dañino) pues todo está más que regulado en el “Reglamento de Libertad de los Medios de Comunicación de la Unión Europea”. Pero conociendo lo que conocemos, se le dará la vuelta una y mil veces para decir, según convenga, que “0” es un cero o una O. Así llevamos ya mucho tiempo, sufriendo “los cambios de opinión” de ciertos elementos gubernamentales y afines.

Espero y deseo que no nos encontremos con algo, aunque muy exagerado, similar a esto: «Este "incoherente" sistema de prensa debió mucho al sectarismo de los políticos. Los problemas comenzaron con las suspensiones del monárquico ABC y el católico El Debate en mayo de 1931 y los cierres se extendieron a varias cabeceras vascas y navarras. Después del golpe de Sanjurjo (agosto de 1932), la primera gran "redada" se tradujo en el cierre de 127 periódicos. La segunda oleada de suspensiones llegaría tras la Revolución de octubre del 34. La censura de prensa, una medida en principio de excepción, fue la tónica habitual durante aquellos años en que la prensa fue observada, antes que nada, como un problema de estricto orden público» (Álvaro de Diego González -UDIMA-).

Pues lo dicho, con tanto medio electrónico, tanta Inteligencia Artificial (buen nombre para ciertas personas) y con tantos “oidores” me siento ‘in vigilado’ en todo momento. Pero estar “in vigilando” por seis ministros del gobierno no tiene nombre… me siento importante, más, tendré cuidado y andaré ojo avizor.