Y con esto poco a poco van apareciendo las peinetas en los Congresos y Asambleas regionales, se acercan tiempos de afilar bayonetas, de puñaladas traperas y de traiciones sin fin. Ya lo dijo el del Titanic “sálvese quien pueda”. Y que nos van a contar a nosotros, los de Cartagena, que si Mañueco...